Mauricio Ramelli, il grande esponente della pittura murale religiosa del XX secolo in Colombia

Il maestro Mauricio Ramelli Adreani, nato 130 anni fa a Bogotà, apparteneva alla dinastia di artisti, scultori e pittori Ramelli, che ha lasciato una grande eredità in diverse città colombiane. I legami di questa famiglia con la Colombia risalgono a suo padre, il maestro Luigi Ramelli Foglia, un artista svizzero nato nel Canton Ticino, formatosi a Firenze e con una carriera artistica.

La storia della Diaspora Italiana in Colombia seppure non estremamente copiosa rispetto a quanto avvenuto in altri paesi come Venezuela e Argentina, è stata caratterizzata da famiglie i cui esponenti si sono distinti in importanti attività professionali. Certamente l’architettura e l’ingegneria sono stati i principali settori in cui gli italiani si sono affermati professionalmente ma tra questi anche il settore dell’arte ha avuto un ruolo molto significativo. Non c’è dubbio che proprio la costruzione del teatro nazionale Cristoforo Colombo in Bogotà, progettato e diretto dall’architetto italiano Pietro Cantini, originario di Firenze, aveva svolto un ruolo “attrattore” per molti artisti italiani invitati a decorare l’importante teatro.

Tra questi artisti anche esponenti della famiglia Menarini, Gatto e Ramelli e proprio quest’ultima si era insediata definitivamente in Colombia e da qui la discendenza di tanti altri importanti artisti a cominciare da Luigi Ramelli e dal figlio Mauricio nato in Colombia nel novembre del 1891. A 130 anni dalla nascita ricordiamo le opere più significative grazie al contributo di Isabella Prieto di Cali. Olimpya Niglio.

Il maestro Mauricio Ramelli Adreani, nato 130 anni fa a Bogotà, apparteneva alla dinastia di artisti, scultori e pittori Ramelli, che ha lasciato una grande eredità in diverse città colombiane. I legami di questa famiglia con la Colombia risalgono a suo padre, il maestro Luigi Ramelli Foglia, un artista svizzero nato nel Canton Ticino, formatosi a Firenze e con una carriera artistica.

La revista INCONTRI publica el artículo escrito por La Bernardi y traducido por la arquitecta Olimpya Niglio, en su edición de enero y febrero de 2022, en la sección Rúbrica.

Tesoros ocultos con sello italiano en el Valle del Cauca

En la sección Tesoros ocultos del programa de radio Oye Cali les descubro parte de ese legado y la influencia de los italianos en 𝗖𝗮𝗹𝗶, 𝗕𝘂𝗲𝗻𝗮𝘃𝗲𝗻𝘁𝘂𝗿𝗮, 𝗧𝘂𝗹𝘂á, 𝗖𝗮𝗹𝗶𝗺𝗮 – 𝗘𝗹 𝗗𝗮𝗿𝗶é𝗻 𝘆 𝗣𝗼𝗽𝗮𝘆á𝗻. Un colectivo de inmigrantes que llegó en diferentes momentos, a través de los siglos, y que está muy ligado al desarrollo del Valle del Cauca y del suroccidente colombiano por sus aportes en diferentes campos.

En la sección Tesoros ocultos del programa de radio Oye Cali les descubro parte de ese legado y la influencia de los italianos en 𝗖𝗮𝗹𝗶, 𝗕𝘂𝗲𝗻𝗮𝘃𝗲𝗻𝘁𝘂𝗿𝗮, 𝗧𝘂𝗹𝘂á, 𝗖𝗮𝗹𝗶𝗺𝗮 – 𝗘𝗹 𝗗𝗮𝗿𝗶é𝗻 𝘆 𝗣𝗼𝗽𝗮𝘆á𝗻. Un colectivo de inmigrantes que llegó en diferentes momentos, a través de los siglos, y que está muy ligado al desarrollo del Valle del Cauca y del suroccidente colombiano por sus aportes en diferentes campos.  

Iniciemos esta travesía por 𝗕𝘂𝗲𝗻𝗮𝘃𝗲𝗻𝘁𝘂𝗿𝗮, población fundada el 14 de julio de 1540, y bautizada así por estar ese día consagrado al santo italiano, San Buenaventura de Fidanza, cardenal y Doctor de la Iglesia. Cuando esta población emergía como el principal puerto marítimo sobre el Pacífico colombiano, Vicente Nasi, arquitecto turinés pionero de la cultura italiana en el extranjero, construiría en 1933 la Estación del Ferrocarril de Buenaventura por encargo de los Ferrocarriles del Pacífico. Hoy es considerado uno de los primeros edificios modernos en el país y es monumento nacional.

En la emisión de Oye Cali del 20 de septiembre de 2021, La Bernardi fue invitada por Julián Arbeláez para relatar en la sección Tesoros Ocultos el legado de los italianos en este territorio. Escuchar el audio hacia 1:06 https://www.facebook.com/OyeCali/videos/2922216351363567/

En 𝗖𝗮𝗹𝗶 la italianidad está presente de muchas maneras, varios hitos urbanos son obra de manos italianas y colombianas:

Desde 1953, Santiago de Cali tiene en Cristo Rey, uno de sus monumentos más emblemáticos en el Cerro Los Cristales, una escultura gigantesca de 21 metros realizada por dos hermanos de Pietrasanta, los maestros Adelindo y Alideo Tazzioli, por invitación del promotor y gestor de la obra, el padre jesuita, José Arteaga, para conmemorar los 50 años de paz tras el final de la Guerra civil de los Mil Días.

Los murales de Mauricio Ramelli Adreani, este maestro de ascendencia suiza e italiana es considerado el gran exponente de la pintura mural del siglo XX en Colombia. Dejaría plasmada su obra en dos construcciones icónicas entre los años 20 y 30: en el interior de la Iglesia de San Francisco, hoy BICN, construida entre los siglos XVIII y XIX. Sus bóvedas y cúpulas fueron decoradas con pinturas sobre la vida de San Francisco de Asís y son ejemplo de ornamentación republicana. Una de las obras más sobresalientes son los frescos del plafónd  del Teatro Municipal Enrique Buenaventura, denominados ´Alegoría de Cali´, en los que representa a las artes, con clara influencia de la cultura colombiana, con elementos como el plátano

El Teatro Jorge Isacs, este monumento nacional es obra del negociante alemán Hermann S. Bohmer, quien compraría el terreno en 1930 y le confiaría la construcción de un teatro clásico al joven ingeniero italiano, Gaetano Lignarolo, quien lo haría a la maniera italiana y con una acústica perfecta para presentaciones artísticas de alto nivel. Esta edificación sería una de las más importantes de la ciudad, edificada con los materiales y sistemas de más modernos y haría en honor al escritor caleño, Jorge Isaacs.

Las obras de la firma Borrero-Zamorano-Giovanelli, de los ingenieros colombianos, Fernando Borrero y Alfredo Zamorano de la Universidad Nacional y el italiano, Renato Giovanelli, de la Universidad de Roma. Ellos serían grandes protagonistas en el auge de la arquitectura moderna en Cali entre los años 50 y 60.  Se destaca el Banco Cafetero, ganador del primer premio de arquitectura vallecaucana en 1962 por su plataforma abierta al público y la torre que permitió la densificación del centro. Otros edificios de oficinas en el centro como el Banco de Colombia, el Edificio Belmonte y el Edificio Aristi; y el Club Campestre en el sur de la ciudad.

En el centro del Valle destaco dos tesoros, una obra de infraestructura y una edificación educativa.

Hace justamente 60 años, Perini Corporation, la constructora de obras de ingeniería con sede en Boston de descendientes de italianos asentados en Norte América, inició junto con firmas vallecaucanas, la construcción de la Central Hidroeléctrica del río Calima, uno de los embalses más grandes de Colombia, en uno de los parajes naturales y turísticos más cautivadores

 El colegio salesiano San Juan Bosco es una de las postales más auténticas de Tuluá. El alma de Italia habita allí desde cuando hace 100 años ¨» él más prolífico diseñador y constructor de edificios religiosos en todo el país durante este periodo», el religioso piamontés, Giovanni Buscaglione, trazó y dirigió esa obra. Allí se han educado muchas generaciones de tulueños.

Hacia al sur, en el Valle de Pubenza, hay muchas obras con influencia italiana, resalto dos obras en Popayán del sacerdote y arquitecto italiano, fray Serafín Barbetti, quien llegaría a Colombia en 1859 con la misión de reemplazar la segunda catedral de Popayán arruinada por los terremotos del siglo XVIII. El estado del Cauca lo contrataría para hacerse cargo de la Catedral Basílica Metropolitana de Nuestra Señora de la Asunción en el costado sur del Parque Caldas y el Puente del Humilladerola obra de ingeniería más significativa de Popayán del siglo XIX. Hoy, 148 años después de su apertura, Este hermoso puente de ladrillo y calicanto, de aproximadamente 200 metros y 5 de anchura con barandas laterales, es uno de los sitios más visitados del centro histórico de la ciudad blanca, en el barrio El Callejón.

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Mauricio Ramelli Adreani, el gran exponente de la pintura mural del siglo XX en Colombia

El maestro Mauricio Ramelli Adreani, el gran exponente de la pintura mural del siglo XX en Colombia, quien pertenecía a la dinastía artística de los Ramelli, a partir de 1922 dejaría su legado artístico plasmado en muchas edificaciones de Bogotá, Cali, Palmira, Buga, Armenia, Pitalito y Medellín, algunas de ellas monumentos nacionales.

En 1883 la familia Ramelli entraría en contacto con nuestro país, cuando el artista suizo ornamentador, Luigi Ramelli Foglia (Grancia, Cantón italiano del Ticino*1) aplicara al concurso convocado por el Gobierno de los Estados Unidos de Colombia (*4), para dictar la cátedra teórica y práctica de ornamentación a los artistas en Santa Fe de Bogotá, fundar la Escuela Nacional de Bellas Artes y decorar el Teatro de Cristóbal Colón y el Palacio de la Carrera (*5).

Dinastía Ramelli. A sus 32 años el maestro Luigi, formado en la Scuola Professionale delle Arti Decorative Industriali di Firenze y con una trayectoria artística tanto en Suiza como en Italia, ganaría el concurso y obtendría un contrato por cuatro años. Partiría de Saint-Nazaire (Francia) y llegaría a tierras colombianas en 1884, época en la cual los arquitectos y artistas extranjeros eran muy apetecidos para trabajar en la transformación que experimentaba Bogotá al dejar atrás la arquitectura colonial para darle paso a la republicana.

El maestro Mauricio Ramelli en su época de residencia en Cali y Armenia. El también pintaría cuadros paisajísticos y de figura humana, que reposan en poder de la familia. 

Taller Ramelli. Al artista lo seguiría a la capital de la República su esposa italiana, Beatrice Adreani Perruchetti (*2), con su hijo mayor Colombo y, el 15 de noviembre de 1891, nacería Mauricio (*3). El maestro Luigi abriría las puertas de su Taller de Artes Decorativas y Ornamentación, en el barrio Santa Bárbara Central y se convertiría en el pionero del arte ornamental al implantar un estilo novedoso con materiales nobles como el yeso y el cemento. Sería el fundador de una dinastía de artistas, escultores y pintores de varias generaciones entre hijos, nietos y bisnietos, que dejaría un gran legado en diferentes ciudades de Colombia.

Mauricio y su formación italiana. A sus 16 años viajaría a Suiza con parte de su familia e iniciaría su aprendizaje en 1909, en dos centros de altísima calidad de Milán, primero en la Escuela Superior de Artes donde obtuvo medallas por la excelencia de sus obras en arquitectura y pintura; y luego en la Accademia di Belle Arti di Brera, institución reconocida porque posee una de las más importantes pinacotecas de Italia, en esas aulas completaría sus estudios en pintura y decoración de interiores, con formación neoclásica.

Su paso por Florencia. Para perfeccionar sus conocimientos artísticos, lo acogería en su taller de pintura en Florencia, su tío paterno, Bernardo Ramelli y sería en esa ciudad donde Mauricio entraría en contacto con el arte, la historia y la cultura más refinada, en galerías y museos de fama mundial, una mirada que enriquecería su universo creativo.

Un artista al ejército. Las sombras de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) cubrirían esa vida creativa que llevaba el artista en la capital de la Toscana, donde se cerrarían las academias. Ramelli se trasladaría a la casa paterna en Grancia, donde se dedicaría a decorar cielorrasos y muros con pinturas murales, retratos y paisajes. Sin embargo, tanto él como su hermano Helvecio, tomarían la difícil decisión de enrolarse en las filas del ejército suizo para proteger la soberanía nacional.

Los años 20. Fue la década de los cambios en la vida de Mauricio, él se casaría por primera vez con la suiza Hedy Daetwyler Leuman, el 7 de octubre de 1920 y retornaría a Bogotá al año siguiente para instalarse definitivamente en Colombia. Se incorporaría al Taller Ramelli (*6) de arte decorativo, pintura y escenografía en 1922, que estaba cargo de su hermano Colombo, escultor formado en Milán y continuador de las obras de ornamentación en yeso del maestro Luigi.

Obras en Bogotá. La primera obra que Mauricio ejecutaría con el Taller Ramelli sería el mural de la bóveda y la decoración interior de la Capilla La Bordadita (*7) del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Los encargos seguirían llegando y el taller se sumaría al equipo decorador de la Iglesia Nuestra Señora de Egipto (*8) hacia 1922, donde el maestro Mauricio elaboraría seis pinturas murales en el cielo falso con escenas alusivas a la vida de la Virgen María.

El maestro para esa misma época ganaría un concurso público para decorar el plafond del Teatro Municipal de Bogotá.  (*10)

Teatro Faenza. El Taller Ramelli dejaría también su sello en el histórico Teatro Faenza  (*9) que abrió puertas en 1924, con varios trabajos decorativos de los dos hermanos, en la fachada y algunas columnas están las esculturas de Colombo y en muros interiores y el arco de boca, están las pinturas murales de Mauricio.

Ramelli en el Valle del Cauca. El maestro Mauricio se desplazaría a esta región, donde dejaría plasmada su obra en Cali, Palmira y Buga, en cuatro construcciones icónicas. Luego de la restauración de la Iglesia de San Francisco (*11) hacia 1925, Ramelli pintaría los murales en el techo, representando la vida del Santo y en las pechinas, los 4 evangelistas.

Hacia 1927, haría para el Teatro Municipal Enrique Buenaventura (*12)  que era el centro cultural de la capital vallecaucana, una de sus obras más sobresalientes, los frescos del plafónd denominados ´Alegoría de Cali´, en los que representa las alegorías a las artes, con clara influencia de la cultura colombiana, ya que incluye elementos como la mata de plátano.

Ramelli también realizaría trabajos decorativos en la Basílica del Señor de los Milagros (*13) en Buga y se encargaría de pintar a la Virgen de Nuestra Señora del Palmar en el ábside de la Catedral de Palmira (*14), con el oro como elemento decorativo. Para esos años, Mauricio perdería a su esposa Hedy, quien le dejaría una hija, Beatrice.

Armenia, una nueva familia. En ese peregrinaje por ciudades colombianas, el maestro Mauricio escogería a Armenia que estaba en pleno auge con la exportación del café y la llegada del tren, para radicarse e instalar su taller de arquitectura y arte. En enero de 1932, se casaría con Mariela Botero Restrepo, quien provenía de una familia de colonizadores antioqueños de Sonsón, con ella tendría sus otros siete hijos, Hedy, Daniel (*15) y Esther nacerían en Armenia, mientras Ligia, Enrique, Francisco José y Clara Inés llegarían en Medellín. 

El maestro Mauricio Ramelli en Medellín en 1954, con su esposa Mariela, sus 7 hijos y Beatrice, su primera hija con su esposo.

Ramelli y Bernardi. En esta población del eje cafetero, los dos extranjeros se conocerían y trabajarían juntos en varias obras, se destaca su participación en la Estación del Ferrocarril de Armenia (*16), donde la firma ABC del constructor italiano Antonio Bernardi levantaría la estructura en ferro concreto, mientras el arquitecto Ramelli se encargaría de la obra blanca, la decoración y la ornamentación de la fachada (*17).

A Medellín. Hacia 1942 el maestro se trasladaría con su familia a la capital antioqueña, región donde se dedicó a diferentes actividades, entre ellas la elaboración de diversas obras artísticas. En Jericó decoraría con pinturas murales su antigua Catedral y dejaría su  huella en las iglesias de Támesis y La América de Medellín (1898), ciudad donde fallecería el 12 de mayo de 1973. La obra artística de Mauricio Ramelli Adreani lo sobrevive, es considerado como el mayor exponente de la pintura mural religiosa durante el siglo XX, dejaría un legado en edificaciones, muchas de ellas hoy son monumentos nacionales.

 (*15) Este artículo fue realizado a partir del texto elaborado por Daniel Ramelli Botero sobre la vida personal y familiar del maestro Mauricio Ramelli Adreani, agosto. 2020. ramelliprati@hotmail.com

(*1) Luigi Ramelli Foglia: Nació y murió 1851 –1931, en Grancia en el Cantón italiano del Ticino, Distrito de Lugano, Suiza. (*2) La esposa de Luigi y madre de Mauricio Ramelli, Beatrice Adreani Perruchetti, nació en Cunardo, región de Lombardía, Italia. (*3) Mauricio Ramelli Adreani, nació en Bogotá el 15 de noviembre de 1891 y falleció el 12 de mayo de 1973 en Medellín. (*4) El país fue llamado «Estados Unidos de Colombia» el 3 de febrero de 1863 por la Constitución de Rionegro. En 1886, se crea la República de Colombia. (*5) El Palacio de Nariño inaugurado en 1908, se llamaba antiguamente de la Carrera. (*6) El Taller Ramelli fundado por el maestro Luigi y que luego dirigió su hijo mayor Colombo, estaba en la Carrera 6 con Calle 6. Luego estarían al frente del establecimiento sus nietos, Mario, Carlos y Mary Ramelli Cremonini. Hasta su cierre estaría a cargo de Germán Reitz Ramelli. (*7) Capilla La Bordadita, patrimonio cultural, está en la Carrera 12 con Calle 5, La Candelaria. (*8) Iglesia de Nuestra Señora de Egipto, en 1975 declarada Monumento Nacional, por cumplir un papel  importante en el centro histórico de la capital y por ser un “centro de devoción pública que alberga obras gran mérito artístico”.  (*9)Teatro Faenza, declarado monumento nacional en 1975 y en 1997 Bien de Interés Cultural de la Nación. La Universidad Central es la propietaria de este inmueble ubicado en la Calle 22 no. 5-50. (*10) Teatro Municipal de Bogotá se inauguró en 15 de febrero de 1890 y fue demolido hacia los años 50. (*11) Iglesia de San Francisco, hoy BICN, fue construida entre los siglos XVIII y XIX en pleno centro. (*12)Teatro Municipal Enrique Buenaventura, abrió sus puertas el 30 de noviembre de 1930. (*13) La Basílica del Señor de los Milagros de Buga, se inauguró el 2 de agosto de 1907  (*14) Catedral de Nuestra Señora del Rosario del Palmar de Palmira, se inauguró el 9 de febrero de 1929. (*16) Estación del Ferrocarril de Armenia declarada por el Ministerio de Cultura como Bien de Interés de la Nación en 1996. (*17) Antonio Bernardi, los años dorados en Armenia (1930-1938), blog La Bernardi

Documentos de consulta

  • 60 años. Teatro  Municipal Cali. Ed. Printer Colombiana. 1ª. ed. 1987.                                                                     
  • Cuadernos de taller. Pintura mural en Colombia. Universidad Externado de Colombia. Facultad de restauración de bienes muebles. Editorial Panamericana, 2003.  
  • Ramelli, 120 años de arte en Colombia 1884-2004. Exposición, teatro Colón, Bogotá.  Reitz Ramelli Germán. Villegas Ramelli Juan Pablo.  Arango Mónica.  Ramelli de V. Esther.  Delgadillo Hugo.  Torres Maria Clara.  Jácome  Leonor.  De Pombo Amalia. Cantini Jorge Ernesto.  Alzate Beatriz.  Publicación conmemorativa, 2004.Bogotá.                                                                                                  
  • Pietro Cantini. Semblanza de un Arquitecto. Colección Corporación La Candelaria, Alcaldía Mayor de Bogotá. Jorge Ernesto Cantini A. Editorial Proa Ltda.1990.    
  • Colombia Suiza 1908-2018. Edición conmemorativa. Embajada de Suiza, Bogotá.2008.   
  • Teatro Colón. Bogotá. Reapertura. Ministerio de Cultura. Editorial Afán Gráfico.2014.            
  • El  Libro Fragmentos de la Memoria de la ciudad de Armenia Años 30 al 36 del siglo XX – obra de Antonio Bernardi de las arquitectas María Eugenia Beltrán y Laura Ossa Sánchez

Los años dorados en Armenia (1930-1938)

Los treinta serían años tumultuosos a nivel mundial, pero para el joven constructor italiano, Antonio Bernardi, representarían los más prósperos de su carrera profesional, gracias a la creación de ABC, su firma constructora y el traslado a Armenia, donde se metería a transformar urbanística y arquitectónicamente esa villa cafetera de bahareque.

Los treinta serían años tumultuosos a nivel mundial, pero para el joven constructor italiano, Antonio Bernardi (*1), representarían los más prósperos de su carrera profesional, gracias a la creación de ABC, su firma constructora y el traslado a Armenia (*4), donde se metería a transformar urbanística y arquitectónicamente esa villa cafetera de bahareque, fundada por colonizadores antioqueños, que en solo cuatro décadas se había convertido en el enclave de exportación del producto base de la economía colombiana y principal generador de divisas.

Dos continentes. Mientras las noticias registraban la extensión a Europa de la Depresión económica norteamericana y el aire siniestro que se respiraba ante las dictaduras de la Italia fascista y la Alemania de Hitler; los colombianos celebraban con alborozo, el triunfo del primer presidente liberal del siglo, Enrique Olaya Herrera, quien fomentaría la industria nacional y la conectividad del país a través de la línea férrea y las carreteras; e introduciría reformas laborales como el descanso dominical, las vacaciones remuneradas y la jornada de 8 horas.

Los Bernardi Ospina. Para entonces el ingeniero Bernardi se instalaría con su esposa Camila Ospina (*2) y sus pequeñas niñas, Regina y Gladys, en la casona del Parque Uribe (*5), adquirida por $2.500 pesos a don Vicente Girado, el industrial y hombre cívico que lo convenció para asentarse en Armenia, un pueblo caldense ubicado en forma estratégica y que había cobrado gran importancia en la escena nacional por la llegada a su territorio, de dos líneas del ferrocarril: la del Pacífico y la de Caldas.

La firma ABC. El ingeniero Bernardi montaría su sede en la Carrera 6ª entre calles 8 y 9 y su línea telefónica sería una de las primeras instaladas, desde ahí él atendería los múltiples frentes de obras que tenía en la ciudad y tendría como fiador y garante a su  suegro paisa radicado en Manizales, Luis María Ospina (*3).

Nuevas tecnologías. Antonio Bernardi quien se había especializado en la Universidad de Lima en ferro concreto, un novedoso modelo de construcción de edificios de varios pisos que estaba en pleno auge en EE.UU. y Europa, marcaría el rumbo de la innovación en Armenia entre 1929 y 1938, con las obras levantadas – muchas de gran magnitud- a través de este nuevo sistema de estructuras de hierro corrugado y cuerpo de concreto, perdurables en el tiempo y que permitían grandes espacios, sin usar columnas, para usos institucionales, bancarios, industriales, comerciales y culturales.

El angel vengador, obra de la familia Bernardi, regalo de Roberto Henao a Antonio Bernardi cuando hicieron equipo en Armenia.

Con los mejores. Se rodeó de arquitectos, ingenieros y artistas con las mejores cartas de presentación, con quienes erigió obras que pasarían a la historia, dos de ellas son hoy monumentos nacionales, la Estación del Ferrocarril y la Plaza de Mercado (*6). Trabajó con el escultor formado en París, Roberto Henao Buritacá quien acaba de instalar la estatua de bronce del Libertador, en la Plaza de Bolívar de Armenia; el ciudadano colombo suizo con estudios en arte y arquitectura en Milán y Florencia, Mauricio Ramelli Adriani (8*), quien tenía su propio taller; y los arquitectos colombianos Lino y Arcesio Jaramillo.

La Estación del tren. Con la expansión de los ferrocarriles en el país, las poblaciones empezaron a ser dotadas con un conjunto de edificaciones que componían las estaciones para recibir pasajeros y despachar mercancías. En Armenia, con diseño y planos del ingeniero Alfredo Vásquez Cobo, gerente de Ferrocarriles Nacionales, se le encargaría a Antonio Bernardi una de las primeras obras y más simbólicas, la estructura en ferro concreto del edificio central, las bodegas y el gran patio de maniobras. La obra blanca, la decoración y la ornamentación de la fachada de la Estación se la asignarían al taller del arquitecto Mauricio Ramelli.

Polo de desarrollo. El terminal se convertiría en el eje articulador de la economía y centro de acopio de mercaderías y trilla de la región, desde ahí se despacharían el café al exterior, vía el puerto de Buenaventura. Como los industriales del café trasladarían en sus cercanías los depósitos del producto y las trilladoras, contratarían a la firma ABC para levantar varias de esas edificaciones: la Trilladora Colombia de los Aristizábal, la más moderna y sólida; la Trilladora Villegas Hermanos y la Trilladora Espinosa.

Castillo Getsemaní. En una colina desde donde su excéntrico propietario divisaba la Estación para tener el control de sus negocios de café y chocolate, Bernardi construiría para don Domingo Quintero y su familia, el Castillo Getsemaní, residencia con una mezcla de estilos y rica en decorados y ornamentación, ubicada entre las carreras 19 y 20 con calles 28 y 29.

Un italiano en su coupe. La novedosa máquina de cuatro ruedas que con el tren, desplazó a las recuas de mulas para transportar la mercancía y las familias, andaba ya rampante por las carreteras onduladas y calles polvorientas de las jóvenes poblaciones cafeteras del Viejo Caldas. Antonio y Camila serían figuras habituales por esos parajes andinos en su par de Chevrolet importados; él con su corbatín y su sombrero, al mando de su lujoso Coupe 1936 de dos puertas y la joven señora de Manizales, en su hermoso Confederate Convertible Landau 1932, portando la licencia de conducción 01 de Caldas.

Vías y servicios públicos. Armenia como municipio ahora le apostaría al desarrollo vial y la modernización de los servicios públicos de la zona céntrica, con la empresa ABC, la cual ampliaría y pavimentaría en concreto las calles y, bajo ellas, construiría en forma innovadora el sistema de acueducto y alcantarillado, infraestructura que Antonio ya había ejecutado en Manizales años antes (*7).

El edificio VIGIG. La economía cafetera y la llegada del ferrocarril también jalonarían el comercio y la industria. Muchos comerciantes serían los clientes de ABC, entre ellos don Vicente Giraldo, quien contaba con manufacturas de jabones, maquinaria, la fábrica de Maizena, las Industrias y Gráficas Vigig. El empresario le encargaría construir en pleno centro, el edificio VIGIG, con su suite privada para residir en la ciudad y un gran local en los bajos para su almacén de exportación de café y la representación de diversas marcas.

La época de oro. Y mientras la firma constructora atravesaba por una época de bonanza que coincidió con la época de oro de Armenia, la cara del centro se iba transformando con edificaciones de concreto de varios pisos y con diferentes usos, que durante mucho tiempo fueron un referente para la población.

Entre ellos están el edificio del Orfanato al servicio de la comunidad, ubicado en las afueras; el edificio del Colegio de las Bethlemitas, con la zona de clausura y la capilla con su campanario que tenía una campana traída desde España; el Edificio de Rentas de Caldas con influencia art deco, altos pórticos, amplias escaleras de acceso y una gran puerta de hierro forjado; y el Yanuba, primer Pasaje comercial peatonal y teatro de tres pisos en Armenia, inaugurado en 1940 con la película El gran vals (*8).

La familia de Italia y Colombia. Para esos años, el hermano mayor de Antonio, llegaría procedente de una Italia que brindaba escasas oportunidades a la mano de obra del campo, Luigi se sumaría al equipo de ABC durante tres años, él necesitaba laborar para mandar recursos a su esposa y los tres hijos que había dejado en Ponte Nelle Alpi, el terruño de los Bernardi.

1935. Ese sería un año importante para la familia Bernardi Ospina, en enero 18 nacería la tercera hija del matrimonio a quien su padre bautizaría, Italia, en homenaje a su tierra; compraría un terreno en el municipio de Circasia e iniciaría la construcción de su finca La Italia, conocida como La Rústica; y en noviembre, la firma ABC de Antonio Bernardi y su equipo de profesionales, participarían en la licitación de un proyecto muy importante para la ciudad y la empresa, la Plaza de Mercado de Armenia.

Ilustración de portada. Diseñadora Paula Henao.  Fuentes citadas. *Gracias a la narración de mi madre, Regina y mi tía Italia Bernardi Ospina se han reconstruido las vivencias de las familias Bernardi Ospina y Ospina Mejía en esa época. *A la arquitecta María Eugenia Beltrán por la recopilación y visibilización de la obra que ha hecho de Antonio Bernardi en diferentes investigaciones. Archivo fotográfico: familia Bernardi Ospina y arquitecta Beltrán Franco

(1*) Antonio Bernardi de Fina nació en Ponte Nelle Alpi, provincia de Belluno, Italia (6-10-1900), hijo de Teodoro Bernardi y Regina De Fina. Murió en Cali (Colombia) (25-03-1977). (2*) Camila Ospina Mejía, nació (6-04-1905) en Pereira, departamento de Risaralda – hija de Luis María Ospina y Ana Joaquina Mejía. Murió en Cali, Colombia (11-10-1970). (3*)Luis María Ospina  ´papá Luis´, 1870 Aranzazu – julio 9 de 1943 Bogotá.

(4*) Armenia, fundada en 1889 perteneció al departamento de Caldas hasta 1966, en la actualidad es capital del departamento de Quindío y una de las principales ciudades del eje cafetero colombiano. El nombre proviene del país euroasiático. (5*) Primera casa donde vivieron los Bernardi Ospina en la Carrera 13 Nº 29-37, hoy funciona el Centro de Documentación Musical del Quindío. (*6) Estación del Ferrocarril y la Plaza de Mercado (demolida) de Armenia son inmuebles patrimonio material declarados por el Ministerio de Cultura como Bien de Interés de la Nación en 1996. (*7) Ver Un italiano en tierra cafetera en los años 20 (1 parte) http://www.labernardi.com/antonio-bernardi/un-italiano-en-tierra-cafetera-en-los-anos-20-1-parte/  (8*) Mauricio Ramelli, nació en Bogotá el 15 de noviembre de 1891, hijo de Luigi Ramelli y Beatrice Adreani, era de Lugano, la Suiza italiana, se formó en Milán y Florencia en arte y arquitectura. Tuvo una oficina como arquitecto. Falleció el 12 de mayo de 1973 en Medellín.

Documentos de consulta. El  Libro Fragmentos de la Memoria de la ciudad de Armenia Años 30 al 36 del siglo XX – obra de Antonio Bernardi de las arquitectas María Eugenia Beltrán y Laura Ossa Sánchez, fue el documento base para escribir sobre las obras de Antonio Bernardi en esa ciudad, donde se describe con una ficha técnica, que obras están aún en pie y cuales fueron demolidas por diferentes circunstancias. Armenia enclave exportador de café 1927-1959 de Gonzalo Alberto Valencia, Miguel Ángel Rojas y María Eugenia Beltrán, publicado por el Ministerio de Cultura 2016. Armenia, Pereira y Manizales: reseña histórica de su desarrollo urbano durante el siglo xx del arquitecto Andrés Eduardo Satizabal Villegas.