Por Ana Milena Puerta*. La bella Roma es
muchas ciudades, muchas culturas y muchos mundos en una sola y trepidante
ciudad que te envuelve y sorprende. Me sentí abrumada cuando divisé, desde una buseta de transporte público, el
Coliseo Romano y pensé que jamás podría vivir en un lugar donde –mientras voy
al trabajo- me encuentro con tanta historia junta. Imposible.
Entonces caminamos con mi esposo, pasando un puente sobre el río Tíber, hacia el pintoresco barrio del Trastevere (detrás del río Tévere o Tíber) donde es posible no ver turistas, pero si muchos artesanos, paisanos, vendedores, caminantes o personas disfrutando de un buen café o una copa en sus diversos lugarcitos, bares y restaurantes.
Decidimos almorzar en uno de los locales más conocidos y visitados por los romanos en la Piazza Mastai, la Ostería Pucci, con la condición de no comer más pizzas o pastas sino una preparación de la tradicional cocina romana, algo que no conociéramos. Y la encontramos.
Se trata del Saltimboca, un
plato que se prepara con carne de carnero y prosciutto crudo, se acompaña con patatine
(papas) y una copa de vino blanco.
La siguiente receta, muy fácil y deliciosa, es una reinvención a partir de la original, con ingredientes colombianos. Tiempo de preparación: ½ hora. Ingredientes: 4 filetes delgados de lomo fino de res o ternera / Hojas de salvia / 4 lonchas de prosciutto o jamón serrano, de un tamaño similar a los filetes de carne / 1 y 1/2 vasos de vino blanco / Pimienta, sal / Una cebolla cabezona finamente picada / Dos cucharadas de harina de trigo / Palillos de madera / Aceite de olivas (2 cucharadas) / Mantequilla (2 cucharadas).
Elaboración: en una tabla salpimiente cada filete, luego extienda uno a uno, coloque sobre el lomo unas hojas de salvia, luego una loncha de prosciutto o jamón serrano y asegúrelos con un palillo a cada lado. Pase cada filete listo por harina de trigo y sacuda el exceso. Reserve hasta tenerlos listos todos. Caliente una sartén amplia y vierta el aceite de olivas y la mantequilla, coloque los filetes por la parte donde va el jamón serrano, sofría por un minuto, voltéelos por la otra cara y deje sofreír otros dos minutos. Sáquelos del sartén. Coloque a sofreír en el mismo sartén las cebollas finamente picadas hasta que doren y luego sobre ellas el vino blanco. Reduzca un poco la salsa. Sirva cada filete en platos y vierta sobre ellos la salsa. Puede acompañarse con tajadas finas de papas fritas o papas horneadas y
ensalada verde.
*Caleña, comunicadora, conversadora y escritora de poemas, cuentos y recetas de cocina. Amante de la literatura, la cultura ciudadana y el mar.Coleccionista de atardeceres, aves en vuelo y charlas interminables.
Por Irene Garcés Medrano*. El mundo se inquieta por la propagación del Coronavirus y aísla a China como matriz del brote epidémico, que ya cuenta 362 muertos y un balance aproximado de 12 mil contagiados. El Reino Unido dice adiós a la Unión Europea. La paz en Libia se muestra cada vez más frágil. Entre tanto, en el Teatro Aristón de San Remo, la ciudad italiana de las flores, hoy comenzó la septuagésima versión del Festival de la Canción Italiana, que toma el nombre de la localidad anfitriona.
Con 24 temas en competición ´Campeones´ y 8 en ´Nuevas Propuestas´, el jurado presente en sala y el público -desde casa, participante a través del televoto- elegirán las dos canciones y sus respectivos intérpretes que se adjudicarán la estatuilla del León de San Remo, máximo galardón del Festival en lengua italiana, famoso en todo el mundo.
Nuevos talentos
y vitrina de artistas. La kermes de la Costa Occidental de la
Liguria, es plataforma de lanzamiento para quienes en Italia sueñan con una
carrera musical. Además es una prestigiosa
vitrina de artistas conocidos, ya afirmados en el ámbito nacional e
internacional, que en el pasado, debutaron en el Palco del Teatro Aristón, como Laura
Pausini, Andrea Bocelli, Eros Ramazzotti, entre otros.
Nel blu dipinto di blu (Volare). San Remo es un evento que
ha regalado grandes emociones, desde sus albores consagró artistas como Doménico Modugno, quien en 1958 interpretó una de las melodías más
célebres -en mi opinión-, más lindas de la historia de la música italiana: “Nel blu dipinto de blu”, más conocida
como Volare.
Igualmente, en Sanremo han debutado artistas que hoy no necesitan presentación, como Adriano Celentano, Albano y Romina, Rino Gaetano, Lucio Battisti, Ivano Fossati, Lucio Dalla, Franco Battiato, Fiorella Mannoia, Vasco Rossi y muchos otros.
“Porqué Sanremo es Sanremo”. La kermes sanremese apasiona a los italianos con sentimientos encontrados; les une y les divide, algunos no la soportan y otros la critican pero no pueden privarse de verla. Quienes la aman, siguen cada noche en directo la transmisión por televisión desde el sofá de casa, porqué encontrar tiquete es prácticamente imposible. Dura cinco días, pero las polémicas, elogios y críticas perduran lo suficiente, para prolongarlo hasta una nueva edición y una única certeza: “Sanremo es Sanremo” lo dice el eslogan, y con la gran cantidad de público que atrae, cada edición portará consigo sus propias polémicas, amores y rencores.
Fiesta Popular, metáfora de un pueblo. El Festival no es una simple competencia musical, es también la metáfora de los italianos con sus virtudes y sus defectos, es una gran fiesta nacional popular en la que la mayoría se ve representada, a través de las canciones, inéditas, cargadas de poesía, de historias, algunas populares, pegajosas. De voces nuevas, de la musicalidad de la lengua italiana, narrada a través de un único hilo conductor: la música. La música ligera, tan ligera que nos hace soñar, como recita el cantautor genovés Ivano Fossati.
Máquina
comercial perfecta. Desde 1951, se ha transformado en una máquina
comercial perfecta. Para este año están previstos gastos de 18 millones de euros e
ingresos por publicidad que se aproximan a los 31 millones. Una vez saldados
los costos de producción, se espera que parte del dinero restante, pueda ser
destinado a proyectos de Servicio Público, a través de la Radiotelevisión
Italiana, RAI. Al menos para aplacar la
ira popular de quienes sienten sobre sus espaldas el costo del evento. En especial, el precio por la participación
de algunos artistas invitados y huéspedes especiales, cuyas facturas, entre
escándalos, controversias y tanta música, al parecer podrían superar hasta las
seis cifras.
#IoNonGuardoSanremo. Ambientes feministas, auspiciaban una versión de San Remo en el que la figura femenina fuera protagonista absoluta, pero ya durante la rueda de prensa del pasado 14 de enero, el modo como Amadeus, director artístico y conductor del 70° Festival, presentó a las 10 mujeres que a su lado, se alternarán durante las cinco veladas de la competición, creó revuelo: de una parte sectores feministas que de inmediato lanzaron un hashtag que invita a boicotear el Festival: #IoNonGuardoSanremo (Yo No Miro Sanremo). Y de otra, quienes consideran que se trata de simple instrumentalización.
Protagonistas en la ciencia. A las líneas poco gratas, con las que empecé esta nota debo agregar una noticia positiva, el descubrimiento divulgado esta semana, por parte de tres investigadoras italianas, que en el Hospital Spallanzani de Roma lograron aislar el Coronavirus, lo que significa, un paso adelante en la derrota de dicha epidemia. Y un justo reconocimiento al protagonismo femenino en el campo científico. Mientras tanto, a medida que transcurren las horas, los preparativos y las noticias del 70° Festival de la Canción en lengua italiana,aumentan las expectativas, por las canciones, los participantes, los huéspedes especiales, las sorpresas y la música de una fiesta popular cuya fuerza representa el alma del país.
* Caleña radicada en en norte de Italia desde hace casi tres décadas, comunicadora, hortelana, cocinera y viajera por convicción
Eran los días De un lindo arco iris Se iba el invierno Volvía el sereno Brillaban tus ojos De luna y de estrellas Mientras una mano rozaba tu piel.
Por Fabio Ibarra Valdivia* . Los muchachos teníamos entonces los cabellos largos y una fe inquebrantable en las grandes utopías. El mundo parecía brotar ante nosotros totalmente nuevo. Se encendían las primeras luces de la década de 1970 y mirábamos sin entender mucho, casi nada para ser sinceros, los rescoldos del Mayo francés, la ilusión intacta de la Revolución cubana, el temblor reciente del universo macondiano y la huella todavía fresca de Neil Armstrong en la arena lunar.
San Remo, estrecha relación con Colombia. La televisión, que apenas empezaba a popularizarse en Colombia, venía a decirnos que en San Remo, un pueblo al otro lado del mar, muy lejos de la estrechez de nuestros barrios, florecían poemas convertidos en baladas. Y cuando volvíamos del colegio, al sintonizar las emisoras juveniles, Nicola di Bari nos recordaba que aquellos eran los días de un lindo arcoíris.
El encanto de lo lejano. Para quienes andamos en los sesenta años, un poco más o un poco menos, el mítico Festival de la Canción de San Remo es de vital importancia: sus canciones modelaron en buena medida nuestra sensibilidad musical y amorosa. Es cierto que cantábamos las letras entre esperanzadas y tristes de ídolos latinoamericanos como Enrique Guzmán, Angélica María, el gitano Sandro y Leonardo Favio, además de otras con tinte social. Pero San Remo tenía el encanto de lo lejano, lo inalcanzable; un mundo que brillaba por encima de nuestra imaginación, envuelto en la bruma de cierto misterio y un encendido romanticismo.
Nada Malanima. Estábamos en pleno fervor de la adolescencia, esa edad en la que
caminamos en una cuerda floja que bien puede elevarnos al paraíso o lanzarnos
al abismo, cuando la sonrisa en blanco y negro de Nada Malanima llegó a
nuestras vidas. Esa figura grácil, casi de aire, que se movía con el desenfado
de la juventud, nos ayudó a respirar. Asidua estrella de San Remo en sus primeros años, nos regaló en italiano y español el
terciopelo de canciones como Ma che freddo fa, Pa’ diglielo a ma,
Il re di denari y Il cuore è uno zíngaro.
Gigliola Cinquetti, la reina de San Remo. En una época en que los videos no eran ni siquiera un sueño, nos contentábamos con los afiches y los álbumes con fotos a colores, a veces retocadas toscamente, de nuestros ídolos. Y estaba el cine, por supuesto. En la penumbra del teatro Belalcázar en el barrio Obrero o en el Palermo de San Nicolás de Cali, quizá tomados de la mano con el primer amor, vimos el rostro de Gigliola Cinquetti llenar la pantalla. Recuerdo la escena en un aeropuerto, muy llena de sentimiento, en el instante en que su voz hacía brotar lágrimas mientras cantaba Dio, come ti amo.
Dio come ti amo Non è possibile Avere fra le braccia Tanta felicità Baciare le tue labbra Che odorano di vento Noi due innamorati Come nessuno al mondo
El Festival de la Canción de San Remo – Festival della Canzone Italiana–. Este evento que ya llega a la versión 70 e inicia este 4 de febrero de 2020, ha escrito una rica historia musical desde los primeros años de 1950, además de evocarnos el perfume de sus playas al noroeste de Italia, grabó en nuestros corazones el talento de Domenico Modugno, Adriano Celentano, Lucio Dalla, Mina, Ricchi e Poveri, Gianni Morandi, Iva Zanicchi, Gabriella Ferri y un sinnúmero de compositores y cantantes que les dieron vuelo a nuestros anhelos con el solo toque de sus notas, sus letras y sus voces. Otras generaciones sentirían algo similar con Laura Pausini o Nek, más cercanos al final del siglo XX.
Hace parte de nuestra geografía emocional. Más allá de las polémicas que lo han sacudido en ciertas épocas, como
ocurre con casi todas las empresas humanas, y de horas oscuras como la muerte
jamás esclarecida de Luigi Tenco, el
autor de la memorable Ho capito che ti
amo, San Remo sigue intacto
entre nosotros, esos chicos de barriada que cultivábamos la felicidad sentados
en las esquinas, construyendo patinetas con retales de madera, haciendo bailar
trompos o ahorrando para ir al matiné de los domingos. San Remo todavía nos dice algo. A pesar incluso de que hoy en
nuestro medio muy pocos lo mencionen, lo conozcan o lo recuerden. No por
casualidad hace parte de nuestra geografía emocional. ¡Casi nada!
*Poeta caleño, apasionado de la literatura y el cine; explorador de nuevas y viejas músicas
Desde hace siglos las comunidades del Pacífico colombiano escuchan las historias narradas, recitadas o cantadas, entremezcladas con los vientos y ritmos propios del litoral.
Haciendo honor a esa tradición y herencia ancestral, el escritor y poeta Medardo Arias Satizábal, en su obra literaria narra los sucesos locales de su Buenaventura de infancia, porque como bien lo dice en su poema Taninos: ¨Buenaventura estás en mí como un ronco atabal. Permaneces, cada vez que desgajo mi voz en un poema. Nunca te fuiste¨.
El Verdi y el Donizetti en la literatura latinoamericana. Él viaja en los recuerdos como guardián de la memoria de su llamada bahía del ensueño, para revivir las vivencias de los bonaverenses y caleños, ante la llegada de los barcos de pasajeros de la Italian Line en los años 60 y 70. Los mismos que se encuentran en una travesía por la literatura latinoamericana: ¨hay referencias del Verdi y el Donizetti en Mario Vargas Llosa y Pablo Neruda, entre otros, cuando hacían tránsito desde o hacia Europa¨.
El aporte cultural al puerto. ¨Esos
barcos hicieron un aporte cultural muy importante, era la llegada de la cultura
del viejo mundo a un puerto del Pacífico, venía gente de calidad humana, el puerto era diferente
porque no solo entraba y salía carga, sino que llegaban barcos de pasajeros,
los mismos que iban con su cámara Leica por las calles, transfiriendo en sus
gestos algo de la cultura del mundo… Por el puerto llegaron los filmes de Fellini y del Pier Paolo
Pasolini¨.
¨Muchos
viajeros del interior del país, llegaban en tren a Buenaventura con sus baúles,
cruzaban la calle y se alojaban en el Hotel Estación y luego abordaban los
vapores que partían hacia Europa, principalmente los de la compañía Italian Line. Un
amigo que viajó en el Verdi, me
mostró postales, diciendo en este barco voy rumbo a Europa¨.
El vino chianti y el pan de ajo. ¨Llegaba
un barco italiano y era una gran alegría, la gente tenía acceso al muelle,
muchas personas de Cali iban a comprar cosas, las señoras los linos y los
señores el chianti, el vino tinto de mesa que venía en la botella pipona con
canastilla; los marinos regalaban pan de ajo de las cocinas a los niños…¨.
Banda europea en el trópico colombiano.
¨… Recuerdo ir de la mano de mi padre al Parque Bolívar a escuchar la
retreta, una banda bajaba del Verdi o
del Donizetti y esos italianos rojos
de sol con ese calor tan tenaz, con esas tubas y esos trombones, engalanados
con chaquetas azules y sombrero, tocando arias clásicas como el Così fan tutte,
la Cavallería rusticana de Pietro
Mascagni; El barbero de Sevilla de Rossini¨.
Por Juan Antonio Bernardi Madriñán*. Repaso a una vida dedicada al deporte desde diferentes frentes, como basquetbolista de alto rendimiento por el Valle y Colombia, dirigente deportivo de la ciudad que hizo suya e hincha furibundo de la Selección Italia y del Deportivo Cali.
El 28 de enero de 2011, partió a sus 73 años Nano o el Tano, como le decían sus más cercanos familiares y amigos a mi padre, un colombo italiano nacido en Armenia (Quindío) pero hijo adoptivo de Cali, quien fuera una de las grandes figuras de la historia del deporte vallecaucano.
En Armenia hacia 1938 donde nació con un vestido enviado desde Italia, por su abuela Regina Defina. El día de su primera comunión, con su madre Camila Ospina, y con su padre Antonio y hermana Italia Bernardi en la capital de la República en la década del 40.
Inicia su carrera deportiva en Cali. El 1 de mayo de 1950, cuando mi abuelo, el constructoritaliano Antonio Bernardi Defina, se trasladó a vivir a Cali con toda su familia, Mainardo fue matriculado en uno de los planteles educativos masculinos más tradicionales de la ciudad, el San Luis Gonzaga, donde descubrió su gran talento y habilidad para jugar basquetbol e inició su carrera con la pelota naranja que le dejó tantas satisfacciones y grandes amigos.
Mainardo llegaría a vivir a Cali en 1950 con su familia. En la boda de plata de sus padres, el constructor italiano Antonio Bernardi y Camila Ospina con sus hermanas Regina, Italia y Gladys y su abuela materna Anita; Nano con su papá en el edificio Bernardi en El Peñón en los años 60.
Capitán del San Luis Gonzaga. Entre los años 1952 y 1957, se destacó como capitán del equipo de su colegio, fueron campeones departamentales en los Juegos Intercolegiados en diversas ocasiones, y sus grandes rivales, como él recordaba de esa gran época, fueron el Pascual de Andagoya de Buenaventura y el Berchmans de Cali.
Valle campeón nacional en básquet. Siguió su carrera ascendente, portó la camiseta de capitán de la Selección Valle Juvenil y de mayores, representó al departamento y al país en varios campeonatos nacionales e internacionales. Fue uno de los artífices de dos de los triunfos más sonados en básquet del Valle para esos años, el Campeonato Nacional de 1958 y el título en los Juegos Nacionales de 1960.
Registro del diario El Tiempo, agosto 29 de 2008, por la exitosa participación en 1958 en el Campeonato Sudamericano de Clubes Campeones en Quito, de ese inolvidable equipo de figuras del baloncesto que alcanzó el primer triunfo de nuestro país sobre Argentina en la historia del baloncesto suramericano.
Triunfo histórico en Sudamericano de Clubes en Quito. Como campeón en 1958, el seleccionado rojo y blanco, se ganó el derecho de ir a jugar como Selección Colombia con el uniforme del Valle, en la cuarta edición del Campeonato Sudamericano de Clubes Campeones en la capital ecuatoriana. Ahí los vallecaucanos, entre los que se encontraba Mainardo, lograron una victoria histórica, vencer por primera vez al equipo San Lorenzo de Almagro, que representaba al seleccionado argentino y que quedó subcampeón.
Mi padre
narraba como previo al cotejo con los gauchos, los colombianos habían derrotado
a los chilenos por un marcador apretado y habían caído ante el combinado
paraguayo por un score estrecho, al tercer compromiso llegaron con la necesidad
de triunfar y seguir en carrera en dicho campeonato. Fue un partido de mucha
tensión y coraje, el elenco colombiano dirigido técnicamente por Jaime Mendoza
y el argentino Juan Rocheteux, se batió con garra y tesón dentro del terreno
con jugadores de la talla de Christopher, Luna, Peñaloza, Nemen, Bernardi,
Soler, Ochoa, Lema, Hormaza, Reyes y Quezada. Ellos derrotaron a los argentinos
ante 7.000 espectadores por marcador de 67 a 64.
Joaquín
Marino López, periodista de gran reconocimiento en el país y enviado especial de
Cicrodeportes Valle a cubrir el campeonato suramericano, la describió como la “Noche de gloria para Colombia”.
El cierre de su carrera. En 1960,
Mainardo participó en los VIII Juegos Atléticos Nacionales de Cartagena, donde el
seleccionado vallecaucano ganó la medalla de oro. Prácticamente en ese momento
y con ese triunfo, cerró su ciclo como deportista de alto rendimiento.
En
la dirigencia deportiva del Valle.
Ya en la década del setenta, Nano siguió vinculado al deporte, se destacó como
dirigente deportivo, llegó a ser miembro de la Liga Vallecaucana y la Federación de Básquetbol.
Hizo parte del comité organizador de VI Juegos Panamericanos en 1971 y apoyó con sus
ejecutorias para que Cali fuera sede del VII Campeonato Mundial de Baloncesto
Femenino en 1975.
El fútbol fue su otra gran pasión, siguió los pasos de la Selección Italia en cada mundial al punto que salía a vacaciones para sentarse a hacerle barra, celebró por todo lo alto la Copa España 1982 y Alemania 2006.
Por muchas décadas mi papá le entregó su corazón hasta el día de su partida a la institución verde y blanca, primero como dirigente y luego animando y acompañando como cualquier hincha en el estadio, a su equipo de fútbol, el Deportivo Cali.
Con su esposa y compañera de vida, Selima Madriñán, el día de su matrimonio (Capilla de Santa Teresita, Cali 1969)
Mainardo cuando celebró sus 70 años con su familia, Selima Madriñán y sus hijos, Paola y Juan Antonio Bernardi, quienes practicaron la natación a nivel competitivo internacional. Con sus dos hermanas Italia y Regina en el apartamento de sus padres, en el edificio Bernardi hacia 2008.
Hace 9 años partió y dejó un vacío grande entre mi madre Selima, mi hermana Paola y el grupo de la familia Bernardi. Su gran enseñanza fue la entrega y los valores donde siempre estuvo el deporte como prioridad en su vida.
El basquetbol y el fútbol le dejaron grandes amigos, pero ninguno como Daniel Claros que fue su cómplice de aventuras, travesuras y grandes gestas deportivas. Con el ´Negrito´ Claros, su hermano del alma, habían nacido el mismo día y sin saberse se volvieron inseparables desde niños. En la foto durante la celebración conjunta de sus 70 años.
Por Irene Garcés Medrano*. Hoy, 27 de enero, se cumplen 75 años de la fecha en que las tropas soviéticas llegaron al campo de concentración y exterminio de la ciudad polaca de Oświęcim (en alemán Auschwitz), derribando las rejas para permitir a los sobrevivientes revelar los horrores de los crímenes cometidos por los nazis.
Il Giorno della Memoria. Esta fecha fue instituida veinte años atrás por el Parlamento Italiano, justo cinco años antes que la Asamblea de las Naciones Unidas designara el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, el mismo enero 27, mediante la resolución de 2005.
Persecuciones y antisemitismo. Este día se instauró para recordar el genocidio cometido contra el pueblo hebraico y las persecuciones infligidas a los deportados en campos nazis, homosexuales, gitanos de etnias Sinti y Romani; y otras minorías, como militares y políticos no alineados o sospechosos de no alinearse al régimen dominante. Así como también de las leyes raciales aplicadas en Italia, introducidas en el 1938 por el régimen fascista y firmadas por el rey de Italia en ese entonces, Vittorio Emanuele III (Víctor Manuel III, rey entre 1900 y 1946).
Esta ex deportada italiana nacida en Milán el 10 de septiembre de 1930, a los 13 años entró en un campo de concentración junto con otros 776 niños. Hoy tiene noventa años y es activista contra el antisemitismo.
Sobrevivientes. Los pocos que sobrevivieron a este crimen contra la humanidad, hoy, a pesar de la avanzada edad, expenden sus días narrando la tragedia, sobre todo a las nuevas generaciones, para recordar y ayudar a prevenir actos de genocidio en el futuro. Sus relatos son impactantes, coinciden en que una vez liberados -el grado de sufrimiento que habían tocado era tan fuerte-, que por años guardaron un silencio obligado, casi que fue un tiempo necesario para entender el grado de deshumanidad de sus verdugos, antes de exponer la verdad al mundo.
*Caleña radicada en en norte de Italia desde hace casi tres décadas, comunicadora, hortelana, cocinera y viajera por convicción.
El Donizetti, uno de los barcos bautizados con nombres de grandes músicos, de la segunda generación de la flota Italian Line, con el Verdi y el Rossini, que surcaban los mares desde los años 60 como embajadores marítimos de Italia
Corría el año de 1971 cuando mi padre, Álvaro Prieto, anunció a la familia la visita ese fin de semana a Buenaventura, para conocer el mar y darle la bienvenida a nuestra prima María Teresa Hurtado, quien llegaba en barco proveniente de Italia, donde terminó estudios de ceramista.
En nuestro jeep Land Rover 62 todo terreno, emprendimos ese largo e incómodo viaje por la Carretera al Mar de entonces, que de a poco entre túneles y curvas, nos fue revelando el misterio de la exuberancia del paisaje del Pacífico colombiano.
El faro de Buenaventura que guia a los navegantes
La bahía de la Buena Ventura
El arribo a Buenaventura. Al llegar a nuestro destino sentimos el primer golpe de calor húmedo y el bullicio propio de la Isla Cascajal donde se ubican el centro mismo de la Capital del Pacífico colombiano y el principal puerto marítimo del país. Ahí mismo, frente a la bahía de la Buena Ventura como fue bautizada por el licenciado Pascual de Andagoya por “lo tranquilo de sus aguas y lo abrigado del recodo”, se levanta imponente una blanca edificación desde la década del veinte del siglo pasado, el Hotel Estación, construido por la Compañía del Ferrocarril del Pacífico, y donde tuvimos el privilegio de alojarnos.
El Hotel Estación de Buenaventura, inaugurado en 1925.
El Estación, el hotel más bello de Colombia. No más salió el sol, nos preparamos para la primera excursión del día, explorar de arriba abajo, ese que fue llamado el más bello de Colombia por su estilo neoclásico, en ese entonces un poco derruido, pero guardián de época pasadas, de aquellas galas consulares a lo ´gran gatsby´ y fiestas con las mejores orquestas internacionales en sus salones. Pero también, de la memoria de aquellos aventureros que alojó en su última noche antes de abordar, con ilusión o gran tristeza, un barco rumbo a Europa tras un amor o los sueños de una carrera, y de aquellos inmigrantes y refugiados que albergó su primera noche en suelo americano, luego de cruzar el Atlántico para buscar una nueva patria y hacerse un nuevo destino.
María Teresa Hurtado a bordo del Donizetti
Pasajeros del barco Donizetti, 1971
La visita al muelle. Nuestra segunda excursión de ese emocionante día, con padres, hermanos y tíos, fue la llegada al muelle, entre un camino atestado del bullicio bonaverense y de familiares de otros pasajeros, que esperaban con ansia el desembarco de los suyos y la posibilidad de subir a bordo del Donizetti, uno de los barcos bautizados con nombres de grandes músicos, de la segunda generación de la flota Italian Line, con el Verdi y el Rossini, que surcaban los mares desde los años 60 como embajadores marítimos de Italia, transportando a módicos precios y en condiciones bastantes confortables a pasajeros –muchos de ellos españoles exiliados rumbo a Venezuela y ya cada vez menos inmigrantes italianos para Sur América-, y promoviendo la cultura del viejo continente, en su ruta Génova, Nápoles, Cannes Barcelona, Tenerife, La Guaira, Cartagena, Cristóbal, Buenaventura, Manta, Guayaquil, Callao, Arica, Antofagasta y Valparaíso, con la bandera italiana pintada en rojo sobre la chimenea, la proa en blanco y la línea verde sobre las aguas.
El Donizetti. Poco a poco, por la escalerilla,
desembarcaron en fila los baúles y las maletas, junto con aquellos viajeros que
se quedaban en este puerto, entre ellos divisamos a María Te, la prima que
partió de Nápoles y navegó en una travesía durante 19 días a bordo del Donizetti,
junto con otros 600 pasajeros, en un servicio que ahora conocemos como los
cruceros turísticos o las máquinas de la diversión. La vimos descender cual modelo
en la pasarela de Milán, con gafas y pava para fundirse en el abrazo de su
familia colombiana.
Siguió para todos nosotros la
visita al barco sin mayores controles de seguridad y con el derecho a recorrer
la cubierta, y acceder al ´in bond´ a comprar unos cuantos artículos ´made in
Italy´ a la tripulación. Para todos fue una experiencia inolvidable, casi
comparable a sumergirnos por primera vez en las aguas del Océano Pacífico.
El fin de la era dorada. Para ese momento no sabíamos que éramos testigos del final de una era, faltaban alrededor de tres años para que ante la ofensiva de los vuelos comerciales y el alto costo de los combustibles, se suspendieran los viajes transatlánticos de pasajeros de la Italian Line partiendo de puertos italianos hacia el continente americano. Aquella misma flota que entre cada una de las dos guerras mundiales del siglo XX y hasta mediados de los setenta, operó para satisfacer la demanda de pasajes de las grandes oleadas de inmigrantes italianos y de otras tantas partes de Europa, rumbo a ´La América´. Muchos de ellos se quedaron en el Valle del Cauca.
Página del diario El País de Cali, diciembre 1957
La nostalgia. Al final del día solo quedan los avisos de prensa de esa época dorada como aquel de diciembre de 1957 en el diario El País de Cali, cuando la firma italiana de Carlos Pagnamenta con oficinas en Cali y Buenaventura, promociona las rutas Buenaventura – Chile – Europa para febrero de 1958, en el Antoniotto Usodimare, el Marco Polo y el Amerigo Vespucci; las postales antiguas como último rastro frágil de aquellos colosos de vapor que surcaron los mares para tender un puente entre el viejo y el nuevo continente, como el Donizetti y el Verdi, que se venden a E 3.5 euros en mercado Libre y las fotos del álbum de los Prieto Bernardi en su viejo Land Rover que los transportó hasta el Océano Pacífico.
La travesía de María Teresa Hurtado:
¨Leyendo con tu escrito y relatos de los viajes y travesías de estos grandes transatlánticos de la compañía Italian Line. Mi tiquete lo compré en la empresa Navemar en Roma, que tenía sucursales en toda Latinoamérica. Fue un noviembre de 1971 y puedo dar fe de mis anécdotas, sobre todo siendo una de las protagonistas con los 19 días que duró mi viaje. Gracias por mostrarme como casi una estrella, se pudieran escribir páginas y páginas. Incluyendo alegrías, tristezas y las buenas amistades que hice en este largo viaje.
Eramos casi todos muy jóvenes quienes regresábamos a nuestros países de origen, fuimos testigos de la gran masa de migrantes que venían al sueño dorado de Latinoamérica, especialmente a Venezuela. Nuestra nave Donizetti era como el arca de Noe, en Barcelona embarcaron cualquier cantidad de perritos y gaticos, casi todos se bajaron en el puerto de la Guayra con sus respectivos amos. Luego del puerto de Nápoles pasamos por los puertos de Génova, Cannes y Gibraltar, para luego entrar al mar abierto, solo veíamos lo azul que era con un horizonte muy lejano. Finalmente divisamos tierra firme y era la isla bonita de Curazao, bellísima costa de gente amable y alegre, con grandes comercios, detonantes joyerías y su cautivante arquitectura de estilo holandés, para luego seguir de noche en los puertos de rutina, la Guayra, Cartagena, Colón, Buenaventura y de ahí, su recorrido hacia otros puertos del sur del continente.
De las lindas personas que venían conmigo, el caleño danés Rasmussen Lloreda y su esposa española Mercedes Sebastián que venían en su luna de miel; jóvenes fotógrafos profesionales que ya en Cali los vería varias veces cubriendo algunos eventos; luego una linda matrona de Bilbao, madre del dueño de la tradicional panadería Granada con quien nos encontrábamos en la proa para echarnos una conversa. Otra anécdota que me extrañó fue que mi compañera chilena de cabina que venía de Inglaterra lloraba constantemente, nunca supo lo que fue el aire de mar, escribiendo un diario para su novio de Persia que dejó en Londres sin saber cuándo se volverían a ver.
Otra de tantas anécdotas, con los jóvenes de Chile que llegaron a sus respectivas ciudades nos intercambiamos muchas cartas para luego saber que el régimen del momento los escondió para nunca más saber de ellos. Otro caleño amigo de infancia del barrio el Peñón, Guillermo Hernandez Castaño, venía de Barcelona, para luego perderse en Cali, y luego yo, que fui muy feliz al ver mi familia, mamá, hermano, sobrinos, tíos, primos y amigos que vinieron hasta el puerto a darme la bienvenida, fue muy emocionante, subieron a conocer un barco de esa magnitud y comprar en el Duty free. Una linda historia que no se volvió a repetir «María Teresa con 4 baúles y 8 maletas» .
Enviado por Irene Garcés Medrano * . Querida amiga La Bernardi, te escribo en pleno invierno, en una jornada luminosa con temperaturas que van de 11 a 20 grados y levantan el ánimo estropeado por la realidad actual, cada vez más caótica donde por ejemplo, en ciudades grandes como Turín, Roma, Milán, Verona y Venecia, los efectos devastadores de la contaminación ambiental, especialmente durante el invierno con el uso de la calefacción, alcanzan niveles alarmantes. A tal punto que algunos alcaldes se han visto obligados a prohibir el uso de autos en las jornadas festivas. Curioso y polémico el caso de Milán, donde el alcalde Giuseppe Sala, ha anunciado que a partir de marzo, el veto de fumar en espacios públicos cerrados, se extenderá a lugares al aire libre como paraderos de buses y filas para obtener servicios.
Inquieta la
situación en Libia, vecino italiano, al otro lado del Mediterráneo, donde
después del trágico final del régimen de Muhammad Gadafi, se combate una guerra
civil entre el gobierno de Fayez
al-Serraj y Fuerzas del Militar Khalifa Haftar. La abundancia de recursos naturales, como gas
y petróleo, hacen de La Libia un país apetitoso; donde potencias extranjeras
compiten por sostener, en base al propio interés, alguna de las dos fuerzas
representativas.
Diplomacia
Internacional. Esta situación que exige soluciones, que a simple
vista se ven terriblemente complejas, ha llevado a Giuseppe Conte, Primer Ministro
italiano, a dar pasos acelerados en el ámbito de la diplomacia internacional. Se espera que al menos, la respuesta sea coherente
con el artículo 11 de la Constitución Italiana, que repudia la guerra como
instrumento ofensivo contra la libertad de otros pueblos y como medio para
resolver disputas.
La tregua. Las
expectativas están puestas en el cumplimiento de la tregua prevista durante la
Conferencia de Berlín, reunión organizada por la Canciller Angela Merkel, y que
contó con la participación de representantes de Libia, Rusia, Turquía, Egipto,
Emiratos Árabes Unidos, Unión Europea, la Liga Árabe, la Unión Africana, Antonio
Guterres, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, ONU y del
Primer Ministro italiano.
La reunión de Berlín, estableció un primer acuerdo para
el cese al fuego, a través del nombramiento de una Comisión militar que
monitoreará el cumplimiento de dicha tregua.
Proceso Interno
de Reconciliación. Estando a cuanto dicen las Agencias, en las
conclusiones del evento de Berlín, se delinearon pasos importantes para
establecer las bases de un Proceso Interno de Reconciliación que ponga fin a la
guerra. Por el momento, todos los
participantes, se comprometieron a respetar el embargo ONU, que prohíbe la
expedición y venta de armas.
Querida cómo ves, la situación en esta península, anclada con gracia en el centro del Mediterráneo, no es color de rosa. Pero es parte de la realidad y negarla o fingir de no mirarla, sirve poco. Por fortuna, la vida está llena de matices y también ofrece cosas hermosas que a veces, aún con los ojos abiertos, te permiten soñar, como cuando miras una película.
El Centenario del nacimiento de Federico Fellini
A propósito de sueños y de cine, a partir de este 20 de enero el mundo festeja el Centenario del nacimiento de Federico Fellini. El gran maestro, fallecido en Roma el 31 de octubre de 1993, Premio Oscar, director, guionista, dibujante, escritor, será conmemorado con eventos en diferentes ciudades partiendo de su natal Rìmini (Regio Emilia).
Como lo definió el cineasta livornés Paolo Virzi , encargado de crear el logo para el Centenario: “Fellini es el Dios del cine, la divinidad, sus películas son una medicina eficaz, aunque si no está, existirá siempre a través de sus obras. Con solo pronunciar el nombre de Fellini es como pronunciar una palabra mágica, un ´abracadabra´ que zas, trae a la mente el carácter de los italianos, la ironía, la danza, el circo, el dolor, la fiesta, la tragedia y la comedia juntas. Porqué Fellini es el director de cine, que con un estilo inimitable, ha inspirado y donado más al espectador, en términos de alegría”.
El logo del Centenario. Acerca del logo para el Centenario Felliniano, que Virzi presentó durante el pasado Festival de Cine de Venecia, el cineasta de Livorno, explicó, que le interesaba representar un Fellini diferente al icono con la bufanda y el megáfono que han siempre mostrado. Para ello se inspiró en la fotografía de Tazio Secchiaroli, quien retrató a Fellini con un látigo en mano -durante la grabación de Ocho y Medio-, mientras explicaba a Marcello Mastroiani como interpretar el rol de Guido, en la escena del harem.
Fellini durante la grabación de Ocho y Medio
Para Virzi, la imagen de Federico Fellini con el látigo, es la idea perfecta del domador, como en el circo, el domador a través de la historia de la naturaleza humana, de quien busca transformar el caos, en una historia que debe ser narrada.
Los vocablos que aportó. Hoy, el mejor modo de festejar a Federico Fellini es a través de sus películas, verdaderas joyas de la cinematografía mundial, donde el artista -ajeno a dinámicas externas e intereses lejanos a su creación-, se prodigó en raptus de genialidad donando al imaginario italiano vocablos nuevos como La dolce vita, Amacord, y de otras películas como: Ocho y Medio, El Jeque blanco, Roma, Y la Nave Va, las Noches de Cabiria, la Ciudad de las Mujeres y La Voz de la Luna.
Las celebraciones para festejar el Centenario del maestro Fellini deberían ser alegres -enfatiza- Paolo Virzi, porqué ese fue el timbre que Fellini dio a su trabajo; mirar la vida, la soledad, también la tragedia. Inventó un modo de narrar también las cosas terribles, la desesperación, la infelicidad, siempre con una mirada que mostró todo desde lo profundo, hasta transformarlo en algo aceptable, por ello, recordarlo debería ser algo alegre, como en un juego, reiteró.
El maestro Fellini con su hermana, en la portada del libro A Tavola con Fellini (A la mesa con Fellini).
La tierra del maestro, cuna de la pasta. Y en homenaje a Federico Fellini, digno representante de la Emilia Romaña, cuna de la pasta fresca: tortellini, raviolis, cappellacci, lasaña, canelones, gnocchi, tagliatelle, papardelle, de la salsa boloñesa, del parmesano, del jamón crudo o cocido y de una gran variedad de delicias provenientes de esa región, a los amantes del buen cine e intrépidos y osados en la buena cocina, propongo una receta de pansotti, especie de raviolis hechos en casa, con verduras de la huerta y pesto genovés preparado a modo mío. Feliz cumpleaños maestro Fellini!!!
* Caleña radicada en en norte de Italia desde hace casi tres décadas, comunicadora, hortelana, cocinera y viajera por convicción.
Por Maritza Camacho * . A finales de septiembre de 2016, mientras Colombia vivía una gran polarización por cuenta de la consulta popular que refrendaría los acuerdos de los Diálogos de Paz con las -FARC- para poner fin a décadas de violencia, me dirigía a Ponte Nelle Alpi, una población alpina de la provincia de Belluno en Italia, lugar donde nació Antonio Bernardi, el abuelo de la autora de este blog, y donde de verdad respiré paz.
La visita a Ponte fue un acuerdo logrado en los diálogos que sostuve con La Bernardi cuando preparaba mi primer viaje a Europa, un sueño aplazado por más de 20 años y que cumplí con su complicidad. Nuestro acuerdo consistió en que nos quedaríamos tres días en Amsterdam y yo la acompañaría a esta población que no figura en los planes turísticos pero que valió la pena conocer.
Así fue como un lunes en la mañana, después de dos días en la ensoñadora Venecia, abordamos un tren que nos conectaría con las raíces de La Bernardi en dos horas, no sin antes detenerse en Conegliano, población de la provincia de Treviso, región del Véneto, conocida por sus vinos secos. Allí estuvimos media hora, la que aprovechamos para salir a conocer los alrededores de la estación y así sumar un lugar más a mi periplo que por poco termina aquí, pues casi me deja el tren.
Las calles de Ponte Nelle Alpi
Maritza Camacho, la escritora del artículo
La Bernardi en su segunda visita a la tierra de su abuelo, Antonio Bernardi
El encuentro. Llegamos a la estación de Ponte a medio día. Empezamos a recorrer sus calles solitarias bajo un sol de otoño para buscar los únicos referentes que teníamos de los Bernardi, el bar y su Macelleria (carnicería). En el camino nos detuvimos varias veces a contemplar los bellos jardines que engalanan las viviendas de esta localidad que en sus 58 Km2, alberga alrededor de 8.000 habitantes y tiene como vocación empresarial los servicios, la ingeniería y la construcción. De ahí entendí el legado del abuelo Bernardi. No tardamos mucho en encontrar este negocio ubicado en la Viale Dolomiti, pero para nuestra sorpresa estaba cerrado. Aquí los lunes no se trabaja.
Justo cuando La Bernardi había pasado de la emoción de encontrar el local de sus familiares a la desilusión por hallarlo cerrado y terminábamos de hacer las fotos para el recuerdo junto al aviso de la Macelleria, llegó nuestro salvador, el dueño del bar contiguo que perteneció a los sobrinos de don Antonio.
Macelleria Bernardi, un negocio de tradición familiar
Para nuestra felicidad era un amigo de la familia quien, además de atendernos amablemente con paninis, focaccias y un aperol, realizó las llamadas necesarias para hacer posible que yo, después de aterrarme porque en el baño no existía batería sanitaria si no que me tocó sacar mis dotes de equilibrista para apoyarme en unas huellas de zapato y tratar de apuntar directo a un sifón en el piso, fuera testigo del encuentro colombo italiano.
Al poco tiempo aparecieron el primo de la nueva generación, Luigi Bernardi, su esposa y su madre. Pasados los saludos e intercambio de información que confirmaba sus lazos familiares, amablemente se ofrecieron a llevarnos a Paluc, la finca de la que La Bernardi escuchó tantas historias de su abuelo Tony.
Paluc
La Bernardi y Luigi Bernardi en Paluc, la finca donde nació Antonio Bernardi
Como
Heidi en la pradera. Paluc, nos explicó el primo Luigi,
significa zona de humedal. Está ubicada a pocos minutos del casco urbano en un
recorrido que permite disfrutar de llanuras, de las aguas del histórico río
Piave y de las Dolomitas, y es que según su sitio oficial Ponte Nelle Alpi
tiene alturas desde 380 a 2.350 m. s. n. m.
que privilegian su geografía. La construcción de la casa de los Bernardi se
remonta a 1865, tiene gruesos muros en piedra que guardan la historia de esta
familia. Los árboles de higos, pinos, el hermoso paisaje de un valle y las
Dolomitas que la rodean, conforman una postal que me hicieron sentir como
Heidi, la protagonista de una de mis series preferidas de infancia.
Las tías, Nairo, Urán, Juanes y Cuadrado. De regreso a Ponte nos recibieron en su casa la sobrina del abuelo, Liliana Bernardi y su cuñada Pepina, para compartir una simpática tertulia en la que predominó el vino y el ‘itañol’. Ellos tratando de entender nuestro español y nosotras chapoteando el italiano. Y así en medio de balbuceos y señas, fue muy gratificante saber que ya en otras latitudes los referentes de Colombia son los jóvenes deportistas como Nairo Quintana, Rigoberto Urán, Juan Guillermo Cuadrado y artistas como Shakira y Juanes. La tarde terminaba y debíamos regresar a Venecia para continuar el día siguiente nuestro itinerario. Luigi y su esposa nos acompañaron a la estación. Mientras esperábamos el tren compartimos con ellos un café y hablamos de la tan anhelada paz de Colombia, que después de esta tarde en la que estas personas que sin conocernos generosamente confiaron en nuestra palabra y nos abrieron las puertas de sus hogares sentí que si se podía lograr. Hoy, recordándolos no pierdo la esperanza de que algún día en nuestro país la noticia más violenta sea “Que el gato del vecino se cayó del tejado”, como nos contó Luigi sucedía en Ponte.
En 1963 Antonio Bernardi regresó por primera y única vez a Italia para vivir un año. En la foto con uno de sus sobrinos en Ponte Nelle Alpi.Antonio Bernardi con su esposa Camila y dos de sus sobrinos, Giovani Bernardi y Amelia en Ponte Nelle Alpi. 1963
* Caleña por adopción, comunicadora y curiosa de conocer el mundo
Descubrimos que el limoncello, ícono de la gastronomía de la Costa Amalfatina italiana y conocido como el elixir de la vida, se elabora en la zona del Cañón del Dagua, con limones mandarinos orgánicos del Pacífico colombiano.
Denominación de origen. En sus 25 años de estancia en
Italia, Valeria Borrero recibió un regalo, el secreto de la tradición familiar de
una abuela sabia del sur para preparar este licor dulce que surgió a finales
del siglo XIX. A su retorno a Colombia, ella trasladó el centro de elaboración
de su propio limoncello, a la finca agroecológica Cabrita, situada a 1.750 mts
s.n.m., en la vereda Zaragoza del municipio de La Cumbre.
La receta secreta y sus beneficios. Como buena una alquimista, esta caleña logra esta bebida artesanal de aroma delicado, a partir de la maceración de la corteza del limón mandarino fresco en alcohol, en los tiempos de cosecha y con las medidas que son, sin preservantes ni conservantes, para que el resultado sea un licor de exquisito sabor, con un gran contenido de vitamina C y con efectos digestivos comprobados, al tomarse bien frío en una copa pequeña previamente congelada.
Dónde se consigue este
Limoncello. Cada
sábado en la mañana, Valeria vende las botellas de limoncello y una gran oferta
de productos orgánicos y con poderes nutricionales, en su puesto del Mercado de
Asoproorgánicos, en el Centro Comercial Palmetto de Cali.
¿Quién es su productora?
Valeria Borrero, madre
de dos chicos italianos, Saija y Liam, quien se reconoce como activista ambiental, legado
de su familia de ecologistas pioneros en Colombia. Tallerista de cocina
italiana, slow food y alimentación orgánica y biotransformación. Gaia Ways
Nutrición, es su apuesta actual, un proyecto de entrenamiento que propende por
el bienestar y la nutrición; el fomento del cultivo propio y su preparación y
transformación culinaria, reconocido como un Negocio Verde por el Ministerio
del Ambiente.
Estudió
en Italia, Artes Culinarios en la Academia Europea de Firenze y en España, micro
nutrición y dieto terapia en el Instituto de Nutrición Celular Activa. Es
terapista y miembro activo de la Alianza para la Salud del Dr. Rath en Holanda
y coordinadora de la Alianza de Consumidores y Productores Ecológicos.