Tesoros ocultos con sello italiano en el Valle del Cauca

En la sección Tesoros ocultos del programa de radio Oye Cali les descubro parte de ese legado y la influencia de los italianos en 𝗖𝗮𝗹𝗶, 𝗕𝘂𝗲𝗻𝗮𝘃𝗲𝗻𝘁𝘂𝗿𝗮, 𝗧𝘂𝗹𝘂á, 𝗖𝗮𝗹𝗶𝗺𝗮 – 𝗘𝗹 𝗗𝗮𝗿𝗶é𝗻 𝘆 𝗣𝗼𝗽𝗮𝘆á𝗻. Un colectivo de inmigrantes que llegó en diferentes momentos, a través de los siglos, y que está muy ligado al desarrollo del Valle del Cauca y del suroccidente colombiano por sus aportes en diferentes campos.

En la sección Tesoros ocultos del programa de radio Oye Cali les descubro parte de ese legado y la influencia de los italianos en 𝗖𝗮𝗹𝗶, 𝗕𝘂𝗲𝗻𝗮𝘃𝗲𝗻𝘁𝘂𝗿𝗮, 𝗧𝘂𝗹𝘂á, 𝗖𝗮𝗹𝗶𝗺𝗮 – 𝗘𝗹 𝗗𝗮𝗿𝗶é𝗻 𝘆 𝗣𝗼𝗽𝗮𝘆á𝗻. Un colectivo de inmigrantes que llegó en diferentes momentos, a través de los siglos, y que está muy ligado al desarrollo del Valle del Cauca y del suroccidente colombiano por sus aportes en diferentes campos.  

Iniciemos esta travesía por 𝗕𝘂𝗲𝗻𝗮𝘃𝗲𝗻𝘁𝘂𝗿𝗮, población fundada el 14 de julio de 1540, y bautizada así por estar ese día consagrado al santo italiano, San Buenaventura de Fidanza, cardenal y Doctor de la Iglesia. Cuando esta población emergía como el principal puerto marítimo sobre el Pacífico colombiano, Vicente Nasi, arquitecto turinés pionero de la cultura italiana en el extranjero, construiría en 1933 la Estación del Ferrocarril de Buenaventura por encargo de los Ferrocarriles del Pacífico. Hoy es considerado uno de los primeros edificios modernos en el país y es monumento nacional.

En la emisión de Oye Cali del 20 de septiembre de 2021, La Bernardi fue invitada por Julián Arbeláez para relatar en la sección Tesoros Ocultos el legado de los italianos en este territorio. Escuchar el audio hacia 1:06 https://www.facebook.com/OyeCali/videos/2922216351363567/

En 𝗖𝗮𝗹𝗶 la italianidad está presente de muchas maneras, varios hitos urbanos son obra de manos italianas y colombianas:

Desde 1953, Santiago de Cali tiene en Cristo Rey, uno de sus monumentos más emblemáticos en el Cerro Los Cristales, una escultura gigantesca de 21 metros realizada por dos hermanos de Pietrasanta, los maestros Adelindo y Alideo Tazzioli, por invitación del promotor y gestor de la obra, el padre jesuita, José Arteaga, para conmemorar los 50 años de paz tras el final de la Guerra civil de los Mil Días.

Los murales de Mauricio Ramelli Adreani, este maestro de ascendencia suiza e italiana es considerado el gran exponente de la pintura mural del siglo XX en Colombia. Dejaría plasmada su obra en dos construcciones icónicas entre los años 20 y 30: en el interior de la Iglesia de San Francisco, hoy BICN, construida entre los siglos XVIII y XIX. Sus bóvedas y cúpulas fueron decoradas con pinturas sobre la vida de San Francisco de Asís y son ejemplo de ornamentación republicana. Una de las obras más sobresalientes son los frescos del plafónd  del Teatro Municipal Enrique Buenaventura, denominados ´Alegoría de Cali´, en los que representa a las artes, con clara influencia de la cultura colombiana, con elementos como el plátano

El Teatro Jorge Isacs, este monumento nacional es obra del negociante alemán Hermann S. Bohmer, quien compraría el terreno en 1930 y le confiaría la construcción de un teatro clásico al joven ingeniero italiano, Gaetano Lignarolo, quien lo haría a la maniera italiana y con una acústica perfecta para presentaciones artísticas de alto nivel. Esta edificación sería una de las más importantes de la ciudad, edificada con los materiales y sistemas de más modernos y haría en honor al escritor caleño, Jorge Isaacs.

Las obras de la firma Borrero-Zamorano-Giovanelli, de los ingenieros colombianos, Fernando Borrero y Alfredo Zamorano de la Universidad Nacional y el italiano, Renato Giovanelli, de la Universidad de Roma. Ellos serían grandes protagonistas en el auge de la arquitectura moderna en Cali entre los años 50 y 60.  Se destaca el Banco Cafetero, ganador del primer premio de arquitectura vallecaucana en 1962 por su plataforma abierta al público y la torre que permitió la densificación del centro. Otros edificios de oficinas en el centro como el Banco de Colombia, el Edificio Belmonte y el Edificio Aristi; y el Club Campestre en el sur de la ciudad.

En el centro del Valle destaco dos tesoros, una obra de infraestructura y una edificación educativa.

Hace justamente 60 años, Perini Corporation, la constructora de obras de ingeniería con sede en Boston de descendientes de italianos asentados en Norte América, inició junto con firmas vallecaucanas, la construcción de la Central Hidroeléctrica del río Calima, uno de los embalses más grandes de Colombia, en uno de los parajes naturales y turísticos más cautivadores

 El colegio salesiano San Juan Bosco es una de las postales más auténticas de Tuluá. El alma de Italia habita allí desde cuando hace 100 años ¨» él más prolífico diseñador y constructor de edificios religiosos en todo el país durante este periodo», el religioso piamontés, Giovanni Buscaglione, trazó y dirigió esa obra. Allí se han educado muchas generaciones de tulueños.

Hacia al sur, en el Valle de Pubenza, hay muchas obras con influencia italiana, resalto dos obras en Popayán del sacerdote y arquitecto italiano, fray Serafín Barbetti, quien llegaría a Colombia en 1859 con la misión de reemplazar la segunda catedral de Popayán arruinada por los terremotos del siglo XVIII. El estado del Cauca lo contrataría para hacerse cargo de la Catedral Basílica Metropolitana de Nuestra Señora de la Asunción en el costado sur del Parque Caldas y el Puente del Humilladerola obra de ingeniería más significativa de Popayán del siglo XIX. Hoy, 148 años después de su apertura, Este hermoso puente de ladrillo y calicanto, de aproximadamente 200 metros y 5 de anchura con barandas laterales, es uno de los sitios más visitados del centro histórico de la ciudad blanca, en el barrio El Callejón.

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Vicente Nasi: 50 años de arquitectura

En el aniversario del nacimiento de Vicente Nasi, destacamos el aporte de este arquitecto turinés en la construcción cualitativa de la Bogotá de los años 30, 40 y 70, como también la herencia moderna que dejó con su prolífica obra en otras poblaciones colombianas como Buenaventura, Fusagasugá, Santandercito, Cúcuta y Santa Marta.

En el aniversario del nacimiento de Vicente Nasi, destacamos el aporte de este arquitecto turinés en la construcción cualitativa de la Bogotá de los años 30, 40 y 70, como también la herencia moderna que dejó con su prolífica obra en otras poblaciones colombianas como Buenaventura, Fusagasugá, Santandercito, Cúcuta y Santa Marta.

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Nasi es uno de los profesionales pioneros de la cultura italiana en el extranjero, durante 50 años y en 3 continentes, Europa, América y África, dejaría múltiples construcciones de factura italiana.

Nacería como Vincenzo el 15 de septiembre de 1906, cursaría sus estudios en el Politécnico de Turín y sería ya en Colombia, en 1938, donde recibiría el título de arquitecto en la recién fundada Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, de la que era docente.

En 1928 arribaría a nuestro país en busca de nuevas posibilidades profesionales contratado por Morgante y Da Peppo, una firma italiana que para sorpresa de Vicente a los pocos días se declaría en quiebra. Él empezaría su carrera ascendente con la firma Urigar y Cía. –Uribe y García Álvarez y luego como arquitecto independiente.

Haría el Hipódromo de La Magdalena, la antigua sede del Country Club, y varias residencias en Bogotá. Su huella en el Valle del Cauca aún permanece, en la época en la cual Buenaventura emergía como el principal puerto marítimo sobre el Pacífico colombiano, construiría por encargo de los Ferrocarriles del Pacífico en 1933, la Estación del Ferrocarril de Buenaventura.

Estación del Ferrocarril de Buenaventura considerada uno de los primeros edificios modernos en el país y que hoy es monumento nacional.

En medio del auge de la construcción, este personaje jugaría un papel súper importante en la transición de la Bogotá de los años 30. Levantaría el Colegio de la Presentación, el Monumento a Marconi y el diseño de innumerables residencias individuales en los nuevos barrios de Teusaquillo, Palermo y El Nogal. Era el arquitecto de moda de la élite bogotana al punto que el presidente Olaya Herrera le encomendaría su casa residencial.

En los años 40 Nasi tendría dos momentos cumbres con sus obras.  La construcción de la Quinta Mazuera para el señor alcalde de Bogotá, Fernando Mazuera, en Cundinamarca. Esta casa campestre es uno de los emblemas de la modernidad en Colombia, fue reseñada en varias revistas internacionales. Pero lo verdaderamente a resaltar fue el elogio que recibió cuando la visitó uno de los grandes arquitectos y urbanistas del mundo, Le Corbusier, cuando trabajaba en la elaboración del Plan Piloto para Bogotá.

En 1948 terminaría uno de los edificios que es considerado un símbolo arquitectónico por su estructura curvilínea de influencia europea y muy sobrio, el moderno Hotel Continental, por encargo de dos italianos, Sergio Cozza y Aldo Salvino.  

El hotel a los pocos días de apertura ya era el centro de la movida social y política capitalina. Aseguran que ese fatídico 9 de abril, Jorge Eliécer Gaitán se dirigía a almorzar al restaurante francés del Continental ya que ahí se hospedaban las delegaciones extranjeras de la IX Conferencia Panamericana. Y luego del asesinato del caudillo liberal el edificio literalmente aguantó las revueltas de ese día, fue uno de los pocos del centro de Bogotá que no fue destruido por la turba en medio del Bogotazo, el hotel siguió funcionando y dicen que hasta se sirvió el té para sus huéspedes a las 5 p.m.

Un año antes de morir, en 1991, Nasi y su familia donarían al Museo de Arquitectura Leopoldo Rother de la sede de Bogotá de la Universidad Nacional de Colombia, la colección bocetos, planos originales, dibujos, fotografías, documentos personales, memorias, copias y maquetas entre 1930 y 1978.  Se trata de lo que constituye al Fondo Vicente Nasi.

En 1992, en Bogotá, la ciudad en la que dejó una huella significativa, moriría el maestro Vicente Nasi, el  arquitecto turinés y colombiano por adopción considerado como uno de los grandes pioneros de la arquitectura moderna en esta tierra.

Equipo creativo del pódcast de La Bernardi: editora Isabella Prieto, comunicadoras Sofía García y María José Campo y editor de audio, Marcio Reyes. Escúcha 🔈 cada viernes 𝗟𝗮 𝗕𝗲𝗿𝗻𝗮𝗿𝗱𝗶, una historia entre Colombia e Italia en el programa Café Cultural por Clásica 88.5 FM https://www.clasica885.com Pódcast disponible en www.labernardi.com y en spotify.