Alexandra Zabala, misionera del belcanto: un arte a 360°

Reportaje a la soprano lírica colombiana radicada en Italia, Alexandra Zabala: ¨vivo en función de la voz y toda mi vida ha tomado un camino específico precisamente, en función de la voz, es como una misión, la de llevar belleza y felicidad a través de la música¨.

Por Irene Garcés Medrano*. A los 19 años esta bogotana llegó a Italia  a reafirmar su pasión por ‘el bel canto’, dedicó 10 años a formarse en canto lírico y música vocal de cámara en el conservatorio Giuseppe Verdi de Turín. Desde entonces, la  trayectoria profesional de esta artista colombiana evidencia una línea ascendente de retos, sucesos que la han llevado a ser protagonista en diferentes escenarios de la lírica. Gracias a la refinada técnica vocal de su canto, esta  soprano lírica, con quien tuvimos el placer de conversar, figura como una  de los 100 colombianos más sobresalientes en el mundo.

¨Me gustaría volver a mis orígenes, a mi tierra… me encantaría!!!¨, dice la soprano lírica. Foto de la ópera Ernani del Teatro de Pisa.

IG: ¿Cómo fue el debut en escenarios de la lírica italiana? AZ: Mi carrera comenzó con música barroca, con una actividad muy intensa por cerca de diez años ya que me especialicé en un repertorio del siglo Setecientos. Tuve la fortuna de hacer muchísimas producciones en todos los teatros, una de las más destacadas fue Il Mitrídate de Nicola Porpora que presentamos en el Teatro La Fenice de Venecia. También grabé discos muy importantes, como el primer álbum de BMG y Sony junto a  Franco Fagioli, famoso contratenor argentino, un colega maravilloso. Pero sucedió que la voz se fue desarrollando y cambié de repertorio en forma radical.

IG: La Aida, ¿ha sido la cerecita sobre la torta? AZ: Mi debut como Aida, de Giuseppe Verdi en el Teatro Coccia de Novara, ha sido el punto más sobresaliente, uno de los personajes que más he interpretado en estos años, y que determinó un cambio muy fuerte para mi carrera, pues ahora me especializó en el repertorio Verdiano pero cuento con experiencia del repertorio del Setecientos.  La ópera fue grabada por el Canal Skype clásico que hizo un DVD espectacular.

¨Cuando te llega un proyecto es la felicidad más grande, por qué es construir un personaje, mirar su perfil psicológico y ver qué es lo que puedes sacar de bueno y de malo desde tus entrañas para interpretarlo¨: Alexandra.

Foto de Zaneta Nawrot

 IG: ¿Cómo es la Aida que interpretó? AZ: Es uno de los personajes más emblemáticos de la ópera lírica, que sabe el destino que la espera, es una guerrera que lucha hasta el final para estar con el hombre que ama. Es la sublimación del amor a través de la muerte, ella sabe que solo con la muerte será libre, entonces es un papel muy bonito para interpretar por qué no se cae en el romanticismo como cliché sino que es una guerra donde se gana solamente a través de la muerte, fue una lectura extremamente hermosa, trabajé mucho a nivel psicológico porqué fue el paso decisivo para mi carrera.

IG: ¿Por qué? AZ: Pasé del repertorio barroco donde no se expresan los sentimientos a nivel romántico, sino que hay mucho aislamiento en el campo emotivo. El repertorio del 700 se escribió en un periodo donde el iluminismo era prevalente, entonces los sentimientos eran declarados con extrema elegancia, sin demostrar emotividad. En cambio, el repertorio romántico, sobre todo el de la primera parte del Ochocientos, tiene que ser cantado desde las entrañas y llegar al miocardio del público que te escucha. Y bueno, lo que aporto de mi vida a un personaje es precisamente eso, creo que la característica de los personajes que interpreto, cuando pongo algo de mí misma, es las ganas de luchar, lo que he luchado siempre.

 IG: ¿Por ejemplo? AZ: Nunca ha sido fácil competir con las sopranos ‘belcantistas’ y las artistas que hablan perfectamente el italiano. Con muchos esfuerzos logré salir adelante y sigo luchando, cada día me entreno por qué la voz se va, es como una disciplina deportiva. Terminaré de estudiar, cuando me retire.

¨Mi carrera se ha desarrollado más que todo en Europa, en extremo oriente, hice muchísimas producciones en Corea¨.

Foto Zaneta Nawrot

IG: ¿La próxima meta de su carrera? Mi carrera se ha desarrollado más que todo en Europa, en extremo oriente, hice muchísimas producciones en Corea, y bueno, precisamente antes del virus tenía que ir a China y a Japón. -Sonríe, mientras con tono melancólico dice: -así es la vida.

IG: ¿Y América Latina? AZ: He hecho presentaciones pero no muchas. Me gustaría volver a mis orígenes, a mi tierra, aunque la ópera lírica en Colombia es reducida al mínimo. En general no hay muchas oportunidades, allá escogen producciones ya completas, compran paquetes enteros de producciones ya hechas, entonces es muy difícil volver a Colombia, pero me encantaría!!!

La soprano lírica bogotana, Alexandra Zabala, es una de los 100 colombianos más destacados en el exterior, mención otorgada por el presidente Juan Manuel Santos, en febrero de 2015, en el Palacio de Nariño.

IG: ¿Quiénes van a escuchar música lírica pertenecen a una cierta élite? AZ: No sé si usar esa palabra, seguramente es una actividad de élite pero creo que pertenece más al mundo intelectual, digamos así, de aquellas personas que aprecian el arte y la belleza, porqué la música lírica puesta en escena, incluye recitación, canto, música y teatro. Es un arte a 360 grados.

IG: ¿El público con los años ha cambiado? AZ: Hay ahora un público muy joven que aprecia la ópera lírica, y al mismo tiempo, he notado que por influencia de la televisión, las redes sociales y la tecnología ha disminuido el gusto por la música en vivo. Esa es una señal peligrosa; es el indicio de una sociedad que está dejando atrás su propia creatividad y su propia parte emocional para estandarizarse, en un sentimiento que es exageradamente virtual.

IG: ¿Un reto más para los artistas del ‘bel canto’? Nosotros que estudiamos un arte tan supremamente antiguo y tan completo, vemos que hay una crisis real de fortaleza del alma. Somos misioneros que estamos tratando de sacar adelante esta expresión artística y el mensaje que le deja al alma de quien la escucha. Creo que el arte del canto lírico le llega al alma a cualquiera.

IG ¿Misioneros de armonía y belleza pero sin garantías? AZ: Sucede que a nivel de gobiernos los recursos económicos se están yendo para otro lado y la cultura se está dejando a aparte. Lo hemos visto también en este periodo en  el cual, tantos eventos ya previstos fueron anulados. Se ha dado preferencia a otros sectores y no al de la cultura, olvidando que es la riqueza fundamental de un país, y que muchísima gente come y vive gracias a la cultura.

IG: ¿Usted es de las que no se rinde fácilmente? AZ: Estamos en tiempos de una crisis bastante peligrosa, hay que luchar por difundir el arte, no tenemos otra elección. Hay que luchar para las generaciones futuras, porque si se pierde la capacidad de notar la belleza en el arte del pasado tendremos un futuro demasiado árido y triste, y mucha gente no se ha dado cuenta. Espero que las nuevas generaciones, las que van a la ópera, promulguen cada vez más esta necesidad de cultura, de belleza y de arte.

IG: ¿Temores, proyectos o sueños? AZ: Proyectos muchos, sueños algunos cumplidos, algunos por cumplir, temores, infinitos, en el sentido de que vivimos en tiempos de guerra cultural, donde la tecnología viaja muy rápido y el mundo corre a mil. No hay tiempo para dedicar un momento a analizar las cosas, hay que seguir al paso. Repito, la música es una misión para cada uno de nosotros, hay que difundirla. Adoro enseñar, lo hago desde hace 25 años cuando no trabajo y, cuando trabajo, trato de dar todo lo que es mi experiencia, lo que ha sido mi lucha para dejar algún mensaje a quien me escucha. Creo que sea la misión y la satisfacción más grande de un artista.

IG: ¿Italia, el país del ‘bel canto’ que no apoya a sus artistas? AZ: En Italia la última reforma que se hizo para los contratos de cantantes líricos fue en el 1936. Y nos quedamos allí, atrasados en ese tiempo, a diferencia del resto de Europa. Espero que con este gobierno las cosas cambien.  Durante el confinamiento que llevó a la cancelación de eventos, se puso en evidencia la precariedad en cuanto a garantías de quienes trabajamos en el teatro, artistas, electricistas, modistas, maquilladores, escenógrafos y todos los artesanos del espectáculo. Hoy estamos luchando, a través de ASSOLIRICA (Asociación Nacional de Artistas de la Lírica) y presentamos una petición al Parlamento Italiano. Hay que seguir este tipo de actividades porqué nosotros los artistas somos egocéntricos, egoístas y, además, extremamente solos; nosotros pensamos solo en cantar, en hacer música y no pensamos que hay generaciones que van a sufrir con este tema. Entonces, luchar es una forma de contribuir, de poner un granito de arena para que se mejore a nivel administrativo y normativo, vamos a ver qué pasa.

IG: ¿Donde se encontraba al momento del confinamiento? Estaba por debutar en el papel de Lady Macbeth, uno de los papeles más importantes que he interpretado en mi carrera y ensayaba en Dijon, Francia. Faltaban pocos días para el estreno, pero a raíz del confinamiento el teatro se cerró y tuve que permanecer allí hasta que pude regresar a Italia donde tengo mis afectos.

 IG: El bel canto, la búsqueda de la belleza, de la perfección en un mundo cada vez más complejo. ¿Cuál ha sido la clave para no perder la sonrisa? AZ: -Sonríe antes de responder- creo que esa es la lucha cotidiana de quien ama la música, quien elige de seguir esta pasión tiene siempre en la cabeza el canto. Yo 24 horas sobre 24, pienso a cantar, en cuidarme la voz, vivo en función de la voz y toda mi vida ha tomado un camino específico precisamente, en función de la voz, es como una misión, la de llevar belleza y felicidad a través de la música. Es algo que llevas adentro, es una fuerza que hay que alimentar siempre.

En estos meses de confinamiento la crisis fue tremenda, fue un golpe que no logro describir: no tener nada en el horizonte, no ver ningún proyecto futuro, anulados todos los contratos y cerrados todos los teatros. Me sentí vacía, es que en las venas tú llevas música envés de sangre. Es algo que te alimenta continuamente, porque alimentar el alma es más importante que alimentar el cuerpo, se vuelve así cuando empiezas a conocer el arte y a generar arte.

Cuando te llega un proyecto es la felicidad más grande, por qué es construir un personaje, mirar su perfil psicológico y ver qué es lo que puedes sacar de bueno y de malo desde tus entrañas para interpretarlo. Es un trabajo hermoso, me siento afortunada y al mismo tiempo lo necesito, no hubiera podido hacer otra cosa en la vida, así fuera debajo de un puente hubiera sido cantante.

¨Proyectos muchos, sueños algunos cumplidos, algunos por cumplir, temores, infinitos…¨, dice la soprano lírica colombiana.

IG: ¿Una persona importante en su carrera? AZ: Hay muchas. Desde el que fue mi profesor hasta el 2008, Paolo Washington, un bajo de Florencia, quien me enseñó muchísimo, sobre todo en mi cambio de repertorio. Murió ese año y  fue un golpe terrible. Después no he tenido otro profesor, he hecho todo sola, además enseño canto desde hace muchísimos años. Lo que si tengo es un pianista, Carlo Caputo, del Teatro Regio de Turín. Y mis agencias, la Italiana Music Center y la inglesa OWlartist management.

*irenegarces1000@gmail.com

Ciao maestro Ennio Morricone

¨Por último, María (pero no última). A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar.¨ Apartes de la carta del maestro italiano Ennio Morricone al partir. (Roma: 10-11-1928 – 6-7-2020)

¨Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto. Es imposible nombrarlos a todos.

Pero un recuerdo especial es para Peppuccio y Roberta, amigos fraternales muy presentes en los últimos años de nuestra vida.

Solo hay una razón que me impulsa a saludar así a todos y a celebrar un funeral en privado: no quiero molestar.

Saludo con mucho afecto a Inés, Laura, Sara, Enzo y Norbert, por haber compartido conmigo y mi familia gran parte de mi vida.

Quiero recordar con amor a mis hermanas Adriana, María, Franca y a sus seres queridos y hacerles saber cuánto los he amado.

Un saludo pleno, intenso y profundo a mis hijos Marco, Alessandra, Andrea, Giovanni, a mi nuera Mónica y a mis nietos Francesca, Valentina, Francesco y Luca.

Espero que entiendan cuánto los amaba.

Por último, María (pero no última). A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar. Para ella es mi más doloroso adiós.

Con estas sentidas palabras escritas por él, el legendario músico y compositor romano, Ennio Morricone (Roma: 10-11-1928 – 6-7-2020) ​ partió a otra dimensión. En este plano el premio Oscar de la Academia deja como legado su obra como autor de famosas melodías del cine y las bandas sonoras de importantes películas, desde Novento, Madalena, La Misión, Los intocables de Eliot Ness, Por un puñado de dólares, Cinema Paradiso, entre muchas. Ciao Maestro!!!!!

Ilustración de Jorge Restrepo H. Pintor, ilustrador y caricaturista de Sevilla (Octubre 23 de 1972. Valle, Colombia) Es ilustrador de la revista Semana. Publicó en revista SOHO, periódico El Tiempo de Colombia, revista Dinero y diario El País de España.Publicaciones: El Tabloide, El Mercurio y La Variante de la ciudad de Tuluá. Ha ilustrado para las editoriales Grijalbo y Planeta. Libros publicados: Tuluá y el Mundo. 2005; La Gracia que uno tiene. 2008. “Restrepo caricaturas”, 2013. Como Muralista tiene obra en el Concejo Municipal y Casa de la Cultura de Tuluá como en Paraíso Hotel Estudios en Girardot.

Antonio y Camila (2 parte)

El 2 de mayo de 1928, Antonio Bernardi y Camila Ospina sellarían su unión en una ceremonia católica muy sobria, cuando el reloj de la Catedral Basílica Nuestra Señora del Rosario de Manizales, marcó las 6 de la mañana. Partirían de luna de miel hacia Cali y Popayán en tren, el medio de transporte más desarrollado en Colombia, en esa época.

Camino al altar. El 2 de mayo de 1928, Antonio Bernardi De Fina (1*) y Camila Ospina Mejía (2*), sellarían su unión en una ceremonia católica muy sobria, cuando el reloj de la Catedral Basílica Nuestra Señora del Rosario de Manizales, marcó las 6 de la mañana. Los dos italianos, el novio y Mainardo Bernardi, el padrino, esperaron en el altar a la bella prometida que caminó del brazo de su padre Luis María (3*), vestida de negro riguroso a la usanza de la época, ya que guardaba luto por el fallecimiento de su abuela paterna.

En las primeras bancas, la madre de la novia, Ana Joaquina (4*), junto con sus otros diez hijos, acompañaban en ese frío día, a esta pareja que empezaba su vida de casados en Manizales, ciudad donde Antonio dejaría un significativo legado urbanístico y arquitectónico en los tres años que vivió (1927-1930) (6*).   

La luna de miel. Después del desayuno de bodas celebrado en la segunda planta de la casa de Luis María y Anita, en pleno centro de la capital caldense, los esposos Bernardi Ospina se dirigieron a la recién inaugurada Estación del Ferrocarril de Caldas, para abordar el tren a Cali, su primera parada del itinerario. Sería la primera vez que Camila haría ese recorrido por la nueva trocha férrea construida para, además de pasajeros, llevar sin transbordos, el café de estas tierras campesinas hasta el puerto de Buenaventura y de ahí a los mercados europeos.

Por el Valle del Cauca. La locomotora descendió desde el filo de la cuchilla de Manizales por un empinado trecho, y, poco a poco, dejó atrás el paisaje cafetero, para descubrir ante los ojos de esta joven señora la imponencia del Valle del río Cauca. Para entonces empezaba la transformación del paisaje bucólico de las haciendas cañeras y de trapiches de panela, a la expansión tecnificada del cultivo de la caña y el surgimiento de los modernos ingenios azucareros. Sería un viaje premonitorio para esa pareja.

Por tren. Los desposados arribaron a Cali por la también nueva Estación del Ferrocarril del Pacífico, en la Calle 25, para alojarse en el hotel de moda, el Alférez Real, a orillas del río Cali. De la mano de Antonio, quien había trabajado acá el año anterior en la construcción del Palacio Nacional, Camila descubrió el centro y barrios como San Antonio, de esta pequeña y tranquila ciudad que empezaba a mirar al mundo a través de su relación con Buenaventura, en la que aún sus habitantes se surtían de agua en las pilas ubicadas en varios lugares céntricos. Lejos estaba ella de imaginarse que 22 años después, regresaría para quedarse, en la capital del Valle del Cauca.

El Valle de Pubenza. Para finalizar su travesía, la pareja se desplazó por el Ferrocarril del Pacífico, el más extenso y desarrollado del país para ese momento, hacia Popayán, otrora capital del Gran Cauca, para caminar por esas callecitas del casco antiguo de la Ciudad Blanca y colonial y, por supuesto, empezar a conocerse entre ellos.

La unión de dos culturas. En Villa Isabela, a las afueras de Manizales, se iniciaría este encuentro de dos mundos muy disímiles a finales de los años 20. Antonio, un italiano del norte, que a sus 28 años había recorrido buena parte del continente americano e iba de ciudad en ciudad y de campamento en campamento para construir obras públicas, puertos, sistemas de transporte y edificios. Mientras que Camila era una jovencita normalista de 23 años, que vivía en el círculo cerrado y tradicional de su familia de arrieros antioqueños, que se movía entre Manizales, Santa Rosa de Cabal y Dosquebradas (7*).

El clan Ospina. En esa casa se establecerían las primeras reglas de convivencia y quedaría clarísimo que los parientes de ambos, estarían presentes en su cotidianidad. Camila compartiría su hogar en Manizales, con su cuñado Mainardo (5*), mientras que Antonio establecería lazos de por vida, con su numerosa familia política, de 10 cuñados y cuñadas, con sus cónyuges e hijos. Y sería en Manizales, donde nacerían sus dos primeras hijas, Regina, el 24 de julio de 1929 y Gladys Bernardi Ospina, el 11 de mayo de 1931.

Acuerdos colombo italianos. El aprendería a comer arepa pero con mermelada y ella cocinaría polenta de maíz. Antonio reemplazaría la cuajada paisa por los quesos curados que espantaban a los Ospina por su fuerte olor y Camila, además del sancocho, los fríjoles y la mazamorra, introduciría los espaguetis y la lasaña al menú familiar semanal. Él compartiría con los Ospina las celebraciones y los duelos, como también vacaciones y fiestas decembrinas en las fincas de sus suegros. Ella entendería que no tendría con su familia una sede fija, sino que su casa estaría donde el trabajo de Antonio los llevará.

El prestigio del constructor. Mientras su vida hogareña se afianzaba, el constructor italiano al frente de las obras subterráneas del Plan Maestro de Alcantarillado y Acueducto, la pavimentación del centro y varias edificaciones en ferro concreto con la firma italiana Papio Bonarda & Co (8*), Antonio adquirió renombre en una ciudad que iniciaba una nueva era urbanística y arquitectónica con la edificación de la Catedral, la Estación del tren, hoteles, bancos y establecimientos comerciales; y que además creaba otras formas de habitarla sobre las cenizas de los tres incendios padecidos.

La época dorada. Y en esa región cafetera el nombre del constructor italiano le llegaría a oídos del industrial Vicente Giraldo, un empresario visionario, artífice de la modernización de Armenia en los años treinta (9*), quien le siguió la pista y le haría una propuesta indeclinable, independizarse y ser protagonista de la transformación de una población de guadua y bahareque al concreto.

Rumbo Armenia. Por las mismas calles que él pavimentó, Antonio con Camila y Regina, partiría en su Peugeot 1930, placa 0172, por las carreteras destapadas del viejo Caldas para apostarle a un nuevo proyecto de vida y ser parte de ese momento histórico de Armenia, llamada desde entonces la Ciudad Milagro.

Primera parte, de la historia de Antonio Bernardi y Camila Ospina.

Ilustración de portada. Diseñadora Paula Henao. 

Fuentes citadas. *Gracias a la narración de mi madre, Regina y mi tía Italia Bernardi Ospina se han reconstruido las vivencias de la familia Bernardi Ospina en esa época. El archivo fotográfico pertenece a la familia Bernardi y fue digitalizado por Jorge Alonso Rengifo Bernardi.

 (1*) Antonio Bernardi de Fina nació en Ponte Nelle Alpi, provincia de Belluno, Italia (6-10-1900), hijo de Teodoro Bernardi y Regina De Fina. Murió en Cali (Colombia) (25-03-1977). (2*) Camila Ospina Mejía, nació (6-04-1905) en Pereira, departamento de Risaralda – hija de Luis María Ospina y Ana Joaquina Mejía. Murió en Cali, Colombia (11-10-1970). (3*) Luis María Ospina Arcila, ´papá Luis´: 1870 Aranzazu – julio 9 de 1943 Bogotá. (4*)  Ana Joaquina Mejía Gutiérrez, ´mamá Anita´: 1877 Pacora – julio 22 de 1963 Manizales. (5*) Mainardo Bernardi de Fina, nació en Ponte Nelle Alpi, provincia de Belluno, Italia (25-5-1905), hijo de Teodoro Bernardi y Regina De Fina. Murió en Guayaquil (Ecuador) hacia 1940.

(6*) Un italiano en tierra cafetera en los años 20 (1 parte) http://www.labernardi.com/antonio-bernardi/un-italiano-en-tierra-cafetera-en-los-anos-20-1-parte/

(7*) Los municipios de Manizales y Santa Rosa de Cabal y el corregimiento de Dosquebradas, pertenecían para entonces al antiguo departamento del Viejo Caldas (1905 y 1966). (8*) Papio Bonarda & Co, firma italiana de arquitecturaingeniería y construcción, fundada por Angelo Papio y Giancarlo Bonarda, quienes se encargaron de la modernización de Manizales hacia los años 20, con la construcción de obras como la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Manizales. En Cali, construyeron el primer palacio de San Francisco y El Palacio Nacional. (*9) Armenia, fundada en 1889, es la capital del departamento de Quindío y una de las principales ciudades del eje cafetero colombiano.

Un italiano en tierra cafetera en los años 20 (1 parte)

El amor llega cuando menos se espera y cambia los planes en un santiamén. El italiano Antonio Bernardi De Fina no imaginaba que la decisión de participar en la modernización de Manizales en 1927, marcaría su historia al conocer a Camila Ospina Mejía.

El amor llega cuando menos se espera y cambia los planes en un santiamén. Mi abuelo italiano, Antonio Bernardi De Fina (1*), no imaginaba que la decisión de participar en la modernización de Manizales en 1927, consumida tres veces por las llamas en 4 años, marcaría su historia personal y profesional, al conocer a Camila Ospina Mejía (2*).

Camila y Antonio. 1928.

En la tierra del café. Manizales, Dosquebradas, Santa Rosa de Cabal, Armenia y Circasia, poblaciones de la colonización antioqueña (6*) en medio de la geografía andina y productoras de café, estarían unidas a la vida de Antonio, quien había arribado de 22 años, a este continente de promesas en 1922, graduado como técnico de Puentes y Caminos en Belluno (7*), en compañía de su hermano, Mainardo Bernardi y su primo, Jorge De Fina.

Un trotamundos. Su experiencia como ingeniero constructor la obtuvo en cuatro países, al involucrarse en obras como el Ferrocarril Antofagasta-Oruro (Bolivia), el Ferrocarril del Perú, el Puerto del Callao (Lima) y el Malecón de Guayaquil (Ecuador), como también al estudiar estructuras con nuevos materiales en la capital peruana.

Desembarcó en Colombia. Antonio tocó tierra colombiana en marzo de 1926, por el puerto de Buenaventura, venía contratado por el proyecto que uniría al sur con el resto del país a través de 600 kilómetros, el Ferrocarril de Nariño (8*), tramo El Diviso (en la selva) – Tumaco. En ese puerto sobre el Pacífico, que vivió su época de esplendor, él residió unos meses, hasta que enfermó de paludismo.  Vinculado a la firma italiana de ingeniería Papio Bonarda & Co, Bernardi (9*) intervino en la ejecución de la estructura del Palacio Nacional, de estilo neoclásico francés, en pleno centro de Cali, una antigua y pequeña villa que capturó su atención por la calidez de la gente y a donde regresará muy pronto.

Modernización de Manizales. La capital del Viejo Caldas (10*) que vio arder más de 20 manzanas y 200 edificios del centro de bahareque, barro y guadua (1922, 1925 y 1926);  que pasó de la arriería al cable aéreo para transportar productos desde y hacia el río Magdalena (1922) y que inauguró la línea del ferrocarril (1927) para exportar café por el puerto de Buenaventura; edificó para esos años, una nueva ciudad con el concurso de profesionales nacionales y extranjeros.

1927 a 1930, la innovación. Con Papio Bonarda & Co, Antonio participó en la modernización urbanística de Manizales, región que le ofrecería durante una década múltiples posibilidades a este joven constructor, ya que la economía cafetera estaba en auge. En esa topografía montañosa, acompañado de su hermano Mainardo, él ejecutó buena parte del Plan Maestro de Alcantarillado y Acueducto de forma innovadora, instaló redes domiciliares subterráneas y pavimentó las primeras calles con concreto.

El ferro concreto. También Antonio introdujo nuevas tecnologías desconocidas en la zona, las estructuras de ferro concreto (11*) que son perdurables en el tiempo, en las construcciones que concibió con diseño contemporáneo, entre ellas los edificios del Banco de Colombia, Néstor Llano y Marco Gómez.

Camila, la normalista caldense. Un domingo a finales de 1927, Antonio paseaba por el parque San José, cuando el rostro de una caldense de 22 años, lo deslumbró. Era Camila, maestra de la Escuela Normal de Señoritas de Manizales, tercera hija de un matrimonio católico, de arrieros antioqueños, Luis María Ospina Arcila (3*) de Aranzazu, y Ana Joaquina Mejía Gutiérrez (4*) de Pácora, apegado a la tierra, al comercio y a la familia, que no se deslumbró con el constructor italiano recién llegado y enamorado de la jovencita.

El Bosque. Luis había comprado en 1896, un pequeño terreno en Dosquebradas (12*), que más tarde convirtió en la Hacienda El Bosque (*13). Cuando él visitaba esta tierra a caballo, veía en la casa vecina, El Recreo (*14), a tres hermanas bordando en el balcón, Ana Joaquina ´Anita´, Elvira y Natalia. Un día le pidió matrimonio a la mayor y se casaron el 30 de noviembre de 1899. La dulce Anita se trasladó al El Bosque, donde compartió la casa con su suegra, María Jesús, y 6 cuñadas hasta que ellas se casaron.

Los Ospina Mejía. En las primeras décadas del siglo XX, formaron una numerosa familia de once hijos, Carmen Emilia, Benigna, Camila, Pastora, Teresa, Luisa, Emelia, Antonio Luis, Alicia, Lorenzo, Graciela (5*). Luis llegó a tener cuatro fincas, El Bosque, El Caribe, La Sonora y La Granja, que producían café, leche, carbón y las cuales visitaba de lunes a sábado, ese día Anita lo esperaba en El Bosque, con Ponche (bebida con huevos, yemas, canela y brandy); y agua caliente con hierbas para sus cansados pies.

De Santa Rosa a Manizales. Papá Luis y mamá Anita que ya tenían un patrimonio sólido y con grandes aspiraciones para la familia, trasladaron su residencia, primero a Santa Rosa de Cabal hacia 1910  (15*), donde compraron una casa en el parque principal y matricularon a los hijos en la escuela; y luego, en 1922 se instalaron en la capital de Caldas, que ofrecía mayores posibilidades para que las hijas y los hijos estudiaran el bachillerato en la Normal y el Instituto Técnico. Emprendieron el camino a lomo de mula, llegaron al centro de Manizales, junto a la Telefónica, cerca de la Catedral, a la Calle 25 No, 18-20. En el primer piso de la casa, quedaba la pesebrera y el local para vender café procesado, y en la segunda planta la residencia familiar.

Un noviazgo a lo paisa. La relación de Camila y Antonio inició a finales de 1927, los encuentros eran muy particulares, él en el andén con el frío de la noche y ella, en el balcón del segundo piso. Solo cuando el italiano prometió matrimonio, se le abrieron las puertas del hogar de los Ospina Mejía.

Antes del compromiso oficial, Papá Luis le exigió un certificado de soltería de la parroquia donde nació, y la madre italiana del novio residente en Ponte Nelle Alpi, Regina De Fina, también hizo lo propio, exigió una fotografía de la novia colombiana. Camila y Antonio esperarían ansiosos durante meses, las respuestas de las respectivas cartas que partieron de Manizales por barco desde el puerto de Buenaventura y de Ponte Nelle Alpi por el puerto de Génova…

Ilustración de portada. Diseñadora Paula Henao.  Fuentes citadas. *Gracias a la narración de mi madre, Regina, mi tía Italia Bernardi Ospina y Elsa María Moya Ospina se han reconstruido las vivencias de la familia Ospina Mejía en esa época; y Jorge Alonso Rengifo Bernardi por el trabajo de digitalización del archivo fotográfico de la familia.

 (1*) Antonio Bernardi de Fina nació en Ponte Nelle Alpi, provincia de Belluno, Italia (6-10-1900), hijo de Teodoro Bernardi Viller (hijo de Bartolo Bernardi y Yacomina Viller) y Regina De Fina Zitran. Murió en Cali (Colombia) (25-03-1977).

Familia Ospina Mejía.  (2*) Camila Ospina Mejía, nació (6-04-1905) en Pereira, departamento de Risaralda – hija de Luis María Ospina y Ana Joaquina Mejía. Murió en Cali, Colombia (11-10-1970).

(3*) Luis María Ospina Arcila, ´´´papá Luis´: 09/07/1870 Aranzazu – 09/07/1943 Bogotá (4*)  y Ana Joaquina Mejía Gutiérrez, ´mamá Anita´: 22/07/1877 Pacora – julio 22 de 1963 Manizales. Se casaron el 30 de noviembre de 1899 (5*)  Carmen Emilia Ospina de Ocampo: diciembre 1 1900 – abril 3 de 1987 Manizales. María Benigna Ospina de Restrepo: junio 27 de 1903 – abril 3 de 1991 Medellín. Pastora Emilia ´Aporita´ Ospina de Gómez: agosto 11 de 1906 – julio 24 de 1991 Manizales. Teresa Ospina de Mirkow: octubre 7 de 1907 –  febrero 14 de 1993 Bogotá. Antonio Luis Ospina: diciembre 21 de 1908 – marzo 20 de 2001 Cali. María Luisa Ospina de Lobo, mayo 21 de 1910 – enero 18 de 1987 Bogotá. María Emelia Ospina de Botero: marzo 19 de 1912 – febrero 7 de 1999 Manizales. Alicia Ospina de Villegas: 27 de febrero de 1915 – mayo 20 de 1997 Manizales. Lorenzo de Jesús Ospina: octubre 21 de 1919 – abril 3 de 1984 Pereira. Graciela Ospina de Moya: septiembre 16 de 1921- octubre 28 de 2013 Cali.

 (6*) Colonización antioqueña, proceso de expansión de población que influyó en el desarrollo de la historia colombiana a medios del siglo XIX e inicios del XX, a través del cual aparecieron en zonas deshabitadas, centros urbanos al sur de Antioquia, en los actuales departamentos de CaldasRisaraldaQuindío, y en parte del Tolima y del Valle del Cauca.

(7*) Belluno, provincia y población de la región de Véneto en Italia.

(*) Ferrocarril de Nariño (*) …en los últimos meses de 1927 el presupuesto de gastos del Ferrocarril de Nariño se redujo de ochenta mil a veinticinco mil pesos mensuales; simultáneamente el gobierno nacional ordenó despedir a la mitad de los trabajadores. Al año siguiente se laboró con poco dinero y en 1929 la obra se paralizó. (Zarama Rosa Isabel, artículo Historia del Ferrocarril de Nariño 2015: 11 Tendencia Revista de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas. Universidad de Nariño Vol. XVII. No. 1 – 1er. semestre 2016)

(9*) Papio Bonarda & Co, firma italiana de arquitecturaingeniería y construcción, fundada por Angelo Papio y Giancarlo Bonarda, quienes se encargaron de la modernización de  Manizales hacia los años 20, con la construcción de obras como la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Manizales. En Cali, construyeron el primer palacio de San Francisco y El Palacio Nacional.

(*10) Viejo Caldas, antiguo departamento colombiano entre 1905 y 1966, conformado por los actuales departamentos de CaldasRisaralda (1966​) y Quindío (1966​), sobre la Cordillera Central. Colonizado por arrieros antioqueños a mediados del siglo XIX y epicentro del Eje cafetero. Su capital, Manizales, fundada en 1849.

(11*) Libro Fragmentos de la Memoria de la ciudad de Armenia Años 30 al 36 del siglo XX – obra de Antonio Bernardi de las arquitectas María Eugenia Beltrán y Laura Ossa Sánchez. 

(12*) Dosquebradas, antiguo corregimiento de Santa Rosa de Cabal. Desde 1974, municipio  del departamento de Risaralda, contiguo a la capital, Pereira.

(13*) Hacienda El Bosque, cuna de los Ospina Mejía, en la actualidad pertenece a los bisnietos de Luis María Ospina, la familia Ocampo Estrada.

(14*) La Finca del Recreo, de la familia Mejía Gutiérrez, estaba situada por los lados de la Fábrica de La Rosa en Dosquebradas

(15*) Santa Rosa de Cabal, fundada en 1844, es municipio del departamento de Risaralda

Las italianas votaron hace 74 años

El 2 de junio de 1946 es el año del cambio para las mujeres en Italia. Es una fecha histórica porque además de celebrar el Referéndum que dio lugar a la República, ese día al fin, las italianas pudieron ejercer el derecho a intervenir en política, a través del voto y de ser votadas ellas mismas.

El 2 de junio de 1946 es el año del cambio para las mujeres en Italia. Es una fecha histórica porque además de celebrar el Referéndum que dio  lugar a la República, ese día al fin, las italianas pudieron ejercer el derecho a intervenir en política, a través del voto y de ser votadas ellas mismas.

El sufragio femenino en Italia fue aprobado en 1945 tras más de veinte años de fascismo y en un proceso de reconstrucción democrática del país al final de la Segunda Guerra Mundial. Pero fue ese 2 de junio de 1946 cuando las italianas pudieron votar por primera vez y lo hicieron por la República.

El sufragio universal fue un camino largo de lucha política y social de muchas mujeres italianas en favor de sus derechos civiles y políticos. A ellas les llegó mucho más tarde que a otras mujeres del viejo continente: en Finlandia (1906), Noruega (1913), Estonia (1917), Gran Bretaña e Irlanda (1918, Checoslovaquia (1920), España (1931).

Pero también ejercieron el derecho al voto mucho más temprano que en otros países europeos, Grecia (1950), Mónaco (1962), Andorra (1970) y Suiza (1971), entre otros. Un derecho que las colombianas ejerceríamos solo hasta 1957.

´Nadie en Italia, Laberinto´: Marcela Bellini

¨Soy colombiana, mi primer apellido es italiano, y aunque crecí en Colombia, mi trabajo fotográfico me condujo a Italia en busca del origen en 2017. De ahí salió esta serie de imágenes en blanco y negro, impresas en seda, que invita a imaginarnos un mundo de posibilidades detrás de cada puerta o de cada ventana. Un mundo de caminos… Todos solitarios y sin fin… un laberinto.

Las imágenes fueron tomadas en diferentes partes de Italia.

‘Nadie en Italia, Laberinto’ es una investigación sobre la melancolía. Encuentro belleza en los lugares solitarios. Debe ser por eso que me gustan los días de lluvia, tienen la misma sensación de nostalgia que los lugares sin gente. No sé de dónde me viene la necesidad de ver el mundo desde una mirada nostálgica.

Todos preferimos tener sentido de pertenecía a ser de ninguna parte o estar solos. A pesar de esto, el ejercicio que realizo con mis fotografías es explorar la soledad. Investigo la ausencia. Busco lugares solitarios. La composición de mis imágenes está hecha de espacios cotidianos que si no fuera por mi búsqueda de vacío, de pronto, no veríamos¨.

Curadora Irina Rolön: ¨En esta serie Bellini rescata de la indiferencia cotidiana, fachadas con inquietantes elementos y detalles arquitectónicos de calles tradicionales de Italia, cuyo punto de tensión visual se concentra en la aparición de puertas y ventanas cargadas de belleza y misterio.

Una serie de “no lugares”, espacios ideales para el encuentro y la habitación, que ante su lente se muestran desprovistos de personas, cubiertos de nostalgia y melancolía.

Marcela persigue la metáfora detrás de esa ausencia que registra, la misma que refiere a las velocidades y olvidos del mundo contemporáneo retratados en estos cortes de la realidad, en las capturas de estos espacios colmados de vacío que al ser desprovistos de participación humana desaparecen, se desdibujan e invisibilizan ante nuestros ojos.

Las calles y pasajes de Italia se convierten entonces en el principal insumo para su indagación fotográfica, convirtiéndose en protagonistas de esta fascinante búsqueda.

En cada fotografía los caminos expuestos detrás de cada puerta y ventana se comportan como umbrales, como lugares de tránsito hacia otra realidad, hacia otra dimensión; a través de estas aberturas Marcela evoca mundos intrincados y vertiginosos, que dentro de sus armónicas composiciones logra minimizar y hacer pasar por ciertas.

En cada uno de sus recorridos por las calles de Italia, Bellini ejerce el placer de imaginar, de cartografiar la ausencia, de resaltar esa nostalgia que la conmueve e identifica. En esta ocasión, la artista eleva esta fascinación a un segundo estado. Ahora, amplía las nociones de la imaginación jugando con trucos y trampas visuales que compone exquisitamente para invitar al espectador a sumirse en este mundo de fantasía que se inscribe en la mente de la artista al preguntarse cómo sería si estos espacios continuaran infinitamente detrás de cada puerta, ¿a dónde conducirían estas inquietantes aberturas? ¿cómo se verían por dentro cada una de estas edificaciones?, o ¿con qué sería posible encontrarse detrás de estas portadas? Y lo consigue, nos adentra en una interesante experiencia de indagación, imaginación y descubrimiento¨.

Artista y fotógrafa Marcela Bellini. Nací en Cali y tomo fotografías desde la adolescencia. Cuando llegué a la Universidad de los Andes en 1993 sentí que las imágenes que fotografiaba debían tener una conexión más profunda entre estética y contenido. Estudié Filosofía. Luego hice una maestría en literatura y una especialización en periodismo en la misma universidad. @nadiefotografia

El arte como terapia para el alma: Pil, artista mejicana en Venecia (2 parte)

Por Irene Garcés Medrano*. Mientras con parsimonia Italia viste el traje de la normalidad después de las drásticas medidas adoptadas meses atrás para contrarrestar el virus Covid19, presentamos la segunda parte de nuestra conversación con Concepción García Sánchez, ´Pil, pintora mejicana, radicada en Italia desde 1992 y residente en Venecia desde hace 26 años.

IG: ¿Desencantada de la Academia de Arte de Venecia? CG: La academia no tenía el nivel que esperaba, pero fue una ocasión para conocer la realidad de las galerías, las exposiciones, los concursos y la dinámica entorno al mundo del arte. Me di cuenta de que el arte se queda solo en el ámbito de las galerías y la comercialización de las obras. Durante mis estudios en la Academia tuve posibilidad de participar en el Proyecto Erasmus, en Manchester, esa experiencia en otra institución artística fue edificante. Allí la educación era menos rígida, más libre con respecto a la Escuela de Venecia. Durante el periodo de estudios en la Academia de Venecia, tuve siempre la sensación que la función social del arte quedaba relegada. Me interesaba el arte pero desde una perspectiva social.

IG: ¿Después del viaje al Estado del Chiapas, volvió el entusiasmo? CG: Viajé a Chiapas después de la masacre de Acteal, cuando en 1997 un grupo paramilitar asesinó 45 indígenas en una iglesia. Con la comunidad zapatista pinté varios murales, puse a pintar a toda la gente de la comunidad, sobre todo a niños y adolescentes. Fue interesante ver cómo las comunidades vivían la pintura de modo natural, con mucha fluidez, con facilidad. Obviamente faltaba la técnica, pero eso no fue un límite para poder expresarse. Esta experiencia, me permitió ver la potencialidad y posibilidad de trabajar socialmente con el arte.

Ofrenda del Día de muertos en el Liceo Guggenheim. Atrás, las fotografías de lo 43 estudiantes de Ayotzinapa asesinados

IG: En Chiapas realizó el cuadro de una niña con un bebe en brazos, ¿qué la inspiró? CG: A cada lado de la base del asta bandera le di un tema y los niños empezaron a pintar. Recuerdo que llegaban cantidad de pequeños, al punto que agotaron la superficie del asta bandera y continuaron en el piso. Justo en ese momento, llegó una niña, con su hermanito bebé en los brazos. Me impactó verla tan pequeña, tendría cinco o seis años, con la responsabilidad de cuidar a otro menor pero con el deseo de pintar y obviamente de ser niña, de allí nació “Zem tzotzil zapatista bontik

1 Acrílico inspirado en fotografía tomada durante realización de un mural en Chiapas. 2 Mural realizado con la comunidad en el Chiapas.

IG: Hábleme de la Arteterapia, ¿qué es? CG: Hice un curso propedéutico en la Escuela de Arteterapia de  Barcelona, ISPE.  En pocos días pude experimentar varios lenguajes artísticos, y la sensación de haberlo vivido me enriqueció, me sentía como fluyendo en todas las posibilidades que un ser humano puede tener,  porque ellos proponían no solo del lenguaje pictórico sino que incluían poesía, danza y varias disciplinas artísticas. Me pareció enriquecedor ese tipo de experiencia porqué la viví directamente, pero en mi momento familiar y personal, no podía alejarme demasiado de Venecia, entonces me inscribí en  la escuela de Arteterapia, ARTEA, con sede en Milán. Me permitió dos cosas, primero ver cómo el arte parte desde adentro de la persona, desde su inconsciente individual y colectivo. Y segundo, comprender cómo a través del lenguaje del Arte se pueden plasmar imágenes; puede salir cualquier cosa de la mente.

IG: ¿Su formación en la academia de artes plásticas, fue una ventaja? CG: En parte me ayudó para utilizar las diferentes técnicas. Lo q si tuve que superar fue el modo académico que me venía cargando respecto a la creación. En la Escuela de Arteterapia percibí que las técnicas servían para expresar, crear, pero sobre todo para experimentar. Por qué a la experimentación, no se le da mucha importancia, se da importancia al resultado final, pero la experimentación es importantísima porque es allí donde se pone en juego así mismo en el proceso de creación. De hecho fue un aspecto que me costó mucho trabajo al comienzo elaborar, pero cuando lo asimilé me encantó.

IG: ¿Hoy vive de arteterapia? CG: Después de graduarme en la escuela me dediqué a organizar talleres, pero no es como hacer una sesión de yoga, donde es suficiente llevarte un tapetico y listo. Con la arteterapia necesitas diferentes materiales. No fue muy conveniente a nivel económico, pues como decimos en Méjico, a veces me salía ‘más caro el caldo que las albóndigas’. Pero  sirvió como para darme a conocer. Después me llamaron del Centro de Ancianos con Alzheimer, también realicé talleres con refugiados, con grupos de mujeres, con adolescentes y niños.  Ya Llevo 4 años trabajando en psiquiatría y me encanta.

IG: ¿El arte al servicio de la psiquiatría o viceversa? CG: Sobre todo fue tremendamente formativo ver como se trabaja en el hospital y las causas del sufrimiento. Cuando llegas a psiquiatría,  a veces, una de las causas puede ser que has sufrido demasiado y tu mente, tu razón ya no alcanza a justificar todo lo que te está pasando, entonces caes en problemas psicológicos profundos. Otras veces, el sufrimiento es debido a causa de la enfermedad mental.

IG: ¿Complicado lograr la atención de quien afronta realidades dolorosas? CG: Pues, más allá del malestar, en mis talleres traté de proponer el arte como si fuera alimento para el alma. Ha sido enriquecedor ver como algunas personas que podrían caer en ‘el hoyo negro’ logran agarrar un lápiz y hacen una línea, ves el esfuerzo en el gesto mínimo; esas, para mí, son obras profundas. No sé cómo decirlo, más allá del concepto del arte, claramente no es una obra pictórica de un gran artista pero en este contexto ver ese tipo de cosas, a veces me decía guao! gracias por el esfuerzo que hiciste porque dada la situación, era clara la tenacidad.

IG: ¿Más que como artista la arteterapia la pone en juego como ser humano? CG: La verdad, es que  a través de la arteterapia aprendí mucho. Porqué ves que la capacidad creativa del ser humano, va más allá de los prejuicios, va más allá de un concepto estrecho del  arte; el miedo a enfrentar una creación y equivocarte, enfrentar ese miedo, procesarlo hasta superarlo y llegar a crear algo que te hace feliz, eso para mí era maravilloso. O explorar las ideas más absurdas,  si, en un cierto sentido es ponerse en juego. Me viene en mente un último trabajo que uno de mis pacientes hizo, un paisaje planetario, donde crecían cabezas en uno de los planetas. Entonces tú ves esta cabeza que sale primero con la forma de una papa y luego se va desarrollando hasta volverse una cabeza humana. O quien está más ligado a la geometría, o quien al arte abstracto,  y aun en esa abstracción logras sacar algo de ti, de tu panza, de tu creación misma.

Cada uno de mis pacientes me dejó una riqueza muy profunda a nivel personal, espiritual porqué… (Mientras describe lo esencial de la arteterapia la emoción le ahoga las palabras a esta artista mejicana, luego de un sollozo liberatorio prosigue ) -me doy cuenta que se entregaban, perdona, me emocioné a pensarlos, los extraño también porqué durante estos 4 años trabajando con ellos se estableció una relación de confianza. El aspecto humano, ligado a la creación y al arte fue extraordinario.

IG: ¿Al final los trabajos son expuestos al público? CG: Sí, hemos hecho 4 exposiciones, dos en la Isla de Lido de Venecia, una en la Isla de la Giudeca y una en el CSM, en Venecia en el Centro Histórico. Para todos fue un evento histórico porqué eran años que no se organizaba nada. Fue sorprendente ver como participaron hasta en la preparación de la sala, hicieron de todo con esfuerzo y voluntad por ser partícipes de un grupo, ‘fue chingón’.

IG: ¿Ha logrado realizar la fiesta mejicana de los muertos en Venecia? CG: Son ya 9 años que cada primero de noviembre, celebro el día de los muertos según la usanza mejicana. Con todo lo que ha pasado, no puedo dejar de celebrar este año la Décima edición. No sé si de aquí a noviembre las medidas del distanciamiento físico impidan aglomeración de personas, pero la fiesta este año la debo hacer, no sé como pero que la hago la hago. La fiesta es bastante sentida en Méjico, pero la muerte para los italianos, no es la muerte para los mejicanos. Aquí al comienzo no fue fácil, porqué mucha gente no quería enfrentar el tema.  En Italia, el primero de noviembre, vas al panteón, llevas las flores y ya. La fiesta del día de los muertos en Méjico no es eso.

IG: ¿Cómo se celebran los difuntos en Méjico? CG: el día de los muertos significa estar con tus muertos. Preparar el altar es hacer la comida preferida de tu (tus) difunto, limpiar y santificar el espacio donde se va a preparar, poner flores y papel picado para recordar los momentos felices compartidos, poner sus fotos, algún objeto. Esperarlo. En Venecia he organizado la Ofrenda en diferentes contextos. Últimamente me daban un espacio muy bonito en una  galería de arte, cerca de la Plaza San Marco.  El año pasado, durante los días que duró, la sala siempre estuvo llena.  La propuesta artística  con los años fue cambiando,  traté de involucrar artistas, asociaciones y otros lenguajes que pudieran enriquecer el evento. Performance, danza, poesía, obras en artes plásticas, cortometrajes de un colectivo mejicano y el altar tradicional.  Al principio invitaba a los artistas a participar. En los últimos años las personas me buscaban porqué querían participar. Llegamos a programar una semana de eventos cubriendo todos los ámbitos del arte, a todas las horas y con el lleno total. Fue siempre más enriquecedor, siempre más profundo

IG: ¿Al final el público entendió? CG: Con el tiempo el público se transformó, hubo más aceptación, y las personas que al comienzo eran reticentes a afrontar el tema, luego, querían saber de la muerte. Querían saber el punto de vista mejicano, querían entenderlo y entendiéndolo, viviéndolo, viéndolo, hasta llegar a decir, ‘es cierto, que bonito, la muerte también puede tener este contacto con los vivos, es vida’. Por eso creo que este  año por fuerza tengo que organizar el evento. Porque ha faltado mucha gente, hay que honorar a quienes se fueron en esta batalla.

IG: ¿Reacciones de los mejicanos a la pandemia? CG: Méjico no es Italia, poder hacer cuarentena allí es un lujo. Hay personas que no pueden hacer cuarentena porqué tienen que salir a ganarse la vida cada día, es una realidad de toda América Latina, ya vimos lo que pasó en Ecuador, donde las consecuencias del covid19 en algunas ciudades fueron devastadoras. En el bien o en el mal los mejicanos con la muerte juegan, con todas las contradicciones que existen; el narcotráfico ¿cuántos muertos ha causado en los últimos años? Han encontrado fosas comunes con 150, 300 personas desaparecidas. ¿Cuántos emigrantes no han muerto así? algunos caen en la red del narcotráfico.

IG: ¿En Méjico la violencia sigue siendo pan cotidiano? CG: Méjico en cuestión de seguridad no ha mejorado, creo que el presidente, Andrés López Obrador hace un poco lo que puede, como Evo Morales hizo un poco lo que pudo en Bolivia. A veces hasta equivocándose. Países de América Latina, ricos en recursos naturales, son como minas. Defenderlos es muy difícil. Y quien entra en contacto con el poder, tiene sus tentaciones. En realidad no es que ame estar detrás de noticias ni de Méjico ni de Italia, ya me es suficiente moverme en la realidad en la que vivo, que no es fácil.  Algunos familiares me hablan bien de López Obrador, otros me hablan mal. Entonces, es así en países de América latina, donde  hay mucha corrupción, donde el poder te pone en riesgo, te tienta y hasta te enferma,  no es fácil.  Llevo tres años sin ir a Méjico y lo extraño un montón. Pero bueno, a ver que dice la vida.

IG: ¿Cómo compensa esa nostalgia? CG: Este año había pensado viajar pero por las consecuencias de la pandemia del Covid 19, no se va a poder.  Así que compensé con la comida, empecé a cocinar mejicano, lo  necesitaba. Es como un modo de estar en Méjico.

Fotografía de portada. «Manchester», cuadro realizado durante el período en Manchester.

* Caleña radicada en en norte de Italia desde hace casi tres décadas, comunicadora, hortelana, cocinera y viajera por convicción. irenegarces1000@gmail.com

Para leer la primera parte de este reportaje:

La emigrante italiana: la nonna Palmira Bernardi de Cavalet (1908 – 1998)

Palmira (1*) se embarcó en la aventura más grande de su vida con su pequeño hijo Américo, el 18 de mayo de 1933 en el puerto de Trieste, para buscar a su amor, al joven Reynaldo Cavalet (2*), su esposo, quien había viajado hacía más de un año a la Argentina profunda. 

¨No importa si te mojas al caminar, es agua bendita, no tienes por qué correr, solo camina siempre¨, palabras que pronunciaba ella cuando llovía y en las que se condensan la grandeza y la simplicidad de esta joven de la Italia rural que, con la fuerza de sus montañas y el arrojo de la juventud y del amor, emigró de Ponte Nelle Alpi (Belluno), la Italia Fascista y la dura Europa de entre guerras, en la búsqueda del propio territorio.

La séptima hija de Teodoro Bernardi y Regina De Fina (3*) se despidió, a sus 24 años, de sus afectos de infancia, su madre viuda, y de Paluc, la finca familiar enclavada en las Dolomitas, escenario de sus amores con el vecino picapedrero tímido, honesto y trabajador con el que se casó. Y partió a hacer la América, como en su momento lo hicieron sus hermanos mayores Virgilio, mi abuelo Antonio (4*), Mainardo y María Bernardi De Fina.

1.María y Palmira Bernardi, con sus hijos Antonio Piai y Américo Cavalet. 2 Paluc, la finca de la familia Bernardi.

Emigrantes. Desde que se subieron al tren en la estación de Ponte, Palmira y su hijo Américo (5*) -nombre premonitorio-, se convirtieron en dos emigrantes transoceánicos más, mientras recorrían ese camino hasta el puerto de Trieste en el Adriático y, luego, durante la larga travesía a bordo del trasatlántico Neptunia (7*) rumbo a América del sur, el continente que dio la mano a tantos europeos para crear una nueva vida.

Esa joven madre y esposa albergaría sentimientos encontrados: el dolor de las separaciones y el miedo de las distancias; los recuerdos de una infancia vivida entre la orfandad temprana de padre y esa guerra, la del ´14´ (8*), que dejó un territorio devastado y en la ruina económica y una generación marcada, la de su Reinaldo, quien narraría a sus nietos argentinos con una risa dolorosa y el miedo a que se repitiera esa historia, del hambre de todos los días: ¨a mis diez años caminando por ahí encontré, con uno de mis hermanos, una casa abandonada, y en una alacena una torta de polenta, dura y llena de moho verde, que raspamos y comimos¨.

Palmira, dura y sólida. Impresionante como las Dolomitas, las rocosas que rodean los parajes de Ponte, así era esta mujer que dio pelea a las dificultades. Ella era ¨cómo los pilares en los cuales se asientan las fortalezas, siempre miró hacia adelante¨, y así debió mirar con la ilusión de reunirse con su esposo, cuando el Neptunia, ese gigante de vapor se deslizó por las aguas del río de la Plata, al último de sus puertos, y divisó la multitud que se agolpaba para darle la bienvenida a los viajeros, entre ellos un porcentaje grande de parientes y paisanos ´tanos´.

Argentina. Buenos Aires fue el gran receptor de la diáspora italiana en las últimas décadas del siglo XIX hasta la mitad del XX en Argentina, un país que se preparó con tierras, trabajo duro, salarios y leyes para recibir a los inmigrantes del mundo. Y los ´tanos´ del norte, del sur, obreros, campesinos, cultivadores, panaderos, albañiles y profesores, fueron la comunidad más representativa al momento de poblar y crear la identidad argentina actual.

Reencuentro familiar. Muchos de los inmigrantes del Neptunia se quedarían en la capital que ya contaba con más de 2 millones de personas, pero otros seguirían. Palmira se adentró a la Provincia de San Luis para reencontrase con Reinaldo, quien laboraba en las canteras con un tipo de piedra muy particular, granito azul y negro, un oficio artesanal transmitido por generaciones en Ponte. Ahí, con la familia junta, Palmira laboró como muchas mujeres, preparando la comida para los obreros de la cantera. Y en Naschel nacería su segunda hija, Rensa Cavalet.

3.Rensa, Palmira, Américo y Reinaldo. 4. Palmira y Reinaldo.

Los Cavalet Bernardi en Mar del Plata. Luego saltaron hastaUnquillo (Córdoba), con sus hermosas sierras y magnífico clima, y a Tolosa, fuente de provisión de piedras para la construcción de ese populoso suburbio de La Plata, hasta llegar a Mar del Plata. Y en esa joven ciudad balneario que empezaba a brillar como destino turístico a finales de los treinta, donde estaba en auge la construcción de los tradicionales ´chalets Mar del Plata´, a partir de la materia prima extraída de las canteras que la rodean, Reinaldo, Palmira, Américo y Rensa echarían raíces, mientras al otro lado del Atlántico su familia italiana empezaba a vivir la pesadilla de la Segunda Guerra Mundial (*7).

1946. Los Cavalet Bernardi en las escalinatas de la Rambla. Al fondo el Hotel Provincial y el Casino Central del Mar del Plata.

Piedra a piedra. Y en medio de ese paisaje atravesado por las sierras que se abandonan en las aguas justo en Mar del Plata, la joven pareja con sus propias manos y el corazón, tallaría con el cincel esas piedras que son únicas por su diversidad de tonos y colores, para levantar su casa en Primera Junta, un barrio despoblado cercano a una cantera, con calles de tierra y sin acueducto, pero que con los años crecería y quedaría ubicado a 20 cuadras del centro y a unas 25 cuadras de los barrios más cotizados.

Don Reinaldo. Y fue el lugar donde Orlando Rinaldo Cavalet pasó a conocerse como ´don Reinaldo´, famoso por ser gran jugador de bochas en su querido Club Urquiza y donde este picapedrero que andaba en bicicleta y con acento italiano, también haría la fachada de piedra de la casa de su hija Rensa (6*) y su esposo Roberto Noguera, quienes serían los padres de Oscar y Claudio.

5.Rensa Cavalet Bernardi 6. Américo Cavalet Bernardi. 1946 7. Palmira y Américo. 8.Rensa con su marido Roberto y Américo con su esposa Iris

Américo y el Neptunia. Y en ese puerto sobre el Mar Argentino, el joven inmigrante italiano hizo su vida, Américo se casó con Iris Rodríguez en 1953 y tuvieron a Daniel Eduardo y Ricardo Alberto; y ahí montaría su Joyería y Relojería Neptunia: ¨Durante casi toda su vida Neptunia fue su referencia más importante y el logo del negocio fue un buque cruzando el Océano. Ahora valoro la importancia de ese nombre, de ese viaje en la historia de mi padre, a pesar de haber sido tan pequeño cuando llegó a Argentina¨, dice su hijo Daniel Cavalet.

Los nonnos. Aunque a la ´nonna´ Palmira y a don Reinaldo les llegaron los años y cuatro nietos, su aventura amorosa les perduraría toda la vida, una vida dura pero alegre en la casa donde cada noche compartieron una copita de grapa mientras hablaban en el dialecto de su tierra, fieles a sus ancestros. Ellos, como muchos inmigrantes, no volvieron a su lugar de origen, ni a sus afectos primarios y esa sensación de pérdida los acompañaría siempre, pero fueron parte importantísima de la historia argentina. Los sobreviven en Argentina sus cuatro nietos Daniel Eduardo y Ricardo Alberto Cavalet, y Oscar y Claudio Noguera; sus bisnietos Lucía, Julián, Ramona y Joaquín Cavalet, Ariel, Ignacio, Romina, Rocío y Mathías Noguera. Y dos tataranietos, Olivia y Simón.

La casa. Allí tendrían un gallinero y una huerta en un terreno baldío vecino. Él prepararía su vino de uva chinche, de la parra que cubría el patio. Y en esa casona, al lado de su mujer, él moriría por una afección pulmonar relacionada con su profesión antes de los sesenta años.

Américo, Iris, Ricardo y Daniel en la Joyería y Relojería Neptunia.

La nonna Palmira. Ella lo sobrevivió hasta los 90 años, aficionada a escuchar por radio los partidos de fútbol de Estudiantes de la Plata y la Juventus de Italia; a leer libros y ver cine del lejano oeste, a jugar las cartas, el Siete y medio y la brisca, y a cocinar las recetas de su tierra para sus nietos, como aquella Polenta que llevaba en bollos para comer en el camino a la escuela, el conejo y la tortilla de queso.

9.Periódico italiano ´Voce amica del mio paese´ 1992

Palmira fue feliz en la vida que escogió, su centro fue su familia, la italiana y la argentina,  su norte fueron sus dos hijos, Rensa y Américo, y sus 4 nietos serían sus cómplices. Siempre mantuvo los lazos con Ponte Nelle Alpi y su hermana Elide, dos años menor que ella, a través de cartas y un boletín de noticias. Parte importante de red de los afectos de los paisanos, fueron su hermana María y sus sobrinos Tony y Chochi Piai de Mendoza. Ella vivió bien, sobre todo en sus últimos años y siempre con esa nostalgia de la tierra perdida, la hermana que habitaba lejos en su querida Italia; hermana cercana en Mendoza y su hermano en la lejana Colombia.

10.Palmira y Antonio Bernardi en Mar del Plata.11. María, Antonio y Palmira en Mendoza.

Gran alegría. Una de las más grandes alegrías al final de sus días para los tres hermanos Bernardi, Palmira, María y mi abuelo Antonio, sería su reencuentro en tierras argentinas en enero de 1976, luego de más de 50 años de su despedida en Ponte. Mi tía Italia, lo calificaría como un viaje inolvidable en el que se agotó el vino en las neveras de los primos de Mar del Plata y Mendoza, con eternas sobremesas, llenas de risas, gritos y un afecto que desbordaba cada día compartido… pero ese reencuentro de tres naciones, Italia, Colombia y Argentina, amerita un capítulo aparte, como también la relación de fraternidad que se forjó entre sus descendientes.

12.Casa de Rensa Cavalet (izq.) y Roberto Noguera, a la vuelta de la casa de la nonna Palmira, junto a Fica Vidal, Gladys y Regina Bernardi. 13 y 14. Grupo familiar Mar del Plata 1976.

Ilustración de portada. Diseñadora Paula Henao. Fuentes citadas. *Gracias a la narración de los dos nietos de Palmira, Oscar Noguera y Daniel Cavalet, como también de algunas anécdotas de mi madre, Regina y mi tía Italia Bernardi, se ha reconstruido esta historia. Con el apoyo de Jorge Alonso Rengifo en la digitalización del archivo fotográfico de la familia.  (1*) Palmira Bernardi de Cavalet, nació el 17 de octubre de 1908, en Paluc, la finca familiar en Ponte Nelle Alpi (provincia de Belluno) y murió en su casa del Mar del Plata el 15 de octubre de 1998. (2*) Reynaldo Cavalet, nació en Ponte Nelle Alpi el 27 de diciembre de 1904. Sus padres fueron Antonio Cavalet y Francesca Francech. Murió en Mar del Plata aproximadamente en 1966 (Argentina).

(3*) Artículo La madre del inmigrante, Regina De Fina de Bernardi (1865 – 1955), publicado en el blog La Bernardi          http://www.labernardi.com/antonio-bernardi/regina-de-fina-de-bernardi-1865-1955-el-coraje-de-la-madre-del-emigrante/ (*4) Antonio Bernardi De Fina: constructor italiano, nacido en Ponte Nelle Alpi, provincia de Belluno, el 6 de octubre de 1900 y fallecido en Cali, Colombia, el 25 de marzo 1977. http://www.labernardi.com/antonio-bernardi/historia-constructor-italiano-en-colombia/ (5*) Américo Cavalet Bernardi, nació en Ponte Nelle Alpi en 1929 y falleció en Mar del Plata el 31 de agosto de 2000 (Argentina) (6) Rensa Cavalet nació el 06 de mayo 05 de 1934 y falleció el 21 de julio de 2003 en Mar del Plata. (7*) Los embajadores marítimos de Italia recalaron en Buenaventura (1)    http://www.labernardi.com/andes/los-embajadores-maritimos-de-italia-recalaron-en-buenaventura-1/ (8*) Primera Guerra Mundial de 1914 – 1919.

“Cuarentena con Venecia, una señora muy delicada, muy exclusiva y bella”: Pil, artista mejicana (Parte I)

Por Irene Garcés Medrano*. La mañana del 23 de julio de 1994, los novios salieron del Palacio de la Alcaldía al lado del Gran Canal, les esperaban amigos en góndolas que los condujeron hasta el informal banquete nupcial, en el patio interno de una tradicional trattoria veneciana, donde aguardaban parientes y cercanos.

En esa jornada luminosa, los recién casados con una eufórica comitiva, recorrieron callejones sinuosos que, a veces se abren en grandes espacios, llamados “Campos”, cruzaron canales en cuyas aguas se reflejan casas y monumentos, hasta llegar a una calle ciega que asemeja a una plaza, donde una pareja de anfitriones cómplices reciben en su casa, a los nuevos huéspedes con música, especialidades locales y más copas.

Imágenes de la pintora y arteterapeuta, Pil

Abrazos y besos mientras se brinda, se canta en dialecto y cuando la temperatura sube, también se juega al aire libre en esa Venecia contorneada de agua, y con el calor, como niños con el agua, en una especie de guerra improvisada de todos contra todos, como en un divertido rito propiciatorio, que refresca y también celebra la unión entre un veneciano y una mejicana, cuyos acentos similares en su cadencia cantarina, hace pensar que se trata de dialectos siameses separados al nacer, y por cosas del destino, crecidos en continentes distantes.

Hoy hace 26 años de ese convite, y que encontré a la protagonista de esta historia, Concepción García Sánchez, conocida por todos como Pil, su sonrisa que le enfatiza dos graciosos hoyuelos en las mejillas, sigue igual, como su pasión por rescatar la función social del arte. Mientras nos cuenta su experiencia como arte terapeuta, la emoción le ahoga las palabras a esta socióloga, egresada de la UNAM, madre de dos adolescentes, que con nostalgia describe a Venecia, la ciudad que la acogió, y sus inquietudes durante la cuarentena decretada en Italia por la Pandemia de Covid19.

IG: ¿Qué efecto le hizo ver a Venecia sin turistas? CG: Fue impresionante ver como en poquísimos días la ciudad quedó vacía. Los primeros días era fantástico disfrutar la ciudad con menos gente, hasta que las medidas se hicieron más estrictas. Llegó un momento en que salías solo para hacer compras. Sacabas el perro y no veías una persona. Fue conmovedor ver como Venecia se recuperó. ¡Cuánta belleza! Una belleza fuera de lo normal, el aire limpio, el agua quieta, porqué hasta ahora siempre la había visto con olas. Agua límpida, sin barcas, escuchar los ruidos lejanos, fue muy loco empezar a ver más animales y cosas así. Una sensación rara.   

IG: ¿Es una alegría o una pena vivir en una ciudad tan visitada? CG: Venecia por una parte, la amas porqué es una ciudad maravillosa y por otra parte, la sufres. Soy mejicana, emigrante, pero quien nació aquí, sabe cómo era su ciudad y en lo que se ha transformado, les miras el rostro y notas tristeza, la sensación de algo que amas que se está extinguiendo.

IG: ¿Cómo es Venecia hoy? CG: Las autoridades concentraron todo en una economía basada en el turismo, y ahora, sin turistas es un desastre. Las consecuencias económicas serán dramáticas.  Noto con tristeza,  que ya están los buitres que dan vueltas alrededor de la presa, los especuladores que se dan cuenta de que con la crisis ahora es fácil comprar. Ya de por sí, la administración local estaba vendiendo algunas propiedades históricas que ahora están en manos de norteamericanos, chinos, japoneses, alemanes, franceses e ingleses. En este momento la especulación está abierta de par en par, y si fuera una inversión inteligente con la idea de hacer algo por la cultura o los venecianos, pero lo que interesa es abrir hoteles y más hoteles.

IG: ¿Será posible rescatar a Venecia del declive que describe? CG: Espero que esto que pasa sirva de experiencia, por qué no podemos hacer de Venecia solo una ciudad turística. Se trata de un museo a cielo abierto, sus habitantes la viven y quisieran preservarla. Habría que regresar un poco a lo que era antes; promover la presencia de residentes y la vida de la ciudad. Eso sería lo más sabio para salvarla. Si persisten en un proceso de especulación Venecia va a morir. Porqué ya estaba muriendo, este fue solo un pequeño respiro, pero si persisten no creo que aguante mucho porqué Venecia es una señora muy delicada, muy exclusiva, muy bella, merece y necesita muchos cuidados.

IG: ¿Cómo se vive en Venecia? CG: Cuando llegué en el 94 tuve la ocasión experimentar una realidad realmente veneciana. En ese entonces, todavía habían fiestas en las plazas, conciertos, eventos en la calle; en el verano se iba a la playa, nos preparábamos para la fiesta del Redentor, una de las manifestaciones más sentidas entre los venecianos, era una ciudad bastante viva, habían  80 mil residentes, ahora quedamos 53 mil. Mucha gente se ha ido. Venecia era paradisiaca, tenía problemas como todas las ciudades, pero permitía un ritmo de ciudad a nivel humano, en la calle caminabas, saludabas, ibas a tomar algo, el spritz, (aperitivo típico de los venecianos), terminabas borracho nada más de dar vueltas por tantas callecitas. Todo esto con los años cambió muchísimo.

IG: ¿El turismo es un arma de doble filo en una ciudad museo? CG: Los alcaldes promovieron una economía que no respetaba la vida de la ciudad en relación a sus habitantes. La economía se concentró en promover la vida ligada al turismo: servicios, transportes, restaurantes, tiendas, souvenir, cosas que ya existían pero que se potenciaron cada vez más, hasta sofocar el comercio local. Venecia no es solo máscaras y vidrio, había otras manufacturas, otras artes que han ido desapareciendo. Luego la Laguna es hermosa, pero no olvidemos que estamos cerca de Marguera con hoteles que fueron creciendo. Llegó un momento en que cada hotel por ley tenía que tener su fosa ascética, pero muchas veces, algunas casas descargaban las aguas residuales directamente en los canales, un problema sobre todo en ciertos periodos del año, cuando el nivel del agua es bajo. Antes periódicamente limpiaban los canales; los vaciaban por completo, resanaban las fundamentas, son años que no veo que lo hagan.  Se intensificó el tráfico, más barcas, taxis, góndolas, más de todo hasta llegar a las grandes naves, que fueron el colmo.  Empezaron a venir cada vez más grandes, hasta que llegaron cruceros gigantes, que es una cosa alucinante. Insoportable e intolerable para esta ciudad.

IG: ¿Por qué se oponen a los cruceros? CG: La entrada de grandes naves se volvió parte de la economía de la ciudad, había muchas contradicciones que degeneraron en una lucha interna entre quienes defendíamos la laguna y quienes justificaban estos cruceros por el beneficio económico. Al comienzo, la mayor parte éramos contrarios, pero hoy día somos muy pocos. El año pasado, después del accidente de un crucero que chocó contra una barca, más de 10 mil personas participamos en una manifestación.  Al día siguiente, como si nada, llegaron de nuevo las grandes naves.

IG: ¿Por qué cada vez más  habitantes abandonan Venecia? CG: Lentamente empezaron a eliminar servicios, me viene en mente el CZ, un espacio de la alcaldía destinado a las actividades de las asociaciones, ahora lo privatizaron, la misma municipalidad que era la que gestionaba toda la problemática local, desapareció con otros entes destinados a los ciudadanos. Algunas escuelas para la primera infancia se cerraron. Entonces, con menos servicios, mucha gente hizo de todo para irse y quedamos menos. Mercados históricos como el Rialto, se reducen cada vez más, ahora quedan pocos puestos. Es triste.

IG: Su actividad le exige contacto con el mundo externo, ¿es un riesgo? CG: Mi cuarentena empezó en modo un poco incierto, mientras decidían si cerraban o no, me preocupaba tener que ir a trabajar en un ambiente donde era posible que se presentara algún caso del virus Covid 19. Luego me llegó una email informando que suspendían los talleres de arteterapia porqué encontraron casos de coronavirus en el hospital. Pero no sabía que había entrado en contacto con una persona positiva. Pasaron los días, me sentía bien, y como no tenía ningún síntoma del virus, entonces pensé que no tenía por qué preocuparme. Además, en esos momentos prefería quedarme en casa con mis ´chamacos´.

 IG: ¿Cómo pasó el periodo de la cuarentena? CG: Limpié todos los rincones y los vidrios, arreglé el ropero. Tenía muchas ganas de pintar y como antes nunca tenía tiempo, pues aproveché la cuarentena, pinté  4 telas y me divertí haciéndolo. Me dediqué  a sembrar planticas. En los primeros días de primavera me vinieron a visitar las abejas! Fue algo que me llenó el corazón, porqué percibía que aun siendo un momento dramático, por la cantidad de personas que fallecieron, era también un momento de regeneración de la tierra. Sabes que las abejas están extinguiéndose y ver abejitas que llegan hasta tus flores, fue un regalo de la vida.

1.Estos son tapabocas confeccionados por Pil durante la cuarentena, para ella y sus hijos.

IG: ¿Complicado conciliar sus necesidades con las de sus hijos? CG: Traté siempre de no perder el ritmo biológico; levantarme temprano, meditar, desayunar con mis hijos, hacer deberes, sacar el perro. Preparar la comida, meditación en la tarde, mis ejercicios, ver una película juntos. Y los chicos seguían sus lecciones por internet. Mi hijo mayor practica canotaje se lesionó el hombro el año pasado, aprovechó para hacer sus ejercicios hasta tres horas seguidas. Se volvió casi un yogui, super elástico, un día hasta le comenté, ¨hola qué onda contigo, como has cambiado¨. Estas fueron cosas muy positivas de la cuarentena. Aunque él está altísimo lo sigo viendo como mi niño, pero llegó un momento en que sentí que no lo conocía por qué estaba cambiando demasiado rápido. Y la cuarentena nos obligó a conocernos, porqué la cotidianidad no te lo permite; tienes que ir a trabajar, a la escuela, a hacer esto, hacer lo otro. Se fue creando una sintonía que nos permitió tener cierto ritmo biológico, de mañana, tarde y noche, nunca dormí en la tarde, jamás. Aunque tuve momentos de bajón, de miedo, pero el miedo es una sensación que debe ser observada y afrontada. 

IG: ¿Qué es lo que más la asusta de esta pandemia? CG: La confusión que generó, porqué el cambio de la vida fue muy rápido, en cuestión de semanas pasamos de tener toda la libertad a estar encerrados. Y coincidió en que llegaron a Europa 20 mil soldados de EE.UU. Pensaba ¿qué venían a hacer?  Parecía casi una conspiración. Se publicaban noticias que describían un complot. ¿Qué si los chinos? ¿Qué si “los gringos”? ¿Qué si el virus se les escapó de un laboratorio? ¿Que si en Wuhan había manifestaciones por el ambiente y les crearon este virus para detener todo? ¿Qué si la Organización Mundial de la Salud (OMS) está de acuerdo con las farmacéuticas? ¿Qué si la vacuna? en fin, demasiado, por eso hablo de confusión.

IG: ¿Llegó a temer por su vida? CG: Como mejicana, la muerte en sí misma no me da miedo, pero me preocupa el sufrimiento que puede causar. Y con lo que vimos que pasó en Italia, sobre todo en Lombardía, la cantidad de muertos, cuando superada una cierta cifra llegó el ejército a llevarse todos los cuerpos. Eso para mí fue como un boletín de guerra. Si quieres a tu familia, en ese momento lo único que podíamos hacer era cuidarnos y estar en casa.

IG: Italia vive la Fase II de la reapertura… CG: Me preocupa que quien gobierna se aproveche, que utilice el miedo para controlar. Ya nos tienen controlados, pero de otro modo, no así tan drásticamente. Pero que te dejen encerrado en casa, que sepan con quien vives, tus datos, con todos tus movimientos, pues eso ya no es ciencia-ficción sino cínico-control. Lo de las  vacunas, no es que me guste, porque allí entra la cuestión económica de las farmacéuticas. Mi temor es el nuevo orden mundial, que ya estábamos yendo hacia allá pisoteando la madre tierra, destruyendo, se detuvo el tiempo para darle un respiro a la tierra.

IG: ¿Cuál es el la enseñanza de esta tragedia? CG: Creo que el coronavirus nos cambió la vida profundamente. No solo a nivel de economía sino también dentro de nosotros. Nos obligó a estar con nosotros mismos. Entre las consecuencias dramáticas, las mujeres que murieron durante esta cuarentena a causa de la violencia doméstica. Agradezco a la vida que hoy estamos bien, y que si es así, hay que tratar de reconstruir lo que venga, sin perder la dignidad de ser humano

IG: Y el futuro? CG: La consecuencia de esta pandemia será la recesión económica que nos afectará a todos. Realmente no sabemos cómo será el futuro, es un periodo en el que vivo el día a día. Y si puedo hago cosas buenas, pequeñas o grandes cosas.

* Caleña radicada en en norte de Italia desde hace casi tres décadas, comunicadora, hortelana, cocinera y viajera por convicción. irenegarces1000@gmail.com

Ambalema en el río Magdalena: entre los Andes colombianos, un rincón del paraíso para ser preservado

Por la arquitecta italiana Olimpia Niglio*. En 1825 en Londres, Josiah Conder publicó el volumen El viajero moderno, una descripción popular, geográfica, histórica y topográfica de los distintos países del mundoColombia. El trabajo era parte de una colección editorial que Conder había dedicado a algunos países del mundo; entre ellos Colombia, incluidos, en ese momento, también los países vecinos actuales, Venezuela y Panamá. Obviamente, todo esto estaba relacionado con la situación geopolítica de la época que se refería a lo establecido por el Congreso de Cúcuta de 1821 en el que se promulgó una Constitución cuyo objetivo principal había sido crear la República de Colombia. que incluía los territorios actuales de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá.

Ambalema, mapa turístico del centro histórico a lo largo del río Magdalena

En el volumen reservado para Colombia, un capítulo se dedicó por completo al viaje emprendido por la ciudad de Cartagena de Indias a lo largo del río Magdalena para luego llegar a la ciudad de Bogotá ubicada en la meseta de la Cordillera Oriental a más de 2600 metros sobre el nivel del mar. En realidad, todos los barcos procedentes del oeste y, por lo tanto, del continente europeo llegaron al puerto de Sabanilla (actual Puerto Colombia en el norte del país). Aquí los marineros volvieron a embarcarse en pequeñas embarcaciones que cruzaban el río Magdalena para desembarcar en puertos internos y desde las cuales, a través de pistas de mulas, llegaban a los principales centros urbanos, muchos de los cuales se fundaron en las alturas de las tres cordilleras. La importancia de este río desde la antigüedad fue evidenciada por la rica presencia, que aún persiste, de los asentamientos de vivienda y producción.

En el departamento de Tolima, a orillas del río Magdalena, hay importantes centros coloniales como Honda, Mariquita y Ambalema. Honda se menciona a menudo en las crónicas históricas porque aquí los barcos cuyos pasajeros tuvieron que continuar el viaje para llegar a Bogotá aterrizaron aquí. Una vez que llegó al puerto de Honda, el viaje continuó a lomos de mulas, subiendo por senderos muy empinados de la Cordillera Oriental de los Andes, llegando, sin algunos problemas y dificultades, a Bogotá.

Ambalema. Río Magdalena (Olimpia Niglio, 2014).

En el norte del departamento de Tolima, cerca del puerto de Honda, el 15 de agosto de 1627, el Dr. Lesmes de Espinoza Saravia fundó la ciudad de Ambalema de Tomás Bocanegra . Esta ciudad siempre ha gozado de una posición geográfica extraordinaria: se encuentra a lo largo de las orillas del río Magdalena, donde el territorio altamente plano está protegido por la cordillera de los Andes y el clima, aunque fuertemente húmedo, siempre ha favorecido el desarrollo de muchos productos agrícolas, en particular arroz, algodón. y tabaco.

Gaspard Théodore Mollien , erudito francés, que hizo un viaje a Colombia en 1823, en su libro Viaje a la República de Colombia realizado en 1823 por el Sr. Mollien (trabajo traducido por el Prof. Gaetano Barbieri y publicado en Nápoles en 1831) realzó la belleza natural de Ambalema y su patrimonio histórico-arquitectónico, como la antigua iglesia de Santa Lucía construida a mediados del siglo XVIII, la gran casa colonial llamada «Casa Inglesa» para la gestión de las actividades de producción, el primer Banco del Comercio del país que se ocupó de la comercialización del tabaco y su exportación y, sobre todo, de la «Casa de la Moneda», que fue la primera en acuñar dinero en Colombia.

Las casas que se pueden ver hoy son el resultado de la reconstrucción después del incendio de 1825. La característica principal de estos edificios es la estructura de «bahareque», es decir, la estructura en el forex y la tierra, con un techo de tejas. La tipología típica incluía una casa con un patio interno central y la fachada que daba a la carretera principal caracterizada por una galería que no solo era necesaria para protegerse del sol sino que también constituía una extensión de la casa hacia el exterior. Bajo este mismo espacio, las hojas de tabaco se secaron. Este tipo de vivienda sigue siendo típica de todos los Ambalema, con la excepción de las casas más recientes, fuera del centro histórico.

2. Casas tradicionales en el centro histórico (Olimpia Niglio, 2014). 3.Ambalema, área afectada por el proyecto de cementación. La Fundación Amigos de Ambalema Viva está trabajando para salvaguardar este paraíso. (foto de Oscar Mauricio Reyes, mayo de 2020)

A principios del siglo XX y precisamente en 1919, comenzaron los trabajos de construcción en la línea ferroviaria entre Ambalema e Ibagué, la capital del Tolima. Esta fue la ocasión durante la cual se construyó la estación de ferrocarril de Ambalema (1921) que entre 2009 y 2016 fue objeto de importantes estudios en el campo de las actividades de investigación coordinadas por la Universidad de Ibagué y seguidas por la Fundación Amigos de Ambalema Viva. Este trabajo permitió restaurar la antigua estación y asignarla a la Casa de la Cultura.

Ambalema, antigua estación de tren

Pero Ambalema, así como muchas áreas del Departamento del Tolima, ha sido un territorio muy importante desde la antigüedad para ser un área humedal. Estas son áreas pantanosas que regulan los sistemas hidrográficos y, gracias a su comunidad biótica, atraen una gran cantidad de aves y proporcionan hábitats para especies como mamíferos, reptiles, anfibios, peces e invertebrados, sin olvidar que hay otros aspectos que tienen una enorme importancia. para las sociedades: tanto desde el punto de vista económico y cultural, como desde el punto de vista científico y recreativo. 

Estos territorios proporcionan a las aves locales entornos en los que vivir y reproducirse, y las aves migratorias descansan en lugares donde pueden reponer fuerzas gracias a la riqueza biótica del humedal que les ofrece abundantes recursos alimenticios. Estos humedales también tienen otras funciones que no son evidentes: control de inundaciones, recarga y descarga del acuífero, control de la erosión, retención de sedimentos, retención de nutrientes, estabilización del microclima y algunas cada vez más importantes en la sociedad urbanizada, como sitio de recreación y turismo e investigación científica. También albergan una flora especializada que sirve como alimento y soporte para las aves. Este es el caso de las cañas, algas, bocadillos, lechuga de agua, así como el fitoplancton y el zooplancton, fundamentales para la vida del pantano. y algunos cada vez más importantes en la sociedad urbanizada, como la recreación y el turismo y el sitio de investigación científica. También albergan una flora especializada que sirve como alimento y soporte para las aves. Este es el caso de las cañas, algas, bocadillos, lechuga de agua, así como el fitoplancton y el zooplancton, fundamentales para la vida del pantano. y algunos cada vez más importantes en la sociedad urbanizada, como la recreación y el turismo y el sitio de investigación científica. También albergan una flora especializada que sirve como alimento y soporte para las aves. Este es el caso de las cañas, algas, bocadillos, lechuga de agua, así como el fitoplancton y el zooplancton, fundamentales para la vida del pantano.

Aunque el centro histórico de Ambalema fue declarado «Monumento Nacional» el 5 de marzo de 1980 y, en consecuencia, todas las intervenciones de mantenimiento y restauración que afectan a esta área están comprendidas en la regulación No. 264 de 1963, así como en la ley nacional No. 397 de 1997, en los últimos años, este patrimonio extraordinario ha sido ofendido y desfigurado.

Hoy más que nunca está en gran peligro debido al «egoísmo material» del hombre que está interesado en extraer recursos importantes para la vida de este paisaje extraordinario cada vez más atacado por la negligencia, el desinterés y los negocios corruptos de las administraciones gubernamentales locales y que operan solo sobre la base de ganancias destinadas a unos pocos. Por último, pero no menos importante, un terrible proyecto de cementación del largo río en el centro de Ambalema, aprobado por las administraciones locales, con el fin de erradicar una inmensa cantidad de árboles para construir un embarcadero para los barcos fluviales.

Este territorio tan rico en historia y recursos naturales merece ser incluido en un proyecto más amplio para mejorar el Paisaje Cultural con una participación más cuidadosa del Ministerio de Cultura y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible para activar proyectos de reforestación, para incentivos para la agricultura, la mejora de los humedales con sus respectivas flora y fauna, así como programas de educación escolar e incentivos culturales con el apoyo de las principales academias universitarias del Tolima.

Un volumen reciente publicado por la Universidad del Tolima editado por César Valendia, «Hábitat, paisaje y territorio de Tolima»  nos ha permitido desarrollar algunas observaciones y proyectos que esperamos se activen pronto con el apoyo de la Fundación Amigos de Ambalema Viva para devolver a este rincón del paraíso su correcta dimensión natural y dignidad humana.

  1. Foto de portada. El río Magdalena visto desde Ambalema (Adam Rainoff, 2019).

Artículo publicado en Frontiere Rivista Di Geocultura de Olimpia Niglio Arquitecta por la Universidad de Napoli «Federico II», doctora en historia de la arquitectura y profesora en la Hokkaido University, Japón. Es miembro de ICOMOS-UNESCO para el patrimonio mundial. Traducción Gloria Aponte