1951 – 1953: la boda y la dictadura

1951. En un ´agua´elulo´ bailable de esa Cali de poco menos de 300 mil habitantes se ennoviarían Regina Bernardi y Álvaro Prieto, en un Valle del Cauca que emergía como potencia deportiva y de reinas de belleza, con Leonor Navia Orejuela como primera señorita Colombia y en un país revolcado ante la renuncia del presidente Gómez y el primer campeón de la vuelta a Colombia en bicicleta, Efraín Forero.

1951. En un ´agua´elulo´ (*9) bailable de esa Cali de poco menos de 300 mil habitantes se ennoviarían Regina Bernardi y Álvaro Prieto, en un Valle del Cauca que emergía como potencia deportiva y de reinas de belleza, con Leonor Navia Orejuela como primera señorita Colombia y en un país revolcado ante la renuncia del presidente Gómez y el primer campeón de la vuelta a Colombia en bicicleta, Efraín Forero.

Los Bernardi Ospina. La mayor de los hermanos, Regina (*1), llamada así en honor a su abuela paterna italiana (*3), estaba recién desempacada con su familia en esta ciudad (mayo de 1950) que se expandía por los 4 puntos cardinales pero que giraba alrededor del centro, su Plaza de Caicedo, el río Cali y el puente Ortíz, el Hotel Alférez Real, el Teatro Municipal, el Batallón Pichincha y la Ermita. La jovencita de 21 años era dependienta del Centro Singer de Costura (*10) que abría el mercado de las nuevas máquinas de coser para las amas de casa caleñas a través del sistema de cuotas.

Empanadas bailables. Todo empezó cuando Nelly Sanclemente invitara a Regina, su compañera de trabajo, a unas empanadas bailables porque en Cali toda reunión de barrio o fiesta en club social era y sigue siendo con baile. Y en esas vespertinas caseras los muchachos ingerían ron con coca cola y las chicas lulada (*9) y las parejas bailaban en el salón con las radiola y los vinilos (long play), bajo la mirada vigilante de la madre anfitriona quien se acercaba al oído a  las señoritas para advertirles de ¨distancia y categoría¨, ante el acercamiento inapropiado del parejo.

Con porros y cumbias de Lucho Bermúdez y Pacho Galán, boleros y sones de la Sonora Matancera y el ritmo que se tomaba las pistas latinas, el cha cha cha, Regina a sus 21 años conocería a Álvaro Prieto Díaz (*2), un joven de 26 años recién aterrizado de EE.UU. de estudiar Negocios y Economía en la Universidad de Luisiana (LSU), vinculado a Fabre, compañía distribuidora de máquinas de escribir, sumadoras  y calculadoras de última tecnología.

1952. Álvaro demostraría a lo largo de un año sus intenciones respetables como pretendiente de la hija mayor de los Bernardi Ospina, para que doña Camila (*4) le permitiera ingresar a la casa como novio de Regina e invitara a las fincas familiares, ´La Rústica´ en Circasia (Quindío) y El Bosque en Dosquebradas, (Risaralda *6). La suegra, como buena paisa tradicional, también averiguaría entre su red de amigas y parientes en la ciudad la procedencia de la familia Prieto Díaz de Miranda (Cauca) y los negocios del padre, Manuel José Prieto (*7), como hacendado de caña y productor de panela. 

Don Antonio Bernardi (*5), el padre italiano y constructor de profesión y quien se recuperaba del primer infarto a sus 50 años, era mucho más permisivo con las amistades masculinas de las 3 hijas por su personalidad alegre y festiva. Él estaba a cargo de la construcción de la fábrica Celanese y se abría camino con proyectos independientes, como el edificio Magasun (Av. Colombia con Calle 7) del español Mariano Gutiérrez y algunas casas en los barrios del momento, Granada, Versalles y Santa Mónica.

1953. Sin embargo como a doña Camila le preocupaba garantizar a largo plazo la estabilidad económica de la familia, los Bernardi venderían la finca ´La Rústica´ y comprarían un lote en el barrio el Peñón, a tres cuadras de la Avenida Colombia, para que Antonio hiciera un pequeño edificio como vivienda familiar y se rentaran los otros apartamentos.

Golpe de Estado. Colombia vivía en medio de la borrasca política y la persecución a la prensa, el mapa del país estaba ensangrentado por la lucha feroz entre liberales y conservadores y la crisis de gobernabilidad era mayúscula. Mariano Ospina, el primer presidente elegido por sufragio directo, cerraría el Congreso en 1949  y Laureano Gómez asumiría en 1950 pero al año siguiente dejaría su cargo por problemas cardíacos.

El sábado 13 de junio de 1953, el país tendría tres presidentes durante 8 horas: Urdaneta, Gómez y el teniente coronel Gustavo Rojas Pinilla, quien asumiría el poder y sería recibido con las puertas abiertas en el Palacio de la Carrera y gran alborozo por la mayoría de los colombianos cuando a la media noche anunciara por la Radio Difusora Nacional la pacificación del país ya como comandante de las Fuerzas Militares.

Pedida de mano. El 19 de julio de 1953, Álvaro pediría la mano de Regina en una ceremonia simbólica en la cual el cura bendeciría las argollas en este primer encuentro entre los Bernardi y los Prieto. Doña Camila comenzaría los preparativos para la boda con un presupuesto muy medido, entre ella y su hija Gladys, diseñarían y coserían los vestidos y las faldas amplias con enaguas almidonadas del ajuar para que la novia cumpliera con las múltiples invitaciones y despedidas de soltera.

Las tías Ospina Mejía en Manizales aportarían al ajuar de lino para la tercera de las sobrinas que se casaba y confeccionarían manteles bordados en punto de cruz y carpetas tejidas con guardas de crochet, mientras la abuela materna, mamá Anita, calaría delicadamente en su tambora gigante, las sábanas blancas de género marcadas con las iniciales de los novios.

El compromiso y entrega de tarjetas de invitación desencadenaría una apretada agenda a lo largo de cinco meses para los novios y sus hermanos, ya que Gladys e Italia Bernardi harían de chaperonas en compañía de Elías y Ricardo Prieto, para ir a cine, a los ríos Pance y Aguaclara, a comer pandobono en las fuentes de soda, a la finca de los Prieto en Miranda y a bailar a los grilles.

La boda. A las 7.30 a.m. de ese sábado 19 de diciembre, mientras las notas nupciales despertaban a los vecinos de la colina y la pequeña capilla barroca de San Antonio, la más emblemática de la capital vallecaucana, Regina entraría del brazo de don Antonio en su sastre blanco a media pierna y su ramo de orquídeas del Valle. Y saldría de la mano de Álvaro como una mujer casada por esa puerta desde la cual divisaría Cali, hacia la pequeña recepción preparada en la residencia familiar Bernardi, para atender a los invitados con un desayuno elaborado por las mujeres de la familia Bernardi y las tías Ospina.

Finales de 1953. La guerra de Corea había llegado a su fin, la mayoría de los 12 millones de colombianos disfrutaban aún de la  luna de miel en los primeros siete meses de la dictadura de Rojas Pinilla y los recién casados partían a la Costa Atlántica en su viaje de bodas. Álvaro y Regina  fijarían su residencia a orillas del río Cali en esa ciudad vigilada desde hacía dos meses por el monumento a Cristo Rey (*11)  y que se preparaba para ser la sede de los VII Juegos Atléticos Nacionales (1954) para consolidarse como la capital deportiva de Colombia.

Ilustración y animación de portada. Paula Henao. 

Fuentes citadas. * Agradecimiento a Regina e Italia Bernardi, mi madre y tía, por compartir sus recuerdos. Archivo fotográfica de los Bernardi y los Prieto Bernardi.   Fotografías antiguas de diarios de la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero y el Fondo Archivo del Patrimonio Fotográfico y Fílmico del Valle del Cauca.

(*1) Regina Bernardi de Prieto nació en Manizales el 24 de julio de 1929 y el 19 de diciembre de 1953 se casaría con Álvaro Prieto Díaz, padres de Adolfo, Maritza Fernanda, Liliana, Mauricio e Isabella. Vive en Cali actualmente. (*2) Álvaro Prieto Díaz, nació el 13 de septiembre de 1925 en Miranda (Cauca) y falleció el 6 septiembre de 1993, en Cali (Valle del Cauca). (*3) Regina De Fina de Bernardi, nació en 1865 y murió en Ponte Nelle Alpi (Belluno) en 1955.  (*4) Camila Ospina Mejía, nació (6-04-1905) en Pereira, departamento de Risaralda, hija de Luis María Ospina y Ana Joaquina Mejía. Murió en Cali, Colombia (11-10-1970). (5*) Antonio Bernardi de Fina nació en Ponte Nelle Alpi, provincia de Belluno, Italia (6-10-1900), hijo de Teodoro Bernardi Viller (hijo de Bartolo Bernardi y Yacomina Viller) y Regina De Fina Zitran. Murió en Cali (Colombia) (25-03-1977). (*6) La finca ´La Rústica´ de la familia Bernardi Ospina en Circasia, Quindío, entre 1935 y 1953 y la hacienda El Bosque en Dosquebradas, Risaralda, cuna de los Ospina Mejía, pertenece a los bisnietos de Luis María Ospina, la familia Ocampo Estrada. (*7) Manuel José Prieto, nació el 12 de junio en 1880 y murió en marzo de 1958 en Cali. Su padre era Afanador Sánchez y su madre Avelina Prieto se casó con Teresa Díaz y fueron los padres de Álvaro Prieto. Era el propietario de las fincas de caña el Pitayo, la Cañada y La Primavera.

 (*9) ´Agua´elulo´: en Cali a las fiestas vespertina de barrio se les llamaba así, inspirada en la lulada, la bebida que se prepara con la fruta del lulo. (*10) Centro Singer de Costura (Carrera 9 con Calle 10) (*11) Monumento a Cristo Rey realizada por los maestros italianos Adelindo y Alideo Tazzioli e  inaugurada el domingo 25 de octubre de 1953.

Ver artículos anteriores.

Álvaro Prieto: el retorno a casa en la Navidad de 1950

El relato de la familia productora de panela, los Prieto Díaz de Miranda y de Cali, desde el siglo XIX hasta mediados del XX, cuando Álvaro abandona sus estudios universitarios en Atlanta para no pelear en la guerra de Corea y retorna a trabajar a Cali, la ciudad donde se unirían los caminos de dos familias.

Mientras el gobierno conservador colombiano se sumaba con más de mil hombres del Batallón Colombia y los enviaba a 15.000 kilómetros de distancia a pelear en la guerra de Corea, caleños como Álvaro Prieto Díaz (*1) abandonarían sus estudios universitarios en EE.UU. y retornarían para no atender al llamado del ejército norteamericano de participar en la defensa de la ´democracia´ occidental ante la amenaza del comunismo en Asia.

El primer gran conflicto bélico de la Guerra Fría entre EE.UU. y la antigua Unión Soviética estallaría en Corea del Sur y del Norte (1950-1953). Colombia sería el único país latinoamericano que combatiría junto a los norteamericanos contra chinos y norcoreanos. Diarios de la época: El País, Diario del Pacífico, Relator (*A).

Un caleño en Luisiana. Álvaro, el séptimo hijo de los Prieto Díaz y bachiller del San Luis Gonzaga, partiría a sus 20 años con un grupo de compañeros a la Universidad Estatal de Luisiana (LSU) que recibía a suramericanos en su campus. En 1946, él ingresaría a Negocios y Economía mientras otros se matricularían en Agricultura para aplicar sus conocimientos en la agroindustria creciente del departamento y el comercio de una ciudad que iba por la ruta de convertirse en la tercera del país.

Segregación racial. Este joven viviría alrededor de cuatro años a orillas del río Misisipi, en Baton Rouge, la capital de uno de los estados sureños con más población afro y donde la segregación racial bajo el principio de ¨separados pero iguales¨, era una dura realidad en escuelas, espacios y transportes públicos que impresionaría a Álvaro Prieto quien provenía de poblaciones con un alto porcentaje de esta población, Miranda donde había nacido (Cauca) y Cali (Valle del Cauca) donde se había criado.

Los Prieto Díaz de Miranda y Cali

Este relato se remonta al siglo XIX y a mi abuelo paterno, Manuel José Prieto (*2), cuando éste era un país federal llamado Estados Unidos de Colombia (*4). Él nacería en Cali (1880) de una familia de Caloto de la cual heredaría tierras de caña panelera en Miranda. Y de esta manera él estaría vinculado a poblaciones del estado federado más rico y grande de la unión, el Gran Cauca (*5).

Manuel José Prieto. A lo largo de su vida sería testigo de momentos históricos: presenciaría uno de los conflictos civiles más sangrientos, la Guerra de los Mil Días (1899-1902); la separación de Panamá (1903) y la construcción del Canal que uniría dos océanos; la creación del nuevo departamento del Valle del Cauca (16 de abril de 1910) y la fragmentación de la sociedad colombiana durante la Violencia de los 50. Fotografía de 22 años en Panamá.

La huida a Panamá. Al despuntar el siglo XX, cuando se impondría el monopolio departamental al alcohol, Manuel José y su hermano mayor, Federico, quienes tenían alambiques de aguardiente en sus haciendas de caña, El Pitayo y La Cañada, escaparían a lomo de caballo y atravesarían la cordillera Occidental por caminos agrestes hasta el Pacífico, para embarcarse en el puerto de Buenaventura hacia a Panamá.

Su retorno y el casorio. En ese territorio donde Manuel José permanecería tres años, trabajaría de policía, afinaría su olfato comercial y también se cartearía con Teresa Díaz (*3), una jovencita pradereña que lo había prendado en Miranda. A su regreso se casaría con ella e incursionaría en la política como concejal del Partido Liberal por esa población del norte del Cauca aunque el resto de su familia fuera ´goda´ como se les decía a los conservadores.

La familia. Y sería en Miranda (*6), que serviría de escenario de la Revolución de la Manigua durante la Guerra de los Mil Días y que sufriría por los asaltos constantes de las cuadrillas de bandoleros, donde establecerían su primera residencia Manuel José y Teresa. En esa plaza con dos ceibas gigantes y su diseño francés de 7 entradas, se encontraba la casa y la tienda de mercancía importada desde Inglaterra de los Prieto Díaz, donde se vendían telas, cobijas, sombreros, zapatos y muñecas de porcelana.

Ahí recibirían a sus 13 hijos, de los cuales sobrevivirían nueve: Carlos Antonio (1910), Daniel (1912), Telesila (1917), Beatriz 1919), Sixta Tulia (1921), Elías (1923), Álvaro (1925),  Ricardo (1927) y Ana Silvia (1930). Ellos estudiaron en la escuela del pueblo y por turnos, serían enviados a internados en Buga, Palmira y Popayán para continuar con la secundaria.

Alto, ojizarco y vestido de lino blanco y con sombrero, ´papá Manuel´ sería una figura particular por esos parajes hasta el final de sus días, fue concejal, comerciante, cañicultor y productor panelero. En sus tierras poseía caballos y un trapiche de tracción animal, similar a los muchos que operaban en el valle geográfico del río Cauca para producir la panela artesanal, ese dulce marrón que se extrae de la caña antes de que sea refinada.

La panela. En los primeros años los caballos traían las cañas de los campos al molino del trapiche del Pitayo para ser trituradas, luego de obtenerse el guarapo se vertería en pailas de cobre para cocinar este jugo a gran temperatura hasta lograr la espesura ideal de esa miel que se vaciaba en moldes de madera cuadrados y redondos hasta su solidificación. El resultado de ese proceso manual era la panela y algunas otras dulces delicias, como la melcocha, el moscorrofio y el blanquio.

Para supervisar la producción de panela, él recorrería en su montura y luego en una Ford, esos seis kilómetros polvorientos entre Miranda y El Pitayo, ubicado en Santana (Santa Ana), un asentamiento negro que proveía de mano de obra a las fincas de Pradera y Florida y a los primeros ingenios de la zona.

1936: el traslado a Cali. En plenos preparativos para celebrar el IV centenario de la capital del Valle, la mayoría de la familia se mudaría a Cali, al barrio Santa Rosa, por El Calvario (Carrera 10 con Calle 6), donde Manuel José establecería el negocio de comercialización de panela, la Agencia Prieto Díaz Hermanos.

Carlos Antonio y Daniel se quedarían al frente de la hacienda y la venta de panela. Las dos jovencitas, Beatriz y Sixta Tulia quien había sido reina de belleza de Miranda, se casarían muy pronto y conformarían las familias Hurtado Prieto y Olaya Prieto, mientras Elías, Álvaro y Ricardo ingresarían al colegio de los maristas, el San Luis Gonzaga, donde se graduarían y establecerían relaciones permanentes con Cali y Palmira.

Los años 40. Morirá Federico Prieto, solterón y rico y les dejará una buena herencia a sus dos hermanos, Manuel José y Delfín. La Primavera con ganado en sus potreros y La Cañada con su trapiche y la casa del barrio El Peñón (Calle 2 No. 2-19) donde él vivía con mamá Avelina, serían para Manuel José. Los Prieto Díaz se trastearían al oeste de la ciudad, cerca al río Cali hasta los años 50, cuando la propiedad se vendería para modernizar el trapiche de El Pitayo con un motor diésel.

El monocultivo de caña. Si bien es cierto que desde la década del 30 la caña sería un cultivo muy popular, es en los años cincuenta  cuando se promovería la incorporación de tierras al sector azucarero y la transformación de las haciendas de la región que combinaban la ganadería con la caña y el trapiche productor de miel y panela, a terrenos dedicados a la explotación del mercado del azúcar con los primeros ingenios: Manuelita, Providencia, María Luisa y Río Paila. El monocultivo de caña, la producción de azúcar y las exportaciones vendrían en los sesenta cuando Cuba fuera excluida de la cuota del mercado norteamericano.

A mediados del siglo XX, cuando el orden mundial se regía por las dos súper potencias, EE.UU. y la URSS, y el escenario nacional se teñía de rojo y azul por la violencia entre liberales y conservadores, Álvaro llegaría desde Atlanta, a Cali y al barrio El Peñón. Regresaría a trabajar al Valle del Cauca, un departamento próspero que acogía a grupos familiares de diferentes procedencias, como a los Prieto Díaz de Miranda y los italo colombianos, Bernardi Ospina. Dos familias que en Cali unirían sus caminos por medio de dos de sus hijos Álvaro y Regina, a partir de 1951.

Ilustración y animación de portada. Darío Bolívar. 

Fuentes citadas. * Agradecimiento a mi tía Silvia Prieto y los descendientes de la familia Prieto Díaz: María Teresa Hurtado Prieto, Luis Mario y Julio César Solanilla Prieto, Ricardo Prieto Guzmán y Antonella Lodollo Hurtado, por compartir sus recuerdos y apoyar la recopilación fotográfica.  (*A) Fotografías antiguas de diarios, de Cali y del río Cauca de la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero y el Fondo Archivo del Patrimonio Fotográfico y Fílmico del Valle del Cauca.

(*1) Álvaro Prieto Díaz. Nació el 13 de septiembre de 1925 en Miranda (Cauca) y falleció el 6 septiembre de 1993, en Cali (Valle del Cauca) Se casó con Regina Bernardi el 19 de diciembre de 1953 y tuvieron a Adolfo, Maritza Fernanda, Liliana, Mauricio e Isabella. (*2) Manuel José Prieto. Nació el 12 de junio en 1880 y murió en marzo de 1958 en Cali. Su padre era Afanador Sánchez, su madre Avelina Prieto y sus hermanos fueron Federico y Delfín . (*3) Teresa Díaz nació en 1888 en Pradera y murió en 1971 en Cali. Hija de Simeón Barona y Teófila Díaz de Bogotá. Quedó huérfana a los 3 años. Daniel Prieto Díaz, nació el 24 de abril de 1913 y murió en Cali en junio de 1983, con Ana Joaquina tuvo a Adolfo, Guiomar, Aide, Diego y Rubén Darío. Telesila Prieto Díaz, nació el 20 de agosto de 1917 y murió en Cali el 12 de agosto de 2019, se casó con Luis Mario Solanilla y tuvieron a Luis Mario, Julio César y Miguel Ángel. Sixta Tulia nació en 1921 y murió en Cali el 9 de enero de 1995: sus hijos Olmedo, Gladys, Álvaro, Guiomar y Luz Marina Olaya. Elías Prieto Díaz, nació en febrero de 1923 y murió en Cali en julio de 1996. Ricardo Prieto Díaz nació en marzo de 1927 y murió en Palmira en febrero 12 de 2017, con Silvia Guzmán tuvieron a María Mercedes y Ricardo. Ana Silvia, nació en 1930, sus hijos Jorge, Manolo, Silvia Elena y Adriana Gómez.

(*4) Estados Unidos de Colombia fue un Estado federal creado en 1863 y disuelto en 1886, que comprendía a Colombia, Panamá, y algunas porciones de Brasil y Perú. (5*) Estado Soberano del Cauca 1857-1886 pasaría a llamarse Departamento del Cauca. (*6) Miranda (Cauca) fundada el 7 de mayo de 1899 por Julio Fernández Medina, esta población y el caserío de Santana fueron escenario de la Guerra de los Mil Díaz. En 1.903, se convirtió  en cabecera del Municipio con el nombre de Miranda, en homenaje al prócer de la Independencia, Francisco Miranda.