A lo largo de muchos siglos y de la historia son muchas las culturas, las naciones, los territorios y, por supuesto, las personas que han sido influenciadas bien sea, por los romanos como luego por el pueblo italiano.
Italia fue, en la antigüedad, la cuna del Imperio Romano cuya fuerza económica, cultural, política y militar fue la más poderosa del mundo. Sumó más de 2000 años entre occidente y oriente. Dicen que llegó a cubrir hasta 8 millones de kms2 y que controló el mar Mediterráneo, Europa, África del norte y Oriente próximo.
Hoy en el siglo XXI, el legado de los romanos tanto en occidente como en oriente, sigue siendo inmenso e imponente. Influenciaron al mundo latino con su la lengua, la cultura, la arquitectura, la ley, la religión, las invenciones, la filosofía, las formas de gobierno y, por supuesto, su máquina militar. Sus monumentos y obras arquitectónicas están diseminadas por el corazón de muchos países europeos y mediterráneos, reflejando la gloria de otras épocas y se han convertido en lugares turísticos por excelencia. Y como ingenieros fueron insuperables, ellos abrieron muchos caminos para unir su imperio con la capital. Por algo hay un dicho popular… que aún sigue vigente: “Todos los caminos conducen a Roma”.
También hay que abonarles a los italianos que siempre han marcado tendencia, han sido grandes influenciadores, todos los movimientos nacidos en las diferentes regiones de la bota se internacionalizaron, dando un fuerte impulso al desarrollo cultural y material del mundo occidental. Para no ir más lejos está la profunda huella que dejó el renacimiento.
Vista del acueducto romano desde los pies de la muralla de Segovia, construido en el siglo II d.C. Este monumento es uno de los hitos arquitectónicos más importantes de esta ciudad española y uno de los mayores atractivos turísticos.
En la bella y romántica Florencia se originó el Renacimiento en el siglo XIV, hoy es considerada una de las cunas mundiales del arte y la arquitectura. Todos soñamos con pisar alguna vez la capital de la Toscana, perdernos por sus callecitas y encontrarnos con el David de Michelangelo.
Desde la época del llamado descubrimiento de América hasta cuando les llegó la mala hora, en los siglos XIX y XX, las crisis económicas y políticas y las guerras mundiales, un número importante de italianos armó maletas, emigró y se esparció por el mundo.
Acá, en el continente americano de norte a sur, desde los EE.UU. hasta Argentina, pasando por Brasil, Venezuela y por supuesto, Colombia, encontramos hoy, grandes asentamientos de descendientes y colonias representativas, que han conservado la cultura, las tradiciones y la religión de sus antepasados. Se afirma que es uno de los grupos étnicos más grande por población del mundo y con mayor número de personas con nacionalidad italiana residenciados fuera de Italia.
Veamos por donde nos vamos encontrando la huella itálica…
La huella italica es del tamano de la bota: monumental.
Este blog promete mucho! Tema delicioso, muy buena idea, isa-bella 🙂
Gracias querida Lucía, en efecto, por donde camines, siempre encuentras la herencia italiana presente.