Cuando era niña imaginaba cómo sería mi vida si quedaba atrapada en una cueva con una de mis muñecas solamente sin poder salir o gritar, observando desde un pequeño agujero la salida del sol y la llegada de la noche. Sentía algo de miedo por la oscuridad y de pronto imaginaba el frío que tendríamos en ese lugar. Sin nostalgia de mi vida o tristeza por los que quedaron fuera, con la seguridad de ser encontrada a tiempo para la cena. Y ahora, cuando la muñeca huyó como la infancia y nos hemos recluido para no morir, quisiera pensar que es un juego y que muy pronto escucharé que llaman a la mesa de mantel amarillo y limonada fría. Espero. Ana Milena Puerta: caleña, comunicadora, conversadora y escritora de poemas, cuentos y recetas de cocina. Amante de la literatura, la cultura ciudadana y el mar. Coleccionista de atardeceres, aves en vuelo y charlas interminables.
De los confinados IV. Poema de Ana Milena Puerta
Cuando era niña imaginaba
cómo sería mi vida
si quedaba atrapada en una cueva…