Denis Baldereschi: su retorno a las raíces sembrando marihuana industrial en el campo italiano

El relato de un joven agricultor, Denis Baldereschi, quien de Turín retornó a Mombercelli (Asti), la tierra de sus ancestros, cultivadores de viñedos que producían los vinos tintos piamonteses, a una propiedad abandonada por más de una década donde volvieron a germinar los frutales y él sembraría un cultivo muy controvertido, el de marihuana industrial.

Por Irene Garcés Medrano.  «El leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo», dice un proverbio chino refiriéndose a que todos los acontecimientos estarían relacionados y repercutirían los unos en los otros. No es para menos en un mundo globalizado e interconectado donde las mercancías viajan con más libertad que las personas.

Es el caso de Denis Baldereschi quien cumplió su sueño de adolescencia de vivir lejos de Turín y llevó a cabo un proceso migratorio interno: de la ciudad al campo. Él retornó a Mombercelli, en la  provincia de Asti, la tierra de sus ancestros, cultivadores de viñedos que producían los típicos vinos tintos piamonteses, a una propiedad abandonada por más de una década. Hoy en esa colina han vuelto a germinar los frutales y un cultivo muy controvertido aún, la marihuana industrial.

La tierra intacta. Un día llegó a manos de Denis un libro de Masanobu Fukuoka, el pionero japonés que demostró que era posible beneficiarse de los frutos de la tierra por medio de la agricultura de la conservación, al protegerla, volverla una aliada y no tenerla solo como fuente de explotación. El joven agricultor  retomó algunos principios de Fukuoka como dejar la tierra intacta sin ararla, cubierta con paja o plantas para permitir la restauración de microrganismos, quienes a su vez reconstruyen el suelo. Esta técnica la complementó con la permacultura o agricultura sinérgica.

El camino a sembrar cánnabis en el campo italiano. Denis se venía documentado sobre la posibilidad de sembrar la cannabis sin Tetra Cannabiol THC, -marihuana- pero desistió porque las semillas eran costosas y, al final, nadie le daba la certeza de vender la cosecha.

El reto. En el  2016 un amigo le presentó una persona que buscaba agricultores dispuestos a cultivar cannabis industrial en sus terrenos, fue así como Baldereschi se vinculó a la Asociación Canapa Val’ Susa que compra semillas y distribuye entre sus socios y les da la posibilidad de experimentar cultivando pocos metros de terreno. Denis y su compañera aceptaron el reto: los resultados fueron óptimos, en especial porque suscitaron el interés de uno de los expertos de cannabis más conocidos en Italia, el médico anestesiólogo Lorenzo Calvi, quien investiga el uso terapéutico de la cánnabis y tomó muestras de la cosecha de la pareja como objeto de estudio.

Las propiedades. Hoy en día este campesino piamontés cree firmemente que la planta cuenta con infinidad de propiedades que ameritan estudio y atención: “posee una cantidad elevada de microelementos útiles; sus raíces mejoran el terreno disponiéndolo para cultivos posteriores; mejora el aire porque captura importantes cantidades de CO2 y proporciona una elevada gama de productos sin renunciar a una impronta ecologista, sostenible y potencialmente regenerativa”.

Los beneficios del cáñamo industrial. Denis asegura que su siembra significa la revitalización de la agricultura en Italia, por qué de una cosecha se obtienen diferentes productos, semillas, fibras y resinas. Y por tratarse de una planta que se adapta a cualquier tipo de terreno, crece por doquier, señal de la biosfera que la considera útil en todas partes.

La asociación Periferizo en Italia que hace referencia a aquellas personas que han crecido en la periferia, como este joven oriundo de Falchera, uno de los barrios populares de Turín más anómalos y aislado, tiene como objetivo estudiar y aplicar las potencialidades y ventajas del cultivo de cánnabis. Asimismo, la promoción de las técnicas de cultivo y difusión de los productos derivados. Sin embargo, el mayor obstáculo encontrado hasta el momento por los socios es la falta de un  sistema que se ocupe del procesamiento de la cánnabis en su etapa final, de modo que el agricultor sepa con claridad a quién entregar la cosecha.  

Las leyes italianas. En el año 2016 se aprobó la Ley para impulsar la cadena de suministro de la cánnabis, no obstante los agricultores sufrieron la carencia de las infraestructuras necesarias en el proceso que sigue a la recolección de la cosecha. “Una verdadera lástima si se piensa que una hectárea de cáñamo, produce tanto papel como cuatro hectáreas de árboles y que el bioplástico de cáñamo es biodegradable; además, cualquier cultivo posterior se beneficiará porque el cáñamo rehabilita  el suelo”, explicó Denis.

De otra parte, existen leyes como la Ley 309/90 que clasifica, sin ningún rigor científico, toda variedad de cáñamo como estupefaciente, exponiendo a los agricultores a la acusación de venta de sustancias psicotrópicas. Actúa como un disuasivo para aquellos agricultores que desean emprender el cultivo industrial de cáñamo.

Los prejuicios.Desde mediados del siglo pasado la cánnabis medicinal ha sido considerada droga. Dicha criminalización provocó su desaparición con graves daños a los ecosistemas donde sirve como regulador biológico por su acción de mejoramiento del terreno. La prohibición del cáñamo se basa en el poder psicotrópico de su resina. Una resina que no es letal para el ser humano y que según datos científicos, puede ser de gran utilidad terapéutica.

La UE. Una importante sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea estableció que un estado miembro no puede prohibir la comercialización de Cannabidiol (CBD) producido legalmente en otro estado miembro, cuando se extrae de la planta Cannabis sativa en su totalidad y no exclusivamente de las fibras y semillas. Para la Corte, el CBD no contiene ningún efecto psicotrópico, lo que no causaría ningún daño real a la salud, por lo que no se puede equiparar a las drogas sujetas a control.

En los últimos años en Italia se registra un aumento de superficies cultivadas de cannabis, en virtud de la Ley 242/16 que abre al mercado la posibilidad del comercio de las inflorescencias con un contenido de principio activo THC dentro los límites consentidos por la ley. Tiempo atrás este país  era el segundo productor mundial de cáñamo (marihuana industrial), de hecho, en el Piamonte existe una vasta zona llamada el Canavese, -nombre que al parecer deriva de “Cannapa” – cáñamo, donde se cultivaba marihuana industrial como materia prima para tejidos, cuerdas, aislantes y medicinas

La ONU. La marihuana no será considerada una droga peligrosa como la cocaína y la heroína. La ONU, reunida en Viena el 2 de diciembre, aprobó la resolución que elimina la cánnabis  del Cuadro IV de la Convención Única sobre Estupefacientes del 1961, que incluye las drogas «particularmente nocivas y de valor médico o terapéutico extremadamente bajo«. La decisión exalta el valor terapéutico de la cánnabis y se alinea a la posición de la OMS (Organización Mundial de la Salud). Esta es una decisión histórica que facilitará la investigación sobre las propiedades terapéuticas de la cánnabis. Es de señalar que  la marihuana sigue incluida entre las sustancias prohibidas pues no se hizo ningún cambio en el derecho internacional que prohíbe el uso recreativo de la cánnabis.

De otra parte, se multiplican estudios que confirman las cualidades médicas de esta planta. En Europa está la experiencia en Ámsterdam (Holanda) de los llamados Cánnabis Club que también se han incrementado en España. Canadá y Uruguay la legalizaron, el gobierno tailandés permite el uso terapéutico, en Nueva Zelanda está en acto un referéndum y parte de la opinión pública en México presiona para su despenalización.

En Estados Unidos legalizaron la producción y venta de marihuana para uso recreativo Colorado, Washington, Oregón, Alaska y el Distrito de Columbia. Y en Colombia se aprobó y se reglamentó el cultivo de marihuana con fines medicinales y científico. Un estudio de Fedesarrollo indica  los ingresos que generarían al país: en un área de 56 hectáreas, se proyectan en 99 millones de dólares en 2020 y en el 2025 alcanzaría los 791 millones de dólares.