El inicio de una década en la Sultana del Valle

Ese lunes primero de mayo de 1950, mientras el país conmemoraba el Día Internacional de los Trabajadores y en los titulares de la prensa se registraba la violencia entre liberales y conservadores, los Bernardi Ospina abordarían el tren en la Estación de Armenia, con destino a Cali, la capital del Valle del Cauca, que ya sobresalía como polo de desarrollo agro industrial, comercial y financiero.

Ése lunes primero de mayo de 1950, mientras en el país se conmemoraba el Día Internacional de los Trabajadores y se registraba la violencia entre liberales y conservadores en los titulares de la prensa, los Bernardi Ospina abordarían el tren en la Estación de Armenia, -la edificación construida 20 años atrás por Antonio- con destino a Cali, la capital del Valle del Cauca, que ya sobresalía como polo de desarrollo agro industrial, comercial y financiero.

Antonio, Camila, Regina, Gladys, Italia y Mainardo (1*), se despedirán de su familia del Viejo Caldas y de la ciudad habitaron durante doce meses como en otras ocasiones. A modo de bienvenida se colaría por la puerta del vagón  en el que se habían acomodado los seis pasajeros, la primera brisa caliente de ese territorio que bordea el valle geográfico del río Cauca.

Las inundaciones del Cauca.  Ellos descubrirían la belleza paisajística del Valle del Cauca enclavado entre dos cordilleras, la Central y la Occidental, así como también la dulzura de su mecato artesanal entre parada y parada de su travesía en la ruta ferroviaria de la derivación Zarzal – Armenia. Y con el traqueteo de la máquina aparecerían también, los estragos ocasionados por los fuertes temporales del fenómeno climático de La Niña: hectáreas anegadas de cultivos de caña, algodón, maíz, sorgo y cacao; semovientes flotando, y fincas y poblaciones ribereñas cubiertas por las aguas del Cauca y sus afluentes.

Al cabo de unas horas la ruidosa y humeante locomotora de este medio de transporte y de comunicación que se convertiría en el símbolo del progreso y el camino hacia la modernidad del departamento al acercar al interior del país con el puerto de Buenaventura y el Canal de Panamá, irrumpiría con su pito por el norte de Cali como lo había hecho estrepitosamente por primera vez en ese lejano 1915. Los niños que corrían al lado de los rieles anunciarían la parada final para alegría de los Bernardi Ospina.  

La Estación de la 25. Ellos descenderían en la antigua y bastante concurrida Estación del Ferrocarril de la Calle 25, una hermosa construcción donde la algarabía de la multitud de apresurados viajeros, personas con arrumes de maletas, vendedores ambulantes, emboladores y todo tipo de personajes tradicionales del Cali viejo, ofrecían un espectáculo revelador esta ciudad desde la cual el suroccidente colombiano se comunicaba con el mundo y a la cual arribaban 6 nuevos habitantes.  

La casa de arriendo. La familia se alojaría los primeros días en un hotel del centro mientras llegaba la mudanza con sus pertenencias. Rápidamente Camila encontraría para alquilar una vieja casona en la Carrera 9 entre Sexta y Séptima, propiedad del doctor Orozco Micolta y la señora Emma Varela, que se acomodaba a su exiguo presupuesto; y matricularía a a los dos jovencitos de la familia en sus respectivos planteles; a Italia en el Colegio La Sagrada Familia del barrio El Peñón y a Mainardo en el San Luis Gonzaga, en la sede del centro, para iniciar año lectivo en septiembre de 1950.

El constructor en acción. Muy pronto Antonio retomaría su carrera de constructor a sus casi 50 años con la gran experiencia urbanística y arquitectónica en Manizales, Armenia, Ibagué, Girardot y Bogotá que lo respaldaba. Montaría su oficina en el Edificio Hormaza (Carrera 5 con Calle 10) y su hija Gladys se desempeñaría como su secretaria y dibujante; y desde ahí contactaría a su amigo y paisano, el ingeniero romano, Renato Giovannelli, y sería éste calculista estructural quien le abriría las primeras puertas y mandaría los primeros clientes.

Fábrica de Celanese. Al poco tiempo Bernardi ya tendría dos ofrecimientos, construir el Edificio Magun en la Avenida Colombia de Cali y levantar la fábrica de Celanese en Acopi, que recibía ya para ese entonces las plantas de multinacionales que optaban por asentarse en la zona industrial del municipio vecino de Yumbo, por las ventajas competitivas que se ofrecían: exención de impuestos y menores costos de producción y distribución.

Las piezas del engranaje familiar se acomodarían. Antonio, con un sueldo mensual de solo $600 pesos se emplearía en Celanese, luego de trabajar 20 años como constructor independiente. Cada mañana durante 4 años, madrugaría para tomar el bus de la empresa llevando el almuerzo que Camila le preparaba. Ella, por su parte, quien administraba las finanzas familiares, decidiría buscar otras entradas, para ello acudiría a su primo hermano también de Santa Rosa de Cabal, Artemo Franco Mejía, para que por medio de sus buenas relaciones como gerente del Banco de Bogotá, les consiguiera puesto a las dos hijas mayores. Las dos señoritas entrarían a la vida laboral en los almacenes femeninos de más renombre de la ciudad, Regina trabajaría como vendedora del ´Van Realpe` del señor Tafur  y Gladys como cajera de ´Fantasías Femeninas´ en el edificio Zaccour.

Y el 31 de diciembre de 1950, en esa Cali atravesada por un río que con más de 200 mil habitantes se expandía a toda velocidad ante la avalancha del éxodo campesino producto de la Violencia; en esa urbe en la cual se fusionaban diversas culturas y etnias en sus calles, que ya ostentaba el apelativo de Capital Deportiva y en la cual sus noches vibraban al son de un ritmo musical venido de las Antillas; los Bernardi Ospina con el espíritu resiliente de los inmigrantes italianos y arrieros paisas, se acostarían ese fin de año con una certeza, al fin habían llegado a su ciudad.

Nota. Los anteriores artículos de esta serie de la familia Bernardi desde el momento que Antonio salió de Italia, recorrió Suramérica y llegó a Colombia en 1926 para luego recorrer diferentes ciudades del país en momentos coyunturales de la historia, los puede leer en la Categoría Antonio Bernardi de este blog.

Ilustración de portada. Diseñadora Paula Henao. Fuentes citadas. *Gracias a la narración de mi madre, Regina y mi tía Italia Bernardi Ospina se han reconstruido las vivencias de la familias Bernardi Ospina a su llegada a Cali. Archivo fotográfico: familia Bernardi Ospina.

(2*) Fotografías antiguas de diarios, de Cali y del río Cauca de la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero y el Fondo Archivo del Patrimonio Fotográfico y Fílmico del Valle del Cauca.

(1*) Antonio Bernardi de Fina nació en Ponte Nelle Alpi, provincia de Belluno, Italia (6-10-1900), hijo de Teodoro Bernardi y Regina De Fina. Murió en Cali (Colombia) (25-03-1977). Camila Ospina Mejía, nació (6-04-1905) en Pereira, departamento de Risaralda – hija de Luis María Ospina y Ana Joaquina Mejía. Murió en Cali, Colombia. Regina Bernardi nació en Manizales el 24 de julio de 1929, actualmente vive en Cali. Gladys Bernardi nació en Manizales el 11 de mayo de 1931 y murió el 8 de abril de 2002 en Cali. Italia Bernardi nació en Armenia el 18 de enero de 1935, actualmente vive en Cali. Mainardo Bernardi Ospina, nació en Armenia el 19 de febrero de 1938 y falleció en Cali el 28 de enero de 2011.

Mauricio Ramelli Adreani, el gran exponente de la pintura mural del siglo XX en Colombia

El maestro Mauricio Ramelli Adreani, el gran exponente de la pintura mural del siglo XX en Colombia, quien pertenecía a la dinastía artística de los Ramelli, a partir de 1922 dejaría su legado artístico plasmado en muchas edificaciones de Bogotá, Cali, Palmira, Buga, Armenia, Pitalito y Medellín, algunas de ellas monumentos nacionales.

En 1883 la familia Ramelli entraría en contacto con nuestro país, cuando el artista suizo ornamentador, Luigi Ramelli Foglia (Grancia, Cantón italiano del Ticino*1) aplicara al concurso convocado por el Gobierno de los Estados Unidos de Colombia (*4), para dictar la cátedra teórica y práctica de ornamentación a los artistas en Santa Fe de Bogotá, fundar la Escuela Nacional de Bellas Artes y decorar el Teatro de Cristóbal Colón y el Palacio de la Carrera (*5).

Dinastía Ramelli. A sus 32 años el maestro Luigi, formado en la Scuola Professionale delle Arti Decorative Industriali di Firenze y con una trayectoria artística tanto en Suiza como en Italia, ganaría el concurso y obtendría un contrato por cuatro años. Partiría de Saint-Nazaire (Francia) y llegaría a tierras colombianas en 1884, época en la cual los arquitectos y artistas extranjeros eran muy apetecidos para trabajar en la transformación que experimentaba Bogotá al dejar atrás la arquitectura colonial para darle paso a la republicana.

El maestro Mauricio Ramelli en su época de residencia en Cali y Armenia. El también pintaría cuadros paisajísticos y de figura humana, que reposan en poder de la familia. 

Taller Ramelli. Al artista lo seguiría a la capital de la República su esposa italiana, Beatrice Adreani Perruchetti (*2), con su hijo mayor Colombo y, el 15 de noviembre de 1891, nacería Mauricio (*3). El maestro Luigi abriría las puertas de su Taller de Artes Decorativas y Ornamentación, en el barrio Santa Bárbara Central y se convertiría en el pionero del arte ornamental al implantar un estilo novedoso con materiales nobles como el yeso y el cemento. Sería el fundador de una dinastía de artistas, escultores y pintores de varias generaciones entre hijos, nietos y bisnietos, que dejaría un gran legado en diferentes ciudades de Colombia.

Mauricio y su formación italiana. A sus 16 años viajaría a Suiza con parte de su familia e iniciaría su aprendizaje en 1909, en dos centros de altísima calidad de Milán, primero en la Escuela Superior de Artes donde obtuvo medallas por la excelencia de sus obras en arquitectura y pintura; y luego en la Accademia di Belle Arti di Brera, institución reconocida porque posee una de las más importantes pinacotecas de Italia, en esas aulas completaría sus estudios en pintura y decoración de interiores, con formación neoclásica.

Su paso por Florencia. Para perfeccionar sus conocimientos artísticos, lo acogería en su taller de pintura en Florencia, su tío paterno, Bernardo Ramelli y sería en esa ciudad donde Mauricio entraría en contacto con el arte, la historia y la cultura más refinada, en galerías y museos de fama mundial, una mirada que enriquecería su universo creativo.

Un artista al ejército. Las sombras de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) cubrirían esa vida creativa que llevaba el artista en la capital de la Toscana, donde se cerrarían las academias. Ramelli se trasladaría a la casa paterna en Grancia, donde se dedicaría a decorar cielorrasos y muros con pinturas murales, retratos y paisajes. Sin embargo, tanto él como su hermano Helvecio, tomarían la difícil decisión de enrolarse en las filas del ejército suizo para proteger la soberanía nacional.

Los años 20. Fue la década de los cambios en la vida de Mauricio, él se casaría por primera vez con la suiza Hedy Daetwyler Leuman, el 7 de octubre de 1920 y retornaría a Bogotá al año siguiente para instalarse definitivamente en Colombia. Se incorporaría al Taller Ramelli (*6) de arte decorativo, pintura y escenografía en 1922, que estaba cargo de su hermano Colombo, escultor formado en Milán y continuador de las obras de ornamentación en yeso del maestro Luigi.

Obras en Bogotá. La primera obra que Mauricio ejecutaría con el Taller Ramelli sería el mural de la bóveda y la decoración interior de la Capilla La Bordadita (*7) del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Los encargos seguirían llegando y el taller se sumaría al equipo decorador de la Iglesia Nuestra Señora de Egipto (*8) hacia 1922, donde el maestro Mauricio elaboraría seis pinturas murales en el cielo falso con escenas alusivas a la vida de la Virgen María.

El maestro para esa misma época ganaría un concurso público para decorar el plafond del Teatro Municipal de Bogotá.  (*10)

Teatro Faenza. El Taller Ramelli dejaría también su sello en el histórico Teatro Faenza  (*9) que abrió puertas en 1924, con varios trabajos decorativos de los dos hermanos, en la fachada y algunas columnas están las esculturas de Colombo y en muros interiores y el arco de boca, están las pinturas murales de Mauricio.

Ramelli en el Valle del Cauca. El maestro Mauricio se desplazaría a esta región, donde dejaría plasmada su obra en Cali, Palmira y Buga, en cuatro construcciones icónicas. Luego de la restauración de la Iglesia de San Francisco (*11) hacia 1925, Ramelli pintaría los murales en el techo, representando la vida del Santo y en las pechinas, los 4 evangelistas.

Hacia 1927, haría para el Teatro Municipal Enrique Buenaventura (*12)  que era el centro cultural de la capital vallecaucana, una de sus obras más sobresalientes, los frescos del plafónd denominados ´Alegoría de Cali´, en los que representa las alegorías a las artes, con clara influencia de la cultura colombiana, ya que incluye elementos como la mata de plátano.

Ramelli también realizaría trabajos decorativos en la Basílica del Señor de los Milagros (*13) en Buga y se encargaría de pintar a la Virgen de Nuestra Señora del Palmar en el ábside de la Catedral de Palmira (*14), con el oro como elemento decorativo. Para esos años, Mauricio perdería a su esposa Hedy, quien le dejaría una hija, Beatrice.

Armenia, una nueva familia. En ese peregrinaje por ciudades colombianas, el maestro Mauricio escogería a Armenia que estaba en pleno auge con la exportación del café y la llegada del tren, para radicarse e instalar su taller de arquitectura y arte. En enero de 1932, se casaría con Mariela Botero Restrepo, quien provenía de una familia de colonizadores antioqueños de Sonsón, con ella tendría sus otros siete hijos, Hedy, Daniel (*15) y Esther nacerían en Armenia, mientras Ligia, Enrique, Francisco José y Clara Inés llegarían en Medellín. 

El maestro Mauricio Ramelli en Medellín en 1954, con su esposa Mariela, sus 7 hijos y Beatrice, su primera hija con su esposo.

Ramelli y Bernardi. En esta población del eje cafetero, los dos extranjeros se conocerían y trabajarían juntos en varias obras, se destaca su participación en la Estación del Ferrocarril de Armenia (*16), donde la firma ABC del constructor italiano Antonio Bernardi levantaría la estructura en ferro concreto, mientras el arquitecto Ramelli se encargaría de la obra blanca, la decoración y la ornamentación de la fachada (*17).

A Medellín. Hacia 1942 el maestro se trasladaría con su familia a la capital antioqueña, región donde se dedicó a diferentes actividades, entre ellas la elaboración de diversas obras artísticas. En Jericó decoraría con pinturas murales su antigua Catedral y dejaría su  huella en las iglesias de Támesis y La América de Medellín (1898), ciudad donde fallecería el 12 de mayo de 1973. La obra artística de Mauricio Ramelli Adreani lo sobrevive, es considerado como el mayor exponente de la pintura mural religiosa durante el siglo XX, dejaría un legado en edificaciones, muchas de ellas hoy son monumentos nacionales.

 (*15) Este artículo fue realizado a partir del texto elaborado por Daniel Ramelli Botero sobre la vida personal y familiar del maestro Mauricio Ramelli Adreani, agosto. 2020. ramelliprati@hotmail.com

(*1) Luigi Ramelli Foglia: Nació y murió 1851 –1931, en Grancia en el Cantón italiano del Ticino, Distrito de Lugano, Suiza. (*2) La esposa de Luigi y madre de Mauricio Ramelli, Beatrice Adreani Perruchetti, nació en Cunardo, región de Lombardía, Italia. (*3) Mauricio Ramelli Adreani, nació en Bogotá el 15 de noviembre de 1891 y falleció el 12 de mayo de 1973 en Medellín. (*4) El país fue llamado «Estados Unidos de Colombia» el 3 de febrero de 1863 por la Constitución de Rionegro. En 1886, se crea la República de Colombia. (*5) El Palacio de Nariño inaugurado en 1908, se llamaba antiguamente de la Carrera. (*6) El Taller Ramelli fundado por el maestro Luigi y que luego dirigió su hijo mayor Colombo, estaba en la Carrera 6 con Calle 6. Luego estarían al frente del establecimiento sus nietos, Mario, Carlos y Mary Ramelli Cremonini. Hasta su cierre estaría a cargo de Germán Reitz Ramelli. (*7) Capilla La Bordadita, patrimonio cultural, está en la Carrera 12 con Calle 5, La Candelaria. (*8) Iglesia de Nuestra Señora de Egipto, en 1975 declarada Monumento Nacional, por cumplir un papel  importante en el centro histórico de la capital y por ser un “centro de devoción pública que alberga obras gran mérito artístico”.  (*9)Teatro Faenza, declarado monumento nacional en 1975 y en 1997 Bien de Interés Cultural de la Nación. La Universidad Central es la propietaria de este inmueble ubicado en la Calle 22 no. 5-50. (*10) Teatro Municipal de Bogotá se inauguró en 15 de febrero de 1890 y fue demolido hacia los años 50. (*11) Iglesia de San Francisco, hoy BICN, fue construida entre los siglos XVIII y XIX en pleno centro. (*12)Teatro Municipal Enrique Buenaventura, abrió sus puertas el 30 de noviembre de 1930. (*13) La Basílica del Señor de los Milagros de Buga, se inauguró el 2 de agosto de 1907  (*14) Catedral de Nuestra Señora del Rosario del Palmar de Palmira, se inauguró el 9 de febrero de 1929. (*16) Estación del Ferrocarril de Armenia declarada por el Ministerio de Cultura como Bien de Interés de la Nación en 1996. (*17) Antonio Bernardi, los años dorados en Armenia (1930-1938), blog La Bernardi

Documentos de consulta

  • 60 años. Teatro  Municipal Cali. Ed. Printer Colombiana. 1ª. ed. 1987.                                                                     
  • Cuadernos de taller. Pintura mural en Colombia. Universidad Externado de Colombia. Facultad de restauración de bienes muebles. Editorial Panamericana, 2003.  
  • Ramelli, 120 años de arte en Colombia 1884-2004. Exposición, teatro Colón, Bogotá.  Reitz Ramelli Germán. Villegas Ramelli Juan Pablo.  Arango Mónica.  Ramelli de V. Esther.  Delgadillo Hugo.  Torres Maria Clara.  Jácome  Leonor.  De Pombo Amalia. Cantini Jorge Ernesto.  Alzate Beatriz.  Publicación conmemorativa, 2004.Bogotá.                                                                                                  
  • Pietro Cantini. Semblanza de un Arquitecto. Colección Corporación La Candelaria, Alcaldía Mayor de Bogotá. Jorge Ernesto Cantini A. Editorial Proa Ltda.1990.    
  • Colombia Suiza 1908-2018. Edición conmemorativa. Embajada de Suiza, Bogotá.2008.   
  • Teatro Colón. Bogotá. Reapertura. Ministerio de Cultura. Editorial Afán Gráfico.2014.            
  • El  Libro Fragmentos de la Memoria de la ciudad de Armenia Años 30 al 36 del siglo XX – obra de Antonio Bernardi de las arquitectas María Eugenia Beltrán y Laura Ossa Sánchez

Los años dorados en Armenia (1930-1938)

Los treinta serían años tumultuosos a nivel mundial, pero para el joven constructor italiano, Antonio Bernardi, representarían los más prósperos de su carrera profesional, gracias a la creación de ABC, su firma constructora y el traslado a Armenia, donde se metería a transformar urbanística y arquitectónicamente esa villa cafetera de bahareque.

Los treinta serían años tumultuosos a nivel mundial, pero para el joven constructor italiano, Antonio Bernardi (*1), representarían los más prósperos de su carrera profesional, gracias a la creación de ABC, su firma constructora y el traslado a Armenia (*4), donde se metería a transformar urbanística y arquitectónicamente esa villa cafetera de bahareque, fundada por colonizadores antioqueños, que en solo cuatro décadas se había convertido en el enclave de exportación del producto base de la economía colombiana y principal generador de divisas.

Dos continentes. Mientras las noticias registraban la extensión a Europa de la Depresión económica norteamericana y el aire siniestro que se respiraba ante las dictaduras de la Italia fascista y la Alemania de Hitler; los colombianos celebraban con alborozo, el triunfo del primer presidente liberal del siglo, Enrique Olaya Herrera, quien fomentaría la industria nacional y la conectividad del país a través de la línea férrea y las carreteras; e introduciría reformas laborales como el descanso dominical, las vacaciones remuneradas y la jornada de 8 horas.

Los Bernardi Ospina. Para entonces el ingeniero Bernardi se instalaría con su esposa Camila Ospina (*2) y sus pequeñas niñas, Regina y Gladys, en la casona del Parque Uribe (*5), adquirida por $2.500 pesos a don Vicente Girado, el industrial y hombre cívico que lo convenció para asentarse en Armenia, un pueblo caldense ubicado en forma estratégica y que había cobrado gran importancia en la escena nacional por la llegada a su territorio, de dos líneas del ferrocarril: la del Pacífico y la de Caldas.

La firma ABC. El ingeniero Bernardi montaría su sede en la Carrera 6ª entre calles 8 y 9 y su línea telefónica sería una de las primeras instaladas, desde ahí él atendería los múltiples frentes de obras que tenía en la ciudad y tendría como fiador y garante a su  suegro paisa radicado en Manizales, Luis María Ospina (*3).

Nuevas tecnologías. Antonio Bernardi quien se había especializado en la Universidad de Lima en ferro concreto, un novedoso modelo de construcción de edificios de varios pisos que estaba en pleno auge en EE.UU. y Europa, marcaría el rumbo de la innovación en Armenia entre 1929 y 1938, con las obras levantadas – muchas de gran magnitud- a través de este nuevo sistema de estructuras de hierro corrugado y cuerpo de concreto, perdurables en el tiempo y que permitían grandes espacios, sin usar columnas, para usos institucionales, bancarios, industriales, comerciales y culturales.

El angel vengador, obra de la familia Bernardi, regalo de Roberto Henao a Antonio Bernardi cuando hicieron equipo en Armenia.

Con los mejores. Se rodeó de arquitectos, ingenieros y artistas con las mejores cartas de presentación, con quienes erigió obras que pasarían a la historia, dos de ellas son hoy monumentos nacionales, la Estación del Ferrocarril y la Plaza de Mercado (*6). Trabajó con el escultor formado en París, Roberto Henao Buritacá quien acaba de instalar la estatua de bronce del Libertador, en la Plaza de Bolívar de Armenia; el ciudadano colombo suizo con estudios en arte y arquitectura en Milán y Florencia, Mauricio Ramelli Adriani (8*), quien tenía su propio taller; y los arquitectos colombianos Lino y Arcesio Jaramillo.

La Estación del tren. Con la expansión de los ferrocarriles en el país, las poblaciones empezaron a ser dotadas con un conjunto de edificaciones que componían las estaciones para recibir pasajeros y despachar mercancías. En Armenia, con diseño y planos del ingeniero Alfredo Vásquez Cobo, gerente de Ferrocarriles Nacionales, se le encargaría a Antonio Bernardi una de las primeras obras y más simbólicas, la estructura en ferro concreto del edificio central, las bodegas y el gran patio de maniobras. La obra blanca, la decoración y la ornamentación de la fachada de la Estación se la asignarían al taller del arquitecto Mauricio Ramelli.

Polo de desarrollo. El terminal se convertiría en el eje articulador de la economía y centro de acopio de mercaderías y trilla de la región, desde ahí se despacharían el café al exterior, vía el puerto de Buenaventura. Como los industriales del café trasladarían en sus cercanías los depósitos del producto y las trilladoras, contratarían a la firma ABC para levantar varias de esas edificaciones: la Trilladora Colombia de los Aristizábal, la más moderna y sólida; la Trilladora Villegas Hermanos y la Trilladora Espinosa.

Castillo Getsemaní. En una colina desde donde su excéntrico propietario divisaba la Estación para tener el control de sus negocios de café y chocolate, Bernardi construiría para don Domingo Quintero y su familia, el Castillo Getsemaní, residencia con una mezcla de estilos y rica en decorados y ornamentación, ubicada entre las carreras 19 y 20 con calles 28 y 29.

Un italiano en su coupe. La novedosa máquina de cuatro ruedas que con el tren, desplazó a las recuas de mulas para transportar la mercancía y las familias, andaba ya rampante por las carreteras onduladas y calles polvorientas de las jóvenes poblaciones cafeteras del Viejo Caldas. Antonio y Camila serían figuras habituales por esos parajes andinos en su par de Chevrolet importados; él con su corbatín y su sombrero, al mando de su lujoso Coupe 1936 de dos puertas y la joven señora de Manizales, en su hermoso Confederate Convertible Landau 1932, portando la licencia de conducción 01 de Caldas.

Vías y servicios públicos. Armenia como municipio ahora le apostaría al desarrollo vial y la modernización de los servicios públicos de la zona céntrica, con la empresa ABC, la cual ampliaría y pavimentaría en concreto las calles y, bajo ellas, construiría en forma innovadora el sistema de acueducto y alcantarillado, infraestructura que Antonio ya había ejecutado en Manizales años antes (*7).

El edificio VIGIG. La economía cafetera y la llegada del ferrocarril también jalonarían el comercio y la industria. Muchos comerciantes serían los clientes de ABC, entre ellos don Vicente Giraldo, quien contaba con manufacturas de jabones, maquinaria, la fábrica de Maizena, las Industrias y Gráficas Vigig. El empresario le encargaría construir en pleno centro, el edificio VIGIG, con su suite privada para residir en la ciudad y un gran local en los bajos para su almacén de exportación de café y la representación de diversas marcas.

La época de oro. Y mientras la firma constructora atravesaba por una época de bonanza que coincidió con la época de oro de Armenia, la cara del centro se iba transformando con edificaciones de concreto de varios pisos y con diferentes usos, que durante mucho tiempo fueron un referente para la población.

Entre ellos están el edificio del Orfanato al servicio de la comunidad, ubicado en las afueras; el edificio del Colegio de las Bethlemitas, con la zona de clausura y la capilla con su campanario que tenía una campana traída desde España; el Edificio de Rentas de Caldas con influencia art deco, altos pórticos, amplias escaleras de acceso y una gran puerta de hierro forjado; y el Yanuba, primer Pasaje comercial peatonal y teatro de tres pisos en Armenia, inaugurado en 1940 con la película El gran vals (*8).

La familia de Italia y Colombia. Para esos años, el hermano mayor de Antonio, llegaría procedente de una Italia que brindaba escasas oportunidades a la mano de obra del campo, Luigi se sumaría al equipo de ABC durante tres años, él necesitaba laborar para mandar recursos a su esposa y los tres hijos que había dejado en Ponte Nelle Alpi, el terruño de los Bernardi.

1935. Ese sería un año importante para la familia Bernardi Ospina, en enero 18 nacería la tercera hija del matrimonio a quien su padre bautizaría, Italia, en homenaje a su tierra; compraría un terreno en el municipio de Circasia e iniciaría la construcción de su finca La Italia, conocida como La Rústica; y en noviembre, la firma ABC de Antonio Bernardi y su equipo de profesionales, participarían en la licitación de un proyecto muy importante para la ciudad y la empresa, la Plaza de Mercado de Armenia.

Ilustración de portada. Diseñadora Paula Henao.  Fuentes citadas. *Gracias a la narración de mi madre, Regina y mi tía Italia Bernardi Ospina se han reconstruido las vivencias de las familias Bernardi Ospina y Ospina Mejía en esa época. *A la arquitecta María Eugenia Beltrán por la recopilación y visibilización de la obra que ha hecho de Antonio Bernardi en diferentes investigaciones. Archivo fotográfico: familia Bernardi Ospina y arquitecta Beltrán Franco

(1*) Antonio Bernardi de Fina nació en Ponte Nelle Alpi, provincia de Belluno, Italia (6-10-1900), hijo de Teodoro Bernardi y Regina De Fina. Murió en Cali (Colombia) (25-03-1977). (2*) Camila Ospina Mejía, nació (6-04-1905) en Pereira, departamento de Risaralda – hija de Luis María Ospina y Ana Joaquina Mejía. Murió en Cali, Colombia (11-10-1970). (3*)Luis María Ospina  ´papá Luis´, 1870 Aranzazu – julio 9 de 1943 Bogotá.

(4*) Armenia, fundada en 1889 perteneció al departamento de Caldas hasta 1966, en la actualidad es capital del departamento de Quindío y una de las principales ciudades del eje cafetero colombiano. El nombre proviene del país euroasiático. (5*) Primera casa donde vivieron los Bernardi Ospina en la Carrera 13 Nº 29-37, hoy funciona el Centro de Documentación Musical del Quindío. (*6) Estación del Ferrocarril y la Plaza de Mercado (demolida) de Armenia son inmuebles patrimonio material declarados por el Ministerio de Cultura como Bien de Interés de la Nación en 1996. (*7) Ver Un italiano en tierra cafetera en los años 20 (1 parte) http://www.labernardi.com/antonio-bernardi/un-italiano-en-tierra-cafetera-en-los-anos-20-1-parte/  (8*) Mauricio Ramelli, nació en Bogotá el 15 de noviembre de 1891, hijo de Luigi Ramelli y Beatrice Adreani, era de Lugano, la Suiza italiana, se formó en Milán y Florencia en arte y arquitectura. Tuvo una oficina como arquitecto. Falleció el 12 de mayo de 1973 en Medellín.

Documentos de consulta. El  Libro Fragmentos de la Memoria de la ciudad de Armenia Años 30 al 36 del siglo XX – obra de Antonio Bernardi de las arquitectas María Eugenia Beltrán y Laura Ossa Sánchez, fue el documento base para escribir sobre las obras de Antonio Bernardi en esa ciudad, donde se describe con una ficha técnica, que obras están aún en pie y cuales fueron demolidas por diferentes circunstancias. Armenia enclave exportador de café 1927-1959 de Gonzalo Alberto Valencia, Miguel Ángel Rojas y María Eugenia Beltrán, publicado por el Ministerio de Cultura 2016. Armenia, Pereira y Manizales: reseña histórica de su desarrollo urbano durante el siglo xx del arquitecto Andrés Eduardo Satizabal Villegas.