Por Irene Garcés Medrano. Enmarcado en un entorno de gran impacto visual, más de 170 obras de Antonio Canova y de algunos artistas contemporáneos a él, animan las salas del Museo de Roma en el Palazzo Braschi. Bajo el título ´Canova, La eterna belleza´, la exposición narra en 13 secciones el arte canoviano y el contexto que este escultor nacido en Possagno (1-11-1757) y fallecido en Venecia (13-12-1822), encontró a su llegada a la urbe romana en el 1779.
La muestra que permanecerá abierta hasta el próximo 15 de marzo, está dedicada al escultor, talento absoluto del neoclasicismo, y a su relación con la ciudad de Roma que, entre los años setecientos y ochocientos, se convirtió en la fragua de su genio y fuente inagotable de inspiración.
Atmosfera a luz de candela. A través de soluciones refinadas de iluminación, durante el recorrido de la exposición, se reproduce la atmósfera a la luz de candela, con la cual el artista acostumbraba a mostrar sus propias obras a los huéspedes, de noche en su estudio, ubicado en una vía de la Ciudad Eterna.
Vió la belleza y sin copiarla, al mismo tiempo, la inventó. Canova fue reconocido por unanimidad como el artista más representativo de su generación. Celebrado en toda su grandeza por pontífices, intelectuales y soberanos de cada país que le tributaron los más altos honores. Sus obras fueron recibidas por todos como modelos significativos de buen gusto, inspirados en los más grandes escultores antiguos. Stendhal en su viaje en Italia dijo acerca de Canova: “ha visto la belleza de los griegos sin copiarla, inventando la belleza al mismo tiempo”.
La escultura moderna. Artista modernísimo, Canova en sus mármoles traza un surco que llega a nuestros días, modificando por siempre, el curso de la Historia del Arte. Reservado e introvertido, sus obras son de una sensualidad extraordinaria, como si tuviera un conocimiento casi físico del cuerpo femenino. Revolucionó el concepto del cuerpo. Sus esculturas no son cuerpos sacrificados -deseados por un ego externo-, sino cuerpos nacidos para expresarse. Representa el triunfo de un lenguaje fuertemente comunicativo, donde se destaca la capacidad y el coraje de arribare a una idea moderna de contacto entre el cuerpo.
Museos que prestaron sus esculturas. Definen la trama de la exposición importantes préstamos provenientes, entre otros, del Hermitage de San Petersburgo, los Museos Vaticanos; del Museo Correr de Venecia, del Museo Arqueológico Nacional di Nápoles, de los Museos Capitolinos de Roma; de las academias de las Bellas Artes de Boloña, de Carrara y de Ravena; del Musée des Agustins de Tolosa y de los Museos de Strada Nuova-Palazzo Tursi de Génova.
Fotografías de Mimmo Jodice. A lo largo del recorrido es posible deleitar los sentidos maravillándose con las obras del escultor Véneto, a través de la mirada de uno de los más grandes maestros de la fotografía: 30 imágenes de Doménico Jodice, ´Mimmo´, que retratan los mármoles de Canova. Fotografías acompañadas con un texto que reitera como Mimmo logra no tanto transportar con sus fotografías a la época de Canova, sino transportar las esculturas de Canova, aquí, ahora, entre nosotros, en un presente absoluto y necesario, en el cual es posible dialogar con el pasado a través de la imagen fotográfica.
Un presente que, como siempre en Jodice, es un momento inquietante. Pero también es un tiempo propicio, el único posible para unir la memoria y la experiencia, en un ejercicio a veces difícil, pero ciertamente necesario y salvífico, para poder sentirnos vivos y, sobre todo, conscientes de lo que somos.
Fotografía de portada. ´María Maddalena penitente´, escultura de mármol de 90 cm de alto, se conserva en Génova en el Palazzo Doria-Tursi.
Fotografía 1. ´Amore e psiche´ es una copia en mármol hecha por un robot, se encuentra al aire libre frente al Museo, el original está en París.
Fotografías 2 y 4. Tres diosas, más mujeres que divinidades, se agrupan en un amplio abrazo, a través de un prodigioso y natural juego de luces y sombras que reflejan la maestría y el trabajo intenso del Maestro Antonio Canova, creador de cuerpos que destacan la suavidad de formas, la sensualidad, la dulzura de las miradas, en el que el escultor se disipa en derroche de detalles, los cabellos, los pies, las manos que se hunden en la carne. ´Le Tre Grazie´ (Las tres Gracias), representan las divinidades de la mitología griega que difundían esplendor, alegría y prosperidad en el mundo humano y natural. (Fotos de Irene Garcés tomadas durante visita a la Muestra Fotográfica de Mimmo Jodice )
Fotografía 3 ´Endimone dormiente´, escultura de yeso de 183x85x95 cm, propiedad del Museo Antonio Canova de Possagno.
Fotografías 5 y 6. Algunas escultura primero las hacía en yeso antes de esculpirlas en el mármol. La 5 es Ebbe y la 6 hace parte de la serie ´Amore e psiche´.