El minestrone genovés es una deliciosa y genuina sopa de verduras, típica de la cocina popular de la Liguria. Se sirve como primer plato. Cuando preparo esta receta uso las verduras frescas del periodo, tratando de privilegiar aquellas que considero más saludables y que me gustan más.
Por Irene Garcés Medrano. El minestrone genovés es una deliciosa y genuina sopa de verduras, típica de la cocina popular de la Liguria, que se caracteriza por la presencia del pesto genovés, salsa a base de albahaca, ajo, piñones, aceite de oliva y queso parmesano que exalta el gusto de las verduras.
En Italia, esta sopa se sirve como primer plato, reemplazando al risotto o la pasta. Es una preparación económica y fácil de hacer, pues como su base son las verduras, se cuece fácilmente.
Usualmente cuando preparo esta receta uso las verduras frescas del periodo, tratando de privilegiar aquellas que considero más saludables y que me gustan más. Si un ligure leyera lo que estoy por proponerles, su reacción sería una mueca de desaprobación. Y esa es una de mis dificultades al proponer recetas, pues no las concibo como una fórmula química, cuyo resultado debe ser siempre igual sin importar la latitud y el estado de ánimo del científico.
Cuando preparo el minestrone uso las verduras que tengo en la nevera. Si es invierno, es posible que mi minestrone lleve brócolis, espinacas, zapallo, zanahorias, papas, cebolla, ajo y jengibre, estos dos últimos, los agrego a los frijoles para dar más sabor. Si es verano, uso calabacines (zucchini) con sus respectivas flores y el resto de verduras, a veces le pongo un toque colombianísimo con choclos de la huerta y la acompaño con arroz blanco. Estos son los ingredientes para 4 personas:
Ingredientes para el pesto: 80 gr de queso parmesano rallado. En Italia prefiero usar el pecorino, que es similar al parmesano pero es una variedad de queso curado a partir de la leche de oveja, un poco más fuerte de gusto pero más compatible con nuestro organismo por ser de un animal más pequeño.
30 gr de piñones (reemplazados por 30 gr de almendras o nueces)
150 gr de aceite extra virgen de oliva (para no exagerar con el aceite uso mitad aceite y un poco de agua).
1 diente de ajo (opcional)
Media cucharadita de sal
80 gr de hojas de albahaca lavadas y escurridas (preferiblemente de origen genovés)
Poner todos los ingredientes en la licuadora y mezclar por 20 segundos. Se puede usar para darle gusto a la sopa y lo que sobra se conserva en la nevera por dos días o en el congelador por varios meses.
Ingredientes Minestrone Genovés
2 papas (guatas o la que se prefiera)
150 gr de frijoles frescos (sino son frescos 100 gr, que se ponen a remojar la noche anterior)
1 pedazo de zapallo
2 zanahorias
1 pedazo de apio lavado y sin hilos
1 puerro
100 gr de habichuelas
100 gr de espinacas
1 hoja de laurel
4 cucharadas de pesto a la genovés
Pimienta y sal al gusto
Minestrone Genovés
Preparación. Cocinar los frijoles con la hoja de laurel en abundante agua, aproximadamente 40’ (si es necesario para que queden bien blanditos, reduciendo el tiempo, usar la olla a presión).
Una vez estén los frijoles blandos, eliminar la hoja de laurel, comenzar a agregar las verduras con base a los tiempos de cocción. Hay verduras que si se cocinan demasiado, pierden sus propiedades, las espinacas y las acelgas requieren de poco tiempo, por ello conviene agregarlas al final, cuando las otras verduras están casi listas.
Iniciar con el puerro cortado finamente, el apio en finas rodajas y aliñar con sal al gusto y dejar hervir el caldo mientras se agregan las papas, peladas y cortadas a mitad o en 4 pedazos. Agregar la zanahoria en rodajas o como se prefiera. Después de unos 15’ echar las habichuelas cortadas. Y sucesivamente agregar el zapallo en trozos pequeños.
Cuando la mayoría de verduras están cocidas agregar las espinacas. A este punto el minestrone debería estar en su punto, controlar. Si está al gusto, se retira del fuego, se agrega el pesto y se sirve. Si se prefiere se le agrega un hilo de aceite de oliva y pimienta. Buen provecho!!!
Por Irenes Garcés Medrano. Caleña radicada en en norte de Italia desde hace casi tres décadas, comunicadora, hortelana, cocinera y viajera por convicción. irenegarces1000@gmail.com
¨En el momento en que nos detenemos y miramos todo lo que está pasando ante nuestros ojos; el hecho de que la naturaleza se esté revitalizando, que las relaciones entre las personas estén mejorando, que ahora sea todo completamente diferente, es una ocasión, una grandísima oportunidad de cambiar punto de vista y cambiar también nuestras expectativas frente a las cosas que buscamos, las cosas que nos impacientan tanto…En este momento, habremos entendido el mensaje escondido dentro esta pandemia¨: Carla Charlie.
Carla
Carla y Beto
Por Irene Garcés Medrano. Carla Charlie es una instructora aeróbica que a causa de las restricciones por el coronavirus que obligan al aislamiento social a sesenta millones de italianos, decidió apropiarse de los instrumentos que ofrece la tecnología para no interrumpir el contacto con sus alumnos. A través de la apertura de un canal You Tube que lleva su nombre Carla Charlie y de su página Facebook, de lunes a viernes a las 10:30 a.m. hora italiana, transmite en directo lecciones de gimnasia desde su habitación a 20 kilómetros del mar, en un recodo de pintorescas casas en piedra, a orillas del río Vara. Es un sitio tranquilo, rodeado de montañas y bosques, en los que crecen frondosos pinos, abetos, árboles de castañuelas y acacias, llamado la Macchia.
Nacida de un matrimonio mixto entre una italiana piamontesa y un argentino de Buenos aires, Carla recuerda su infancia como una variada mezcla de culturas que se encuentran y se unen hasta aflorar en la edad adulta en pequeños gestos, hábitos que hoy no la sorprenden porqué sabe que son el producto de esa mezcla, cómo esa atracción por el dulce de leche, al que no puede renunciar. Cuando le expliqué que el ´dulce de leche´ argentino en Colombia se llama arequipe si se prepara en Bogotá y cuando llega al Valle del Cauca se trata del ´manjarblanco´ y se vende en totumas de calabaza, Carla, con gran entusiasmo me propuso preparar la versión italiana del exquisito dulce navideño.
Carla creció y estudió en Italia. Le encanta el español, lengua paterna que hoy le permite descifrar las letras de las canciones que amenizan las clases a las que se entrega, da instrucciones, suda, sonríe mientras transborda con energía y entusiasmo contagioso. Empezó con su primer diploma de instructora de pesas y a partir de allí prosiguió estudios y especializaciones en Pilates, Zumba, Totalbody, Step, Feet box y Gimnasia Postural con tanta pasión por lo que hace y, en especial, por la música latinoamericana que canta en voz alta mientras baila a la perfección.
IG. Cómo está viviendo la Pandemia del Codiv19?CCH. La emergencia del corona
virus no la estoy sintiendo, porqué aquí en la Macchia la vida sigue igual. Es todo muy tranquilo, hay cosas que
hacer afuera, hay que llevarle de comer a las gallinas, cortar la leña y seguir con los quehaceres de casa. Con la cuarentena
en algunos supermercados no se encuentra la levadura para preparar nuestro pan,
entonces, me dediqué a experimentar una levadura madre y así, hasta he
encontrado la posibilidad de hacer cosas nuevas. Claramente, no estoy yendo al
trabajo, estoy más tiempo en casa y puedo
dedicarme aún más, a todas estas cosas.
IG. ¿Ha tenido miedo de las consecuencias de esta pandemia?CCH. No siento miedo, noto que
las personas están muy angustiadas, casi aterrorizadas pero se me ocurre pensar
que es porqué miran demasiada televisión, algo que yo no estoy acostumbrada a hacer. No soy una
fanática de telenoticieros, prefiero mirar una película, así, cuando tengo el
tiempo, me distraigo un poco, pero no me
dejo abrumar por los reportajes. También porque vivo convencida que los
periodistas tienen la necesidad de escribir noticias, aunque cuando las cosas
no son tan graves. Es claro que es más
fácil narrar noticias cuando las cosas parecen gravísimas. Con esto, no quiero decir que el Coronavirus
no sea menos grave, digo simplemente que si cada uno asume su propia responsabilidad
y sigue las reglas, no hay porque tener
miedo.
IG. Que es lo que más le preocupa?CCH. Sinceramente nada, porque los recursos esenciales no faltan. Tampoco se habla de posible escasez de alimentos que podría ser la preocupación más grave de todas. Puede ser que más adelante esta situación genere una crisis financiera, pero todo ello dependerá de la gestión política de parte de quien está administrando la emergencia.
IG. Describa una jornada de cuarentena. CCH.
Mis jornadas son exactamente igual a antes, porque en la Macchia, tratándose de un lugar pequeño
las labores son siempre las mismas: me despierto en la mañana, doy de comer a
los perros, abro la puerta para que salgan,
doy una vuelta por la cocina, planeo el almuerzo, me dedico a hacer cosas
en el jardín, cuido las plantas, luego preparo el almuerzo, a veces sola, a
veces para dos, porque Tiziano, mi compañero, quien va a trabajar en este
periodo, viene a almorzar. Juego con los
perros, me ocupo de adiestrar a la más pequeña, es importante porque está en
una edad, en la que asimila más el aprendizaje y si no aprovecho, dentro de
unos meses crecerá y será muy difícil educarla. Lo único que ha cambiado es el hecho de no
poder ir fuera, a otro sitio, pero sabes, cuando una esta bien en su propia
casa, no le hace falta el hecho de ir afuera.
IG. ¿Cómo surgió la idea de las lecciones de gimnasia a través de internet?CCH. La idea de las clases de gimnasia a través de la red, surgió de la necesidad de no abandonar a mis alumnas, me daba cuenta de que era importante, mantener una cita, un hábito que para ellas más que tonificar el cuerpo, es un momento de distracción, importante a nivel emotivo y mental. Igual para mí, porque es mi trabajo, mi pasión. Algo que nació de un pasatiempo, de la necesidad de entrenarme yo misma, y de allí se volvió un entrenar a otros.
IG. ¿Qué dificultades se le presentaron en este proyecto virtual?CCH. Las dificultades técnicas son dadas fundamentalmente por el mal tiempo atmosférico, pues si llueve fuerte podría saltar la energía eléctrica y la conexión. Por lo demás, la sensación que estoy viviendo es que la emergencia por la pandemia, nos ha acercado mucho más. Porqué cuando se piensa de encontrar las personas en cualquier momento, en realidad no lo notamos. En el momento en que hay un límite, entonces, se vuelve importante. Paradójicamente hoy me estoy comunicando con muchas más personas que antes. Tengo una tía en Argentina que cada día sigue mis clases vía web.
IG. Dónde está la fuerza de una buena instructora. CCH. Tengo 40 años y me dedico a esto desde el 2004. La ventaja de saber
tantas disciplinas y poder mezclarlas, me permite dar respuestas a las exigencias
de mis alumnos. Sobre todo, porque me ocupo del cuidado de las personas y es
importante poder hacerlo a 360°. Además, el hecho de haber practicado por tantos
años la meditación, la introspección, me ayuda también a entender el impacto
psicológico que puede tener en cada individuo en la propia estructura física. Porqué
tantas veces una mala postura, es debida a un desequilibrio más que todo
psicológico y emotivo.
IG. Primero me hablaba de Jodorowsky, ¿lo conoce? CCH. Sí, soy una lectora apasionada de Alejandro Jodorowsky (escritor, director de cine, filósofo) porque se ocupa del ser humano en un modo irreverente. Él no te cura, no te hace razonar con mimos y atenciones, sino que te golpea con la verdad en la cara, y eso, en mi opinión, es lo que al final funciona.
IG. ¿Qué piensa que dejara esta Pandemia? CCH. No lo sé, porque sinceramente veo que las personas se están dejando dominar por el miedo y no logran ir más allá del miedo. No logran entender cuál es el lado positivo de todo esto. En el momento en que nos detenemos y miramos todo lo que está pasando ante nuestros ojos; el hecho de que la naturaleza se esté revitalizando, que las relaciones entre las personas estén mejorando, que ahora sea todo completamente diferente, es una ocasión, una grandísima oportunidad de cambiar punto de vista y cambiar también nuestras expectativas frente a las cosas que buscamos, las cosas por las que nos impacientamos tanto; las famosas 40 horas semanales de trabajo por una gran cantidad de años para después gozarse la vida cuando ya eres demasiado viejo para poder hacerlo. En este momento, si dejáramos de lamentarnos por estar encerrados en casa con miedo de aburrirnos y empezáramos aprovechar la ocasión para hacer todas esas cosas para las que nunca tenemos tiempo, entonces sí, habremos entendido el mensaje escondido dentro esta pandemia.
*Caleña radicada en en norte de Italia desde hace casi tres décadas, comunicadora, hortelana, cocinera y viajera por convicción. irenegarces1000@gmail.com